GASPAR NOÉ: Rodaría en español con El Gran Wyoming
Gaspar Noé, argentino de nacimiento aunque afincado en Francia, es un director de películas extremas, dramas sobrecogedores que no dejan respirar al espectador y que a veces provocan su abandono de las salas, caso de Irreversible, película que causó mucha controversia por la brutalidad de sus imágenes. Pero él es todo lo contrario: un hombre amable y dicharachero encantado de contar los secretos de la realización de su último estreno, Vortex, mezclando anécdotas y detalles tan vibrantes como su película. La Cronosfera habló con él en su paso por Madrid para presentarla y nos contó, con un sentido del humor asombroso, algunas curiosidades de cómo llego a ser la película que es.
La Cronosfera: Uno de los aspectos más llamativos de Vortex es la división de la pantalla. ¿Qué dificultades técnicas te has encontrado para hacerla así?
Gaspar Noé: Es mucho más fácil cuando son dos personas sentadas alrededor de una mesa, o dos personas sentadas en un sofá. Una vez que pones las dos cámaras es fácil porque filmas la secuencia entera, eliges la parte de la toma que te gusta o mezclas las dos. Cuando la gente se mueve es más complicado porque puede pasar por una puerta y haces una panorámica pero entonces aparece la otra cámara y tienes que reempalmar con la cámara en otra posición. Las secuencias con alguien en movimiento o cuando alguien camina en la calle hay una cámara detrás que quien la lleva se tropieza todo el tiempo. También cuando François se iba a la cocina y volvía la acompañábamos pero al día siguiente teníamos que plantear alguna toma para ver cómo ocupábamos la acción de Darío durante un minuto treinta y hacerlo sin que se cruzaran las cámaras. A veces había que tomar decisiones a la mañana siguiente, tempranito, sobre el material del día anterior, para hacer con Darío una secuencia de exactamente la misma longitud.
La Cronosfera: Respecto a la duplicidad de la película, es de imaginar que simboliza que están juntos en el matrimonio pero en realidad están muy lejos porque la enfermedad los está separando.
Gaspar Noé: Cuando estás enamorado la vida es una burbuja que se comparte y te duele alejarte de la otra persona y cuando duermes, duermes abrazado. Al cabo de algunos años la gente da la espalda o no soporta más la voz o los ronquidos del otro y sigue durmiendo en la misma cama o bajo el mismo techo pero las realidades están desconectadas. En el caso de ellos dos supongo que hace mucho tiempo que no tienen relaciones sexuales, pero la percepción que tiene ella del mundo es tan diferente de la de él que viven en dos realidades separadas. Dividir la pantalla es para contar que son dos soledades compartidas.
La Cronosfera: ¿Te ha resultado más difícil hacer esta película que Irreversible, que también sería muy complicada de hacer?
Gaspar Noé: Esta película fue fácil de hacer. Fue fácil de producir, gracias a mis productores, que encontraron el dinero rápidamente. Era una película barata, porque son tres personajes y un decorado, que íbamos a filmar en cuatro semanas pero al final fue en cinco, y fue un placer hacerla con los dos primeros intérpretes en los cuales pensé. Primero la contacté a ella y luego a él. Pero él, cuando estábamos a punto de hacer la película estaba preparando otra y no sabía con quién sustituirlo porque yo había pensado en Darío, y por suerte la suya se pospuso. Y entonces aceptó la mía. Tiene un carisma que llena la pantalla. Los actores son actores pero hay quien no imprime la pantalla igual.
La Cronosfera: Hablando de Darío, sus películas son muy distintas a las tuyas pero ¿te ha influido en algún sentido?
Gaspar Noé: Sus películas son violentas, semi sádicas… pero son muy alegres. Es como un sadismo de niños. Yo también soy un poco así, si ves Clímax, por ejemplo. A él le encantó Clímax. Cuando le dije que le quería proponer una película debió pensar que quería hacer Clímax 2, y cuando le dije que era una película sobre una pareja de ancianos me dijo que él era joven. Sí, es un ‘niño terrible’ del cine italiano pero le dije que si le envejecíamos quizá pudiera funcionar. Después hablamos de Umberto D, de De Sica, que a él le encantaba.
