30 MONEDAS T2: Dentro del infierno
Que 30 monedas es una serie superlativa lo tuvimos claro cuando vimos su primera temporada, pero es que ahora se estrena 30 monedas T2 y, aunque fuera difícil llegar al más y mejor, de nuevo, Álex de la Iglesia lo ha logrado.
El capítulo piloto de la primera temporada lo protagonizaba una Carmen Machi diabólica, enajenada, poseída por la idea de tener un hijo, aunque el que se encontrara fuera… aquello. Después, había que desarrollar el resto de la trama, conseguir las 30 monedas de Judas a las que se refiere el título para, en el episodio octavo, el último, liarlo todo otra vez para que la serie tuviera continuidad. Tres temporadas hay previstas, así que vamos por la mitad.
El 23 de octubre llega a HBO la segunda, y 30 Monedas T2 sigue su curso por una carretera que no habíamos previsto. No sabemos por dónde nos va a llevar su creador. Álex de la Iglesia escribe los guiones junto a su inseparable Jorge Guerricaecheverría, con el que lleva colaborando toda su carrera, y los dos son capaces, aún, de asombrarnos con una propuesta insólita a lo largo de los ocho nuevos capítulos, gracias a unas tramas inesperadas, a un imaginario brutal y a un sentido del espectáculo impresionante.
Distintas localizaciones para seguir en busca de unas monedas que parece que se resisten a ser recopiladas y en las que nos vamos a encontrar a muchos de los personajes que ya conocimos en los anteriores episodios: el Padre Vergara (Eduard Fernández), que está en el infierno, luchando contra los demonios que allí reinan mientras trata de ayudar a Elena (Megan Montaner), en coma pero compartiendo celda en el infierno con otros condenados. El padre pretende liberarla para que se haga con un libro imprescindible… ¿Cuál? Ya lo sabrá. Primero hay que sacarla de ahí.
Luego están los aldeanos. Pedraza está vacía pero sus habitantes, afectados por el humo que invadió el pueblo, están en el manicomio. Otro infierno, pero esta vez en la Tierra. Y en Segovia, viviendo en una torre de energía eólica, están Laguna (Pepón Nieto) y Antonio (Javier Bódalo), En ella nadie puede escucharlos, nadie sabe dónde están y viven tranquilos… bueno, en 30 monedas ningún personaje vive tranquilo, pero al menos allí no los buscan. Antonio, el visionario de la primera entrega, continúa recibiendo datos. En las alturas es donde mejor se maneja, le llega todo, y Laguna lo apunta. Despierto o entre sueños, Antonio recibe información, y Laguna no quiere perderse nada. Y de este modo van conociendo los planes del malvado Christian Barbrow (Paul Giamatti), un excéntrico millonario que sólo desea el bien. Para él mismo, claro.
Y en esta temporada tenemos una incorporación espectacular. No me refiero a un villano internacional, porque en realidad Paul Giamatti está con el piloto automático, es de imaginar que con más curiosidad por saber cómo iba a rodar Álex de la Iglesia toda esta locura que por entregarse realmente al personaje. No, la incorporación llