CLARA RUGAARD: Es imposible imaginar por lo que pasaron los judíos
Clara Rugaard es danesa, Ferdia Walsh-Peelo irlandés. Los dos son parte del descubrimiento que supone el reparto de El amor en su lugar, además de la película en sí como joya indiscutible del cine. Ambos estuvieron en Madrid para presentar la película que han rodado a las órdenes de Rodrigo Cortés, de quien nos han hablado maravillas en esta entrevista en la que nos cuentan cuán complicado ha sido llevar a cabo este mastodóntico proyecto.
La Cronosfera: La película comienza con un plano secuencia espectacular. ¿Cómo fue de difícil rodarlo?
Clara Rugaard: Madre mía, la ensayamos muchísimo.
Ferdia Walsh-Peelo: La rodamos también varias veces.
Clara Rugaard: Sí, estuvimos dos días perfeccionando ese plano.
Ferdia Walsh-Peelo: Sí, y cuando lo acabábamos teníamos que volver a hacerlo.
Clara Rugaard: Porque Rodrigo pensaba… sabía que podíamos hacerlo mejor. Y tenía razón. Lo ensayamos tanto que ya nos salía solo. También nos pasó con la obra. La ensayamos tanto que ni siquiera teníamos que pensar en ella. Porque hay muchos factores en los que pensamos los actores, tanto de dentro como de fuera de la escena.
Ferdia Walsh-Peelo: A mí me gustó muchísimo estar en esa escena. Es probablemente la que más brilla de todas. Y eso que yo esperaba ocho minutos o así hasta que me tocaba entrar a mí, y mi punto de vista, viendo a Clara moverse por allí, era distinto. Y es excitante porque sientes como si estuvieras rompiendo alguna regla mientras ves la cámara grabar hasta que sea tu momento. Fue una experiencia increíble.
La Cronosfera: ¿Qué habéis aprendido trabajando con Rodrigo Cortés?
Clara Rugaard: Rodrigo es un director alucinante. En todos los sentidos. Es un verdadero artista. Ha montado la película, la ha dirigido, ha coescrito el guión con David Safier. Nunca he trabajado con un director que ruede tantas tomas. Le encanta repetir tomas. Al principio es agotador. Llega un momento en que ya no sabes lo que estás haciendo. Pero es algo fantástico para los personajes porque al final los asumes como si fueras tú mismo. Lo interpretas de manera natural. Acabábamos agotados y hambrientos. No le gusta cortar en medio de la acción para que la energía de la escena fluya, y a mí eso me encanta.
Ferdia Walssh-Peelo: Eso es un sueño para un actor. Cuantas más tomas repites más cerca sientes que estás de conseguir lo mejor que puedes dar. También es así con el resto del equipo, maquillaje y demás. Pero con él todo se hace muy rápido. Y de manera muy eficiente.
Clara Rugaard: Todo el mundo ponía de su parte y ayudaba a los demás para poder conseguir un bonito trabajo.
La Cronosfera: La película, en buena parte, es un musical. ¿Cómo os habéis sentido rodando los números que cantáis?
Clara Rugaard: Los dos hemos trabajado en la industria. Tú produces y compones, y tocas distintos instrumentos. Yo canto y compongo y hemos podido hacer esto mismo en el escenario de este teatro. Muchos de nosotros hemos podido hacerlo. La música es una parte importante de nuestras vidas.
Ferdia Walsh-Peelo: La música de Víctor Reyes, además, ha sido fantástica. Las letras de las canciones son originales de la obra, pero Víctor ha compuesto la partitura y es sencillamente fabulosa.
La Cronosfera: Si hubierais estado en la misma situación de vuestros personajes, ¿habríais tomado las decisiones que ellos toman en la película?
Clara Rugaarg: No lo sé, es muy difícil saberlo. Es imposible imaginar por lo que pasó aquella gente. Hemos hecho lo mejor que hemos podido para comprender cómo era su vida. Afortunadamente el mensaje de la película gira en torno al amor y a la perseverancia, sobre encontrar la luz en medio de la oscuridad. Yo creo que eso es algo que sí alcanzamos a entender.
Ferdia Walsh-Peelo: Estamos hablando de la vida y la muerte. De la vida de la gente. Esta gente vivía diariamente con la amenaza de la muerte y de la pérdida de sus seres queridos. La película refleja esa caótica energía y es imposible saber qué harías en su lugar porque tenían que tomar decisiones extremas de manera instantánea.
Silvia García Jerez