MOMIAS: El Antiguo Egipto en el moderno Londres
Momias es la nueva película de animación del equipo que nos ha estado trayendo las aventuras de Tadeo Jones. Jordi Gasull, productor y guionista de aquella trilogía junto a Javier Barreira, son ahora los artífices de esta nueva historia que también tiene momias, como el universo de Tadeo, pero que en este caso se centra en ellas.
En una ciudad secreta, situada bajo tierra, que es una réplica exacta del Antiguo Egipto, las momias siguen viviendo como si la humanidad no hubiera avanzado y en ella, Nefer tiene que casarse. El ave Fénix será la encargada de encontrarle un marido. Así son de modernos… Por avatares del destino, el elegido es Thut, un tipo cualquiera que ya ha tenido un encontronazo con la princesa, por lo que cuando lo llevan ante el faraón, el reencuentro no es precisamente agradable.
Pero Thut ha de llevar a cabo un ritual antes de la boda: guardar como oro en paño un antiguo anillo que servirá para hacer oficial el enlace. Si lo consigue, habrá demostrado su lealtad a la institución y será merecedor de su nueva posición. Si no… el castigo será terrible. Thut está dispuesto a hacerlo, le va la salud en ello, aunque lo de casarse no lo ve con buenos ojos, su alergia al matrimonio se lo impide. Pero el temible y avaricioso arqueólogo Lord Carnaby ha logrado hacerse con el anillo de cara a exhibirlo en su exposición sobre momias, por lo que Thut está decidido a internarse en el mundo de los vivos para recuperarlo. En su aventura lo acompañarán su hermano, la propia princesa y un bebé cocodrilo a modo de mascota del primero.
Momias es una película de animación deliciosa. Aventuras, humor y mucha acción, todo lo que se necesita para encandilar a los más pequeños de la casa. Porque sí, sin olvidar a los adultos, Momias está especialmente dirigida a los niños. Y se agradece. El estudio Pixar los ha dado de lado, claramente, haciendo películas que si los niños van a ver estupendo, pero que una vez vistas es evidente que no estaban hechas para ellos. Sus complejas historias, sus tonos más bien lúgubres, sus personajes muchas veces más desesperados con la vida que debido a la historia que en la película les toca contar, los sitúan más en el lado del cine adulto y con la cabeza bien amueblada, cine para espectadores dispuestos a asistir a verdaderas lecciones de psicología, que en el de los pequeños de la casa, que aún no entienden bien muchas de las capas que dan forma a la cinta.
Momias no pertenece a esa clase de cine. Es una película familiar de las que siguen la tradición de entretener sin complejos, de las que gracias a su sencilla narrativa, su ritmo frenético, su humor blanco y sus entrañables personajes logran conectar fácilmente con todo tipo de público, pero sobre todo con el infantil.
Producción española, como ha podido adivinarse por los nombres implicados en su producción antes dados, a la cabeza está Atresmedia Cine dando el visto bueno a todo. Se trata de la película más ambiciosa a la que han dado luz verde, una cinta destinada al mercado internacional debido a lo cual sus guionistas se han documentado directamente en Egipto, a donde viajaron durante la preproducción para tomar notas que aplicar a la película. Posteriormente se ha animado en España, en el estudio Core Animation, situado en Guadalajara, a las órdenes de Juan Jesús García Galocha, ‘Galo’. Y se nota la perfección de su dibujo, los fondos, el acabado de sus personajes. Ha habido dinero con el que hacer una película muy potente.
Momias, además, cuenta con un guión muy trabajado. Eso de trasladar el Antiguo Egipto al mundo actual no solo es una buena idea, también está muy bien resuelta. Parece fácil exponer a personajes que no saben nada de cómo funciona el mundo contemporáneo a éste, con todo lo que supone en todos los ámbitos, desde cómo manejar un coche hasta cómo enfrentarse a las cámaras de los turistas, pasando por su descubrimiento de lo que supone ser influencer. Conceptos a los que las momias no se adaptan demasiado bien, para nuestra diversión. Para ellos todo es raro, pero tratan de adaptarlo a lo que conocen, y el resultado es hilarante.
Y luego tienen ese cocodrilo. Crock, el rey de la función. Es como un minion, como la ardilla de Ice Age, como la momia chunga de Tadeo Jones: El secreto del Rey Midas. Un bebé cocodrilo medio momificado, como los hay en los museos de Londres, que le sirve al hermano pequeño de Thut como mascota. Es su perrete, para un niño del Antiguo Egipto es su animal equivalente. Y Crock nos da tan grandes momentos que en realidad es quien se queda en el imaginario colectivo. Precioso diseño que ver en acción encandila y por el que sentimos predilección.
Momias es, como decía, una película deliciosa. Si hay que ponerle algún pero es el de su conservadurismo. Algunos detalles algo machistas que hoy rechinan, como el hecho de que después de demostrar una destreza admirable en momentos duros, la princesa necesite al hombre para salir de otro atolladero. No es creíble, ella es una heroína que llega a recordar a Lara Croft, y Lara Croft no necesita a ningún personaje masculino para que la saque de nada. Pero también es una historia sobre las segundas oportunidades, que es un valor a considerar, por lo que la cara y la cruz de la cinta se complementan y la segunda rescata a la primera del rechazo que los códigos del movimiento feminista en la actualidad provocarían.
Expuestos pros y contras, vamos a quedarnos con los primeros y vamos disfrutar de una película juguetona concebida para que los niños se lo pasen bien con un título plenamente destinado a ellos, ya que los pequeños de la casa suelen ser los grandes olvidados de la industria del entretenimiento en la gran pantalla.
Silvia García Jerez
