MUSEO DE LA FELICIDAD: Divertido y didáctico
El Museo de la Felicidad llegó a Madrid hace un mes y ya es todo un éxito. Y con razón. Situado al lado de la Casa Encendida, a pocos pasos del metro Embajadores, desde que entras en él para hacer el tour que tienen preparado, ya estás experimentando los primeros signos de felicidad que vas a desarrollar en su interior. No es para menos, porque lo primero que vas a hacer es subirte a una cama elástica individual. Salta lo que quieras, te lo vas a pasar fenomenal. Y esto sólo acaba de empezar.
La visita dura, aproximadamente, 75 minutos. También depende de ti, de si la quieres aprovechar al máximo haciendo todo lo que se te propone a cada paso y leyendo toda la información que tienes a tu disposición, pero lo normal es que tardes una hora y media en ver el museo al completo. Y en salir súper satisfecho de él.
La información y las actividades se van a ir complementando. A lo largo del recorrido tienes datos muy interesantes sobre la felicidad, la personal, la individual, y la colectiva, mundial incluso, con estadísticas y porcentajes ofrecidos, desde en listas de los países más felices del globo hasta en lingotes de oro que te van a informar sobre cómo nuestro cuerpo recibe las diferentes experiencias de la vida. Todo realmente interesante.
Lo tienen todo pensado y muy equilibrado. El Museo de la Felicidad consta de un recorrido a lo largo de sus tres plantas. Lo suyo es que comiences la visita por aquella por la que das acceso al pasar la gruesa cortina tras la caja en la que adquieres las entradas. Luego subirás a la segunda y después harás lo propio con la de abajo. Pero lo primero es, como os decía, la cama elástica. Es fabulosa. Con ella te sueltas con una facilidad impresionante y ya estás preparado para lo que sea.
Y en ese espacio vas a encontrar también un photocall muy peculiar, una máquina de risoterapia o varios paneles electrónicos para que, o bien participes en un test sobre qué animales se ríen y cuáles no, o bien para que veas los retratos de la pintura clásica reconvertidos de serios a sonrientes. Porque antiguamente quienes posaban para los pintores no lo hacían sonriendo por motivos varios, como el prestigio o la salud bucodental, pero un programa informático nos ayuda a saber cómo serían esos retratos con sus protagonistas sonriendo. Y os recomendamos que los veáis todos porque el resultado no sólo es una gozada, también es asombroso.
Una vez vista esa planta, subid a la de arriba. Como primera medida os vais a encontrar un experimento mágico, de la mano de Miguel de Lucas y su Show de Magia Feliz, en el que todos los visitantes pueden y deben participar. Después veréis otro vídeo, un poco más largo, con datos interesantes sobre la felicidad aplicada a nuestra vida, estadísticas sobre nuestro comportamiento en el día a día y cuál es nuestra reacción a todo lo que nos sucede.
También en esa planta vamos a ver un vídeo realizado con Realidad Virtual, previa colocación de las gafas pertinentes para poder disfrutarlo en toda su dimensión. Lo cierto es que es bonito verlo. También vamos a poder darle un abrazo a un enorme oso de peluche, y por último, os vais a enfrentar al tobogán. Niños y adultos pueden lanzarse a la planta inicial por él. Te quitas los zapatos, eso sí, es algo indispensable, y para abajo. Si no quieres no es obligatorio, puedes bajar a pie por las escaleras por las que has de subir si has decidido bajar por el tobogán: tienes que recuperar los zapatos que dejaste al lanzarte por él.
Turno ahora, en el Museo de la Felicidad, de la planta baja. Allí vais a encontrar múltiples actividades, como unos armarios en los que descubrir algo que te va a fascinar, una habitación con música disco para que bailes todo lo que quieras o una colchoneta para que te lances desde la escalerita dispuesta para ello, algo que encantará a los más pequeños. O un escenario para que contéis a vuestra audiencia lo que os venga en gana. Para pasarlo bien y no dejar de ser feliz.
Aquí concluye el recorrido. Tendrás que subir de nuevo para salir a la entrada, donde está, no dejes de darte cuenta para fotografiarte con ella, la mascota del Museo. Es monísima, vas a querer hacerte una foto seguro. Y es bastante grande, pero si por lo que sea no reparas en ella no te preocupes, que el amabilísimo equipo del museo te lo recordará.
Sí, en el Museo de la Felicidad vas a conocer a un equipo maravilloso, que desde que entras, ya en la recepción, te va explicando todo lo que vas a ir encontrando. Y lo hace con una sonrisa permanente y una dedicación desbordante. Son sensacionales. Te invitan a que les preguntes todas las dudas que tengas y lo cierto es que están pendientes de ti en todo momento para resolverte cuanto quieras. Una maravilla.
El Museo de la Felicidad está abierto de lunes a jueves de 11:00 a 14:30 y de 16:30 a 21:00 y viernes, sábados y domingos en horario ininterrumpido de 10:30 a 22:00. Es para todos los públicos, para toda la familia, y os aseguramos que vais a salir tan encantados como nosotros.
Más información en su web: https://museodelafelicidad.com/
Compra de entradas en: https://www.taquilla.com/entradas/museo-de-la-felicidad?t10id=1410
Silvia García Jerez