RAPA
Asistimos a la presentación de Rapa, la nueva serie de los creadores de Hierro.
Un thriller de personajes donde interesa más el disfrute de la investigación que la revelación del suceso, un crimen ocurrido en un pequeño lugar con ecos celtas y de mancomuneros, que bien podría saltar a los titulares de cualquier telediario.
Abordando los límites de la política, la justicia y el poder, la culpa, el maltrato, las amistades y los favores, la enfermedad y las terapias, Rapa nos lleva hasta una Galicia tan telúrica como actual, retorciendo los tópicos de esa tierra ancestral, así como arriesgando con los del género negro, para adentrarnos en un juego de misterios donde todos seremos detectives durante seis fabulosos episodios entre la niebla, la humedad, el buen marisco y unos caballos salvajes trotando en libertad.
Pepe Coira y Fran Araújo están detrás de esta historia, producida por Movistar Plus + en colaboración con Portocabo.
Rapa es inquietante, veraz, divertida y poética.
Sin dejar ni una última preguntar por encajar, o alguna pista por seguir, Tomás y Maite (Javier Cámara y Mónica López), la peculiar pareja surgida ante la investigación del asesinato de una mujer poderosa, la alcaldesa en la localidad de Cedería, irá juntando las piezas de un puzzle por resolver.
Él es un profesor de Literatura de instituto, separado de su familia y que sueña con ser escritor, y ella, una guardia civil que aún es considerada extranjera allí donde ha formado hogar, desarrollando un tándem que se ayuda a pensar, cenando siempre juntos pero alternando los sofás al dormir. Un buen par que funciona como un atípico equipo, como en las buenas novelas de suspense, al que hay que añadir un conjunto de variados personajes dentro de un magnífico reparto (destacando a Jorge Bosch, Berta Ojea y la más desconocida, Lucía Veiga, que está soberbia), a quienes acompañaremos por los acantilados, las fiestas populares, las diferentes casas del pueblo, la iglesia y el ayuntamiento, sin juzgarlos y por el puro placer de ir descubriendo el cómo y el por qué, pues quién fue ya queda mostrado en el primer episodio. Y eso, ya es un bravo.
Queda el testigo con unas palabras por entender, la víctima moribunda y un verdugo. Queda demostrar una muerte que no solo verá alterada la vida de la comunidad, sino que transformará profundamente la de los protagonistas, dándoles razones para vivir.
Prestando atención a los diálogos, la fotografía luminosa y una música muy bien utilizada, compartiremos los indicios y las sospechas que aún pudiendo resultar previsibles por un comienzo tan expuesto, consiguen engancharnos con humor y misterio, sin estridencias ni escena alguna que pudiera molestar, llegando así tanto a un público general como a los amantes de las series de culto, pues todo ocurre de manera natural, incluso esquivando las posibles trampas del propio género y las leyes de la ficción que aun pudiendo llevarnos hasta alguna pista falsa, terminan por descubrirnos algún paraje de foto, un precioso cine abandonado, o algún clásico de la gastronomía de ese lugar donde la tierra, el mar y el viento aúnan nuevas y antiguas energías.
Eso también es Rapa: una cuidada estética, la importancia del entorno y cierta verosimilitud.
Dirigida por Jorge Coira -quien viene de Hierro– y Elena Trapé -incorporándose al mando de la mitad de la serie-, Rapa alberga detalles brillantes con guiños a la realidad y al mismo relato, acercándose a la verdad que resulta de lo prosaico de la vida.
En Rapa los aciertos se suceden hasta el final, un regalo de episodio para la resolución de la trama, intérpretes y espectadores.
Y entre tanto, ahí quedan esas miradas entre caballo y humano en el monte. Y la de una madre e hija durante la misa, cuando no hay mayor pecado que ir a comulgar en pecado. También el “Decíamos ayer” con el que Tomás comienza sus clases, o que el nombre de la fisioterapeuta sea Norma, cual destinada a reajustar personas y lugar. Y que se hable entonces de caciques y no de corrupción, de reuma y de artritis, o de esa herencia de droga que rompió generaciones en la zona, así como de esa mancomunidad donde nadie es dueño de la tierra ni del ganado, donde celebrar esa fiesta entre la Naturaleza y las bestias que otorga el título a la serie.
Si lo sabes, para qué preguntas podría ser el quid de la cuestión, parafraseando varios momentos de Rapa con eso tan gallego de responder cuestionando, mientras no se deja de plantear ni un momento la gran pregunta de qué se siente al matar. ¿Qué siente esa gente que se convierte en asesina? Por trabajo, por defensa propia, por justicia casi divina…
La promo reza aquello de la nueva serie de los creadores de Hierro, pero también podríamos encontrar algo de Castle y mucho de Mare of Easttown. Sin embargo Rapa tiene la suficiente identidad y es todo un disfrute.
Estuvimos en la presentación de la serie en Madrid con la presencia de Fran Araújo (cocreador y guionista), Alfonso Blanco-Fosco (productor de Portocabo), Mónica López y Javier Cámara.
Y quiénes mejor que sus artífices para hablarnos de Rapa.
