“Buscando Mercy Street: El reencuentro con mi madre, Anne Sexton.” por Linda Gray Sexton.
Descubrí a la poeta Anne Sexton el año pasado, cuando andaba buscando por internet información relacionada con la poesía confesional, un género caracterizado por la expresión de los detalles más íntimos de la vida del escritor, como por ejemplo, la sexualidad o el suicidio. Desde que leí por primera vez sus poemas, no pude quitármela de la cabeza y empezó a crecer en mi la curiosidad por saber más sobre ella. Cuando me encontré con “Buscando Mercy Street: El reencuentro con mi madre, Anne Sexton”, decidí que era muy buena idea averiguar más a través de las palabras de su hija, Linda Gray Sexton, pero lo que no imaginé, era encontrar una escritora tan valiente, capaz de generar a la perfección un retrato tan íntimo de Anne Sexton como poetisa, como madre y como amiga, mientras ella misma, se abre en canal ante todos los lectores.
En la infancia, todos nosotros necesitamos alguien que nos guíe, referentes, modelos a seguir, una persona que nos diga lo que está bien y lo que está mal y sobretodo, alguien que nos proteja y nos quiera. Esa luz de conocimiento y amor, la encontramos normalmente en nuestros padres o familiares cercanos. La idea de ser nosotros los cuidadores de nuestros padres cuando todavía estamos creciendo y demandando atención, genera una serie de emociones contradictorias que son muy difíciles de procesar y aceptar. Linda Gray Sexton utiliza la escritura de este libro para enfrentarse a sentimientos muy duros para ella que a día de hoy por fin puede decir en alto: amó a su madre igual que en ocasiones fue capaz de odiarla y de desear su muerte.
Anne Sexton era una persona complicada, su trastorno de personalidad y sus varios intentos de suicidio fueron para Linda una piedra muy pesada que con el paso de los años logró hacer un poco más ligera. Hay situaciones que, evidentemente, no pueden entenderse hasta que no creces. En las páginas de “Buscando Marcy Street: El reencuentro con mi madre, Anne Sexton”, Linda relata como fue la relación con su madre y como la vio convertirse en poeta. El amor por las palabras y el uso de ellas como terapia curativa fue tanto para Anne como lo es para Linda, un salvavidas. La escritura se convirtió en la mayor obsesión de Anne Sexton, tanto, que logró convertirse en una de las poetas más reconocidas del siglo XX y su eterna lucha entre vida o muerte pasó a quedar reflejada para siempre en sus poemas.
Hay un párrafo en el libro donde Linda escribe lo siguiente: “La memoria puede provocar introspección o incluso puede iluminar mi vida, pero las escenas que revela pueden ser peligrosas. ¿Cuánto estoy dispuesta a soportar para recordar? ¿Realmente quiero apoderarme de la memoria o el lenguaje?”. Estoy completamente segura de que no fue nada fácil, pero Linda Gray Sexton acabó siendo valiente y se apoderó tanto de su memoria como del lenguaje para traer a nuestras manos uno de los libros más sinceros que he leído.
Marina Fernández López.