REGRESA EL CEPA: La Historia de la historia

Regresa el Cepa debería superar la recaudación de Vengadores: Endgame.
Un documental, en la sociedad en la que vivimos, dominada por la ficción de Marvel, no contempla esta aseveración, pero por estupenda que sea la última entrega de los superhéroes de dicha casa, lo que Regresa el Cepa revela debería ser motivo para que todos los que vieron el entretenimiento por antonomasia de la temporada en la gran pantalla se acerquen a asombrarse con lo lo que propone la realidad.
Sumándole, claro, el público de más de cuarenta años que o bien no conozca lo que cuenta el documental o quiera indagar en los datos que ya conoce, porque Regresa el Cepa ahonda con profundidad, rigor y el estremecimiento que ambas cosas producen, en todo cuanto sucedió en el rodaje de El crimen de Cuenca y en su posterior odisea para que pudiera ser estrenada.
Regresa el Cepa nos devuelve al mismísimo Cepa, al actor Guillermo Montesinos que lo interpretó en la película de Pilar Miró, y lo trae de nuevo a los lugares donde se rodó la película, que va mirando con la curiosidad de saber cómo están ahora y con la devoción de los recuerdos, bonitos y amargos, porque juntan todo lo que ocurrió.
Y es que en 1979 Pilar Miró fue elegida por el productor Alfredo Matas, por su talento y su carácter, tan importante lo uno como lo otro, para dirigir una historia real que tuvo lugar a principios del s. XX en los municipios de Cuenca de Tresjuncos y Osa de la Vega.
Dos hombres fueron acusados entonces del asesinato de José María Grimaldos, apodado El Cepa, y ambos son torturados por la Guardia Civil hasta el punto de que confiesan el crimen. Pasan un total de once años de prisión en distintos penales hasta que son liberados por un indulto, y será justo entonces cuando se descubra que El Cepa estaba vivo.

Guillermo Montesinos en REGRESA EL CEPA
Guillermo Montesinos en REGRESA EL CEPA

Regresa el Cepa está dividida en tres partes, que son las lógicas de cualquier producción cinematográfica. Primero nos hablará de la preproducción, de cómo se gestó el proyecto, de cómo llegó Pilar Miró a ser su directora y del complejo trazado de guion que tuvo la película hasta que comenzó a rodarse.
Después pasará a su proceso de rodaje, y por último, pero muy buena parte del metraje restante, a los problemas que la cinta tuvo para poder estrenarse, un calvario más propio del cine de terror que del documental que Regresa el Cepa acredita ser.
Hasta ese momento hemos conocido en mayor porfundidad la personalidad impactante y apabullante de Pilar Miró, una mujer seria, sobria, con la que a veces era difícil trabajar y otras solo un poco más fácil. Es lo que tiene haber vivido en un mundo de hombres, porque fue realizadora y ayudante de redacción en los años 60 en RTVE antes de dirigir el ENTE a mitad de la década de los 80.
Su fuerte personalidad la llevó a dirigir con mano de hierro, y a mantenerlas en el montaje final, escenas durísimas dentro de El crimen de Cuenca, torturas gráficas y visualmente dolorosas que hicieron célebres los rollos 3 y 4 de la película, de cuando el cine no se rodaba en digital sino con película física.
Y si hasta entonces los testimonios de quienes trabajaron con ella o conocen a la perfección la historia alrdedor del rodaje y lo que sobre él se ha escrito y se sabe, caso de Assumpta Serna, la Manuela del film, Héctor Alterio, su Isasa, Mercedes Sampietro, que fue Alejandra en él, el guionista Juan Antonio Porto o el mismísimo José Bono, nos han ido dando a conocer a la mujer y a la profesional que habitaba en Pilar, lo que viene a continuación nos dará una idea muy clara de lo que todos ellos pasaron para que su obra se difundiera.

Guillermo Montesinos en EL CRIMEN DE CUENCA
Guillermo Montesinos en EL CRIMEN DE CUENCA

La parte que Regresa el Cepa dedica a la exhibición de El crimen de Cuenca es espeluznante. Es un doble documental. De lo que entonces ocurrió y de una España oscura que en 1980, porque la película se rodó el año anterior pero arrastraría muchos meses de problemas para llegar a los cines, una España que en el aquel entonces era un polvorín de tensión que afectaría a todo el equipo y sobre todo a la vida de su directora.
Es casi imposible creer todo lo que el documental cuenta. Es sobrecogedor ir descubriendo cada dato, cada testimonio, cada momento agónico de un estreno que habiendo llegado a estar anunciado y a dos días de producirse se anula, luego se prohíbe, sus copias se secuestran, se intenta que concurse en el festival de Berlín… no es fácil que un guionista tenga una imaginación tan retorcida como para escribir una odisea de estas dimensiones.
Víctor Matellano, director de Regresa el Cepa, consigue con este film un auténtico prodigio. La emoción comienza en el primer plano. También por el hecho de que a quienes hemos visto la película, y la recordamos con la grandiosidad que merece, nos toca la fibra sensible como espectadores.
Pero además porque Víctor ha logrado uno de los mejores documentales de la historia. Apasionante de principio a fin, el terror de ir conociendo algo tan cercano ocurrido en nuestro país, y como aquel que dice el otro día, expone al espectador a una presión que a medida que va conociendo los detalles va sintiendo cómo las lágrimas van acudiendo con más rapidez a los ojos.
Regresa el Cepa debería proyectarse en una sesión doble con El crimen de Cuenca. Antes o después, da igual el orden porque de no haber visto la película vas a querer verla después de conocer sus características tanto cinematográficas como las que se sitúan fuera del arte al que pertenece.
Y lo que deja muy claro Regresa el Cepa es la gran mujer que había dentro de Pilar Miró. Que fuera más o menos difícil trabajar con ella debería ser una particularidad que la ensalce más debido a la época en la que cambió la Historia. Con ella empezó la edad moderna de nuestro cine, gracias a ella cambiaron muchas cosas y El crimen de Cuenca fue el empujón definitivo para que España tuviera una imagen renovada dentro y fuera.
Todo ello lo recoge Regresa el Cepa con vigor y con valentía. Exponer datos que para muchos eran desconocidos, y de ese calibre, es llamativo, pero se agradece. Que se den a conocer y que de ese modo quede constancia de lo que sucedió. Si quienes participaron en El crimen de Cuenca pueden estar orgullosos de haberlo hecho, no diría menos de quienes han formado parte de Regresa el Cepa. Y nosotros también por poder verla.

Silvia García Jerez

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