Venimos de Hierro, que es sabido que nos costó sacar adelante pero fue muy bien, lo cual es una bendición -comenta Fran Araújo para abrir el evento-, pero de no hay ánimo de comparar ni de continuar. Estaba el deseo de contar algo nuevo, sin pensar en Hierro… Rapa es como una disección de una parte de Galicia y es una historia de personajes. Y luego está la parte política y social… No me interesa tanto la sorpresa como colocar al personaje en un lugar, que debe llevarle a otro lugar y ver lo que genera. Rapa parte de un hecho concreto, real, del que no voy a hablar, pero siempre se ha tratado de hacer un relato complejo, en un espacio concreto, basado en muchas verdades ¡Hay cientos de noticias de corrupción y sobre la cultura de favores que aparecen a diario!
Rapa es absolutamente independiente -apunta el productor-, aunque contiene los tres pilares, los tres axiomas que también están en Hierro; el entorno importa, que sea verosímil y un relato de personajes. Esa es nuestra linea de trabajo y nuestra mirada. Pero además Rapa era volver a casa (la mayoría del equipo somos gallegos) y a trabajar con Movistar, pero buscamos una Galicia alejada de los tópicos y Cedeira es una sierra muy singular. Es de los pocos sitios donde el monte es comunal y si vives allí tienes usufructo, aunque la propiedad no es de nadie y es del pueblo, por eso no está vallado ni hay cercas y el ganado es salvaje… Queríamos contar una historia desde un espacio donde todavía quedan vestigios lo que fuimos, porque también es una de las pocas zonas del mundo, de las más antiguas, donde el manto de la corteza aflora, y eso de que salga lo que está por debajo resultaba muy importante.
Es que Galicia es un ente -interviene Javier Cámara, quien lleva toda la rueda de prensa haciéndonos reír con sus ocurrencias-, y ahí está el carácter de la gente y la estética de Rapa con los acantilados, los aerogeneradores, las grúas para la mina… Yo nunca había hecho thriller y me pareció muy loco cuando me llamaron, pero también era muy gratificante poder empezar desde otro sitio, otro género, otra estructura. Además, soy muy metomentodo y me apetecía saber cómo funcionaba un thriller. Y he aprendido que, sobre todo en un thriller, menos es más. Hierro me había gustado mucho y de Rapa me encanta que el espectador tenga más información que la inspectora. Y luego está la parte política y social del pueblo, con esa mujer, con ese poder omnívoro, que parece maravillosamente buena y tremendamente mala… Cuando me ofrecieron el proyecto no pude negarme. Había muchos incentivos. Qué maravilla, pensé, estamos tres meses comiendo percebes, Fosco paga muy bien y está Mónica, a quien descubrí en En la ciudad de Cesc Gay, y ya me encantó. Y cuando leí el guión me gustó mucho el contraste de nuestros personajes, quienes se llevarían faltar en cualquier circunstancia pero que hacen equipo sin querer. Y mi personaje, algo cretino, también me gustó mucho porque mis amigos me dicen que, a veces, soy bastante desagradable y seco, y pensé que me cabía. Pero hay que mencionar el casting gallego, apabullante, aunque algunos personajes no se pueden revelar.. Quizás son actores y actrices menos conocidos, lo que aporta credibilidad, pero también es que hay mucho talento fuera del conocido star-system.
Es cierto que no son tan conocidos para el público general -puntualiza Fosco-, pero si en Galicia, donde existe una fuerte tradición de teatro desde los años setenta. Contamos con un ramillete deactores y actrices con quienes ya habíamos colaborado para otras series y teníamos opciones muy sólidas. Podemos sacar pecho. Estamos muy contentos con el reparto.
Para mí -dice Mónica López- ha sido una master class. Pienso que algo bien he tenido que hacer en otra vida, para que me haya tocado esto. Además trabajar con Javier es jugar. Recuerdo muchas páginas en el guión sobre nuestra relación y eso es un gustazo, porque profundizas y dejas que pasen cosas… Y me ha gustado mucho la confianza y libertad que me ha dado todo el equipo. Yo nunca había hecho una cosa tan larga en audiovisual y claro, estaba asustada, pero es que con Javier es tan fácil, y no solo conmigo. Como veis, es así con todo el mundo. Cuando no venía al rodaje se notaba…
Ambos trabajamos muy bien con los dos directores -continúa Javier- y quizás lo que se nota es eso femenino de ahondar en las motivaciones de los personajes, y es que Elena dirigió la mitad de los episodios…
La charla va terminando y para acabar, Fosco no puede -ni debe- dejar de contar la cosa más chula y el mayor reto de la producción: la grabación de la rapa das bestas. Todo un acontecimiento social que se realiza para montar, desparasitar y cortar las crines a los caballos. Antiguamente funcionaba como factor económico ya que se vendían las crines, pero ahora se hace para mantener la tradición y por el bien de los caballos, para que pueda seguir salvajes y en libertad. La que se ve en la serie está hecha para la serie. Veníamos de un par de años que no se celebraba y normalmente es en junio, pero esperaron por nosotros hasta octubre para hacerla. Fue único, algo mágico. Una experiencia vital, y un rodaje muy especial ¡Y haber ido a recoger los caballos y poder traerlos! Fue un despliegue que no sé si volveré a hacer, con el monte lleno de autobuses y más de 500 personas, que parecía aquello un concierto de los Rolling… Estoy muy feliz de como quedó. Y si un poquito de lo que sentimos allí se ha quedado grabado, es fantástico.
Rapa se estrena esta semana en Movistar Plus +.
No pierdan la pista.
Mariló C. Calvo