MANOLO CARO: Estefanía de los Santos es una especie de Anna Magnani
Jaulas, la ópera prima de Nicolás Pacheco, es una película valiente: nos muestra unos personajes pero en realidad nos asoma a nuestra auténtica realidad, la de seres humanos metidos cada uno en nuestra jaula, seamos o no conscientes de dicha circunstancia.
Su protagonista femenina, Estefanía de los Santos, resume bien el concepto: Todos tenemos una jaula. Todos tenemos unos miedos que no nos permiten salir adelante, unas zonas de confort atroces. La película habla de la búsqueda de libertad y de quienes coartan la libertad. De las dos, de la gente que lucha por ser libre y de la que impide serlo.
Estefanía interpreta a Concha, una mujer con la que identifica en su energía, esa energía de explosión la tengo yo. Pero esa soberbia que ella tiene no la tengo yo, ni el conformismo, yo hubiera hecho algo por salir adelante. Ella se acopla a la huida pero ella no genera las situaciones, lo hacen su hermano Antoñito y su hija. Comparto con Concha la energía, pero no hacia dónde va esa energía.
Jaulas retrata a unos seres que, cada uno con sus circunstancias, tratan de salir adelante, y aunque la cinta se centra en la historia de Concha, lo cierto es que se trata de un film coral en el que también destacan Antonio Dechent y Manolo Caro.
Al respecto del primero, Nicolás Pacheco, el guionista y director, afirma que el trabajo con Antonio Dechent ha sido muy interesante, primero por la apuesta. El productor quería que hiciera otro personaje, el de Canario, y yo dije que a mí me resultaba muy interesante que hiciera el del buenazo que interpreta. Era presentar a Antonio en otro registro, más cercano a la comedia. Y él tenía lo que requería un personaje tan sencillo y tan complejo como ese, y creo que está soberbio.
Y sobre la protagonista de la cinta, Estefanía de los Santos, Manolo Caro nos hablaba maravillas. Nos decía que su trabajo con ella había sido muy conmovedor. Porque ella es una actriz de raza, una actriz con mucha sangre. Es imposible no verla, no sentirla y no escucharla. Da mucho, es muy generosa. Tiene mucha tripa y mucho corazón. Yo he dicho que es una especie de Anna Magnani, por esa raza. Tiene mucha fuerza y te pone en situación ella misma. No hay forma de escaparse de esa presencia. Es un animal de cine. Una animala. (Risas)
Completa Nicolás su punto de vista sobre Estefanía: El nombre de Estefanía siempre había estado en la recámara. Yo la había conocido en Grupo 7 y me alucinó su autenticidad y su verdad, su frescura y su voz quebrada. Cuando se fue armando el puzzle ella adquirió relevancia y llegó el día en que tuvimos claro que ella era Concha.
Jaulas es una película compleja, que toca, además del de la libertad, temas como el del amor entre padres e hijos o la supervivencia en momentos extremos, para lo cual se mete de lleno en el cine negro, aunque Nicolás Pacheco afirme que la incursión en el género no es premeditada sino un mero instrumento para conseguir que el espectador no se despegue de la pantalla:
La necesidad de coger al espectador de la mano y no soltarlo, de que siempre tenga curiosidad de ver qué es lo próximo que va a pasar, de entretener a la par que emocionar, porque yo creo que el cine es eso… la película es más eso que el hecho de que Jaulas pertenezca al cine negro.
Y como película compleja que es, llena de capas y lecturas, también lo fue de rodar, y cada uno tiene en mente el mayor reto que Jaulas les propuso. En el caso del director, Nicolás Pacheco afirma que la escena más complicada fue la del salto, porque se asumían riesgos. Eran especialistas, trabajamos a más de 20 metros de altura, y hemos tenido muy poco tiempo. Para una película muy complicada y una primera película, hemos ido demasiado rápido. Pero el cine es así y hay que adaptarse.
