BLOODSHOT: nanitos en la sangre.
Entraba a ver Bloodshot sin expectativas, pensé: «Otra película de acción hecha con más pena que gloria». Pero ni de lejos. La realidad es que Bloodshot (adaptación del cómic homónimo) logra sorprender y entretener a pesar de contar, a priori, con los típicos y redundantes elementos más representativos del género de acción más comercial. Esto se debe al giro de los acontecimientos, que alberga el final del primer acto. Es decir, para nuestra sorpresa, lo que parecía un cúmulo progresivo de escenas inverosímiles, se transforma en una película con una lectura y dimensión diferentes. Las violencia gratuita y efectista, esta vez sí, se pone al servicio de la historia. Un film notable, con un sólido guion, bien dirigido y con admirables efectos especiales. Lo cierto es que no se le puede pedir más.
Otra sorpresa es Vin Diesel, actor que nunca me convence, pero que aquí, ha conseguido, por difícil que parezca, no sacarme de la película. Y es que borda, o más bien convence es su su rol de superhéroe amnésico. Acompañando a Vin, tenemos a Eiza González (Baby Driver, Alita: ángel de combate), y a un Guy Pearce (Memento, L.A. Conficencial…) que, obviamentee, destaca por encima del resto. Y es que ya que da gusto ver a un villano bien armado e interpretado, con una maldad y sed de venganza justificadas.
En definitiva, seguramente nos encontremos frente a una de las películas de acción con más calidad de este 2020, aún así tiene sus fallos, avisados estáis, pero en sí, gracias al conjunto, se quedan en un segundo, o más bien tercer plano. Digamos que Bloodshot, no logra solo introducirnos un nuevo universo, sino que también, consigue salir de la delgada línea que marcan los los grandes estudios a la hora de abordar este tipo de superproducciones. Esperemos que esto sea un punto y seguido, porque es una gozada pasar el rato con películas así. Que queréis que os diga, hubiese pagado íntegramente una entrada por verla.
Guillermo Asenjo Lara