La Cronosfera: Lars von Trier suele decir que él hace cine para remover conciencias, para remover al espectador, ¿estás de acuerdo con esta premisa o tu cine es así de duro porque quieres mostrar la realidad?
Gaspar Noé: Para que piensen no, es más como una montaña rusa. Las montañas rusas son para que una gente llore, otra se ría, otra grite de terror. Yo esta la hice porque viví situaciones similares y no soy de llorar mucho pero pensé que si hacía esta película y la gente no lloraba es que la había hecho mal. Por eso le pregunto la gente cuando la ve: ¿lloraste? Y me dicen: No, no lloré, pero me emocioné mucho. ¿Pero no lloraste?, les insisto. (Risas)
La Cronosfera: ¿Quién preferirías ser en esta película? A nivel personal.
Gaspar Noé: Kiki. El niñito. (Risas) Morir loco, o de un problema cardiaco… vamos a morir todos, no sé. Es raro. Por ejemplo, ustedes, ¿qué elegirían para su propia muerte? Yo decía que quería morir en un avión, porque el resto de la gente gritando alrededor es divertido. (Risas) Pero sobre todo, que el golpe sea rápido. O si no, morir drogado de morfina. Yo casi me morí de un derrame cerebral hace dos años y medio, y la pasas bien con morfina. Ni te das cuenta, te quedas dormido y chao.
La Cronosfera: ¿Cómo escogiste la casa? ¿Es tuya? ¿Es la casa de alguien?
Gaspar Noé: Era un edificio vacío que estaban tratando de vender y había un piso con un techo muy bajo y me gustó. Le propuse a mi decorador francés de cine que recrearan todo un departamento en un mes y quedó tan bien decorado que la gente que venía a ver el rodaje decía que era más real que cualquier departamento real.
La Cronosfera: Has rodado en varios idiomas, ¿qué repercusión tiene el idioma a la hora de rodar? ¿Limita a la hora de escoger actores?
Gaspar Noé: Casi todo lo que he hecho en mi vida ha sido en inglés o en francés. Aún no hice ninguna película en español. Hice una en Cuba sin diálogos. Algún día la haré, en Argentina o en España.
La Cronosfera: ¿Con algún actor que tengas en mente?
Gaspar Noé: Con El Gran Wyoming. (Risas) No sé, digo eso porque lo conocí hace poco en Gran Canaria y viene a ver mi película esta noche. Es divertidísimo.
La Cronosfera: Empiezas la película con Françoise Hardy en un primer plano. No sé si la elegiste porque te gusta, sin más.
Gaspar Noé: En realidad fue una idea que vino durante el montaje. Después de hacer toda la película, el último día le pedí a Darío que se quedase para hacer la secuencia del prólogo, en el balcón. Porque ella quería hacer alguna secuencia en la que todavía estuviera bien, y le sugerí un prólogo a lo que luego vamos a ver. Agregamos un día de filmación. Y pensé que me gustaría poner una música muy sentimental que viniese de la casa del vecino durante la secuencia, y pensando en músicas sentimentales hay una famosísima en Francia, ‘Mon amie la rose’, tal vez la más conocida de Françoise Hardy, que habla del paso del tiempo y la vejez. Le dije a mi co-montajista que la cargara de YouTube. Y había dos: el videoclip oficial y un primer plano filmado de ella por la televisión suiza. Qué bella imagen era. Le dije que descargara esa. Pero entonces pensé que en lugar de ponerla como una canción que ellos escuchan, que fuera una previa a la secuencia y hacíamos una elipsis, un buen corte temporal. Y al poner la canción se me saltaron las lágrimas. La letra es muy triste y ella tiene la misma edad que Françoise Lebrun, y también ahora está muy enferma y quiere la eutanasia. Me pareció una idea que no tenía demasiada lógica pero que funcionaba muy bien y no podía no incluirla. Empezamos a negociar con la televisión suiza por tener los derechos y hasta contacté a Françoise Hardy personalmente porque conocí a una chica que la conocía bien. Y tuvimos los derechos de autor autorizados por la propia cantante.
Silvia García Jerez