Manolo Caro tiene claro qué escena fue la más difícil para él: Fue una secuencia en la que mi personaje muestra cierta fragilidad, en la que me dirigió Nicolás con especial cuidado, con especial celo, para matizar. Se unían dos cosas, que mi personaje mostraba ese lado más débil y que la película ponía atención a ese momento. Y luego, que el sol estaba cayendo y la escena había que hacerla con esa luz, entonces también se unía la urgencia de la tarde.
Y por último, Estefanía recuerda que había escenas muy complicadas, imposibles de ensayar, como la del contenedor, esas fueron in situ. Íbamos a primera toma, por ejemplo con esa misma, que además me corté el dedo con el contenedor. Se ve sangre que fue real. No podía cortar el rodaje para los planos medios y cortos y cuando los hicimos me llevaron al hospital para la antitetánica. Pero es que a mí me flipa trabajar en plan kamikaze.
Jaulas es una ópera prima, pero apenas se nota. Nicolás Pacheco ha ejercido de director con la solvencia que da la preparación y el tener las cosas tan claras que no quede un resquicio por el cual algo no tenga sentido en el film. De esta manera, él mismo asegura que yo creo que ahí están las ganas de muchos años, de salir a la luz y de contar mi mundo, mis personajes, mis temas… salir con fuerza, con intensidad y con verdad.
Jaulas arranca con concursos de silbo, un detalle muy particular sobre el que La Cronosfera tenía que indagar: ¿existen concursos de silbo en algún pueblo, así como en La Gomera es un idioma en sí mismo?
Nicolás responde: Los silbos son totalmente inventados. Es un poco como las peleas de gallos, pero me dije un día: ¿y si son hombres que imitan a pájaros? También por la contradicción del hombre rudo, de campo, que solo se reúnen entre ellos, en lo que es una idea machista que excluye a la mujer, y en contraposición de eso, de pronto hacen algo tan delicado como imitar a pájaros. También abre el telón a decirle al espectador que esto es una película diferente, una fábula.
También quisimos preguntarle por la música, de Pablo Cervantes, envolvente y e inesperada, un trabajo precioso. Nicolás nos habla de ella: Le he dado muchísima importancia a la banda sonora porque era una manera de guiar al público pero también de deslocalizarlo. Es una película que ocurre en el sur, que los personajes hablan en andaluz, pero luego la música tiene recursos de músicas de otros lugares, como el fado portugués, músicas balcánicas… todo con idea de descontextualizar, de que también el espectador se sienta forastero en un lugar reconocible.
Y para terminar, hablamos con los actores sobre la producción en sí misma, sobre cómo se han movido en ella al lado de su experiencia en otros trabajos de mayor peso.
Manolo Caro, actor apabullante al que hemos visto en series como Allí abajo, La peste y actualmente presente en Gigantes, una de las imprescindibles del momento que más prestigio ha obtenido en la presente temporada, su trabajo en una ópera prima como Jaulas, respecto a los grandes títulos mencionados, le ha supuesto un grado de incertidumbre extraordinario. En el buen sentido.
Acompañar al director en una experiencia que es nueva para él y ver cómo va resolviendo las situaciones, dónde va poniendo la cámara, eso que es una cuestión de estilo, de lenguaje, en la que él va escribiendo y nosotros somos las palabras… Es un misterio, una sensación de suspense en sí misma. Para mí es una sensación muy bonita, porque es como en una historia de amor en la que te gusta lo que ves, en este caso el guion, tienes buenas sensaciones con la persona que te va a dirigir, pero no sabes qué va a pasar.
Por su parte, Estefanía, a la que el director descubrió en Grupo 7, como nos pasó a muchos, incluida a la Academia, que la nominó al Goya a la Mejor Actriz Revelación, afirma que no encuentro diferencia entre las grandes producciones y esta pequeñita al nivel de lo que yo me involucro. Dentro de mí no, porque me gusta tanto este trabajo que me involucro totalmente en todos los papeles. Diferencias pueden ser que hay más prisas, que hay menos tiempo para rodar una escena. La logística, pero poco más. En este caso, al ser una película más pequeñita me estoy volcando más en que tenga más visibilidad, porque cuando es un proyecto gordo ya está vendido. Grupo 7 se vendía sola, esta hay que apoyarla.
Silvia García Jerez