SCREAM VI: Autohomenaje y nostalgia desbordante

Las protagonistas de Scream VI son las hermanas Carpenter, Sam (Melissa Barrera) y Tara (Jenna Ortega). Carpenter, como John Carpenter. Primero de muchos homenajes al género de terror. Scream VI está llena de ellos. Por supuesto, como si de cameos se tratara, no vamos a desvelarlos, forman parte del disfrute de ver la película, pero os aseguramos que vais a salir encantados con el nivel de nostalgia que desborda esta sexta entrega.

Realmente da igual de lo que vaya Scream VI. No vamos a verla por el guión. Ya no.

Cuando nació la saga, allá por 1996 con Scream. Vigila quién llama, partiendo de una idea de Wes Craven, su director, a partir de un guión de Kevin Williamson, fue una auténtica revolución. Toda ella, desde su prólogo con Drew Barrymore respondiendo a la mítica llamada, y a la aún más mítica pregunta ‘¿Cuál es tu película de terror favorita?’, con el final que todos sabemos que tuvo su personaje, hasta el posterior desarrollo de una historia de descubrir quién es el asesino pero dándole la vuelta al género, riéndose de sus normas, esa Scream sacudió los cimientos de un cine que pensábamos que ya no podía renovarse. Una ingeniosa parodia que sirvió para demostrar que tras Pesadilla en Elm Street, Wes Craven seguía siendo un maestro.

La segunda también fue espléndida. Mantenía el nivel de la original de una manera prodigiosa. A ella le siguieron otras que ya se metían de lleno en la misma fórmula. Destinada sobre todo a los muy acérrimos a lo que empezaba a vislumbrarse como una saga, no todas tuvieron el mismo interés.

Ahora llega la sexta, después del éxito de la V, en la que el mundo contemporáneo, los influencers y las redes sociales cobraban protagonismo. En Scream VI los cuatro supervivientes de la anterior se mudan a Nueva York para intentar cambiar de vida. Pero Ghostface vuelve a hacer su aparición…

A la derecha, Jenna Ortega, estrella en alza en el Hollywood actual,
es una de las hermanas Carpenter del film

Eso es todo. No hay más historia en Scream VI. Vuelve Ghostface a matar a los que toque en esta entrega. La historia no ofrece novedad alguna, pero su desarrollo ya es más admirable: algunos diálogos que van a dejar embrujados a los fans de la franquicia, algunas secuencias portentosas que se van a quedar grabadas en la retina, algunas decisiones de escenarios en los que llevar a cabo el tramo final de la película van a hacer que el público salga del cine con una sonrisa.

Porque Scream VI es puro entretenimiento rendido a lo que sus guionistas, James Vanderbilt y Guy Busick, y directores, Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Guillett saben que va a ser bienvenido: una carta de amor al cine de terror y un homenaje a la franquicia como todo fan espera de él.

Scream VI cuenta con algunas de las secuencias más potentes de las seis entregas. Pero no nos confundamos: no llegan a la excelencia en la dirección ni en el guión, pero funcionan muy bien en el contexto de la cinta. No dudamos de que Wes Craven las habría dirigido con una brillantez que sin él no alcanzan, pero la iconografía de lo que se muestra en ellas, el ritmo y la tensión son lo suficientemente emocionantes como para conseguir un aplauso en un cine abarrotado de espectadores ávidos del regreso de esta saga.

Y es que da la sensación de que los responsables de la franquicia dan por buenas secuencias espléndidas pero no redondas desde el punto de vista cinematográfico, solo en el medidor contemporáneo de películas de consumo rápido, porque el mercado se ha agilizado de tal manera que hay que dar luz verde a proyectos que aunque sean mejorables ya cumplen con un baremo mínimo.

Por eso, siendo Scream VI un entretenimiento muy recomendable con grandes momentos en su recorrido, adolece de piezas que deberían exigírsele a cualquier producción por muy mecánicamente concebida que esté: un guión impoluto sin giros locos y con explicaciones razonables, unos actores intachables, más que comerciales, o un desarrollo narrativo con una lógica no dictada por un algoritmo que siga las modas y los estereotipos a los que suele corresponder la taquilla en los últimos años. Por eso Scream VI no es lo redonda que debiera, pero se parece mucho a la gran película que los fans reclaman.

Probablemente no sea la última que se haga. Es posible que a esta le siga una VII y una VIII… Lo que la franquicia aguante. Y como ocurrió con Halloween: El final decepcione más que guste. Es la progresión de las sagas y las franquicias. Hasta que el público dice ‘basta’. Todo depende de él. Por lo pronto, no parece que el camino de Scream vaya a detenerse en esta sexta entrega porque lo tiene todo para ser un éxito. Otro. Y a tenor del par de secuencias que se te graban en la memoria al verla, es de imaginar que lo será.

Silvia García Jerez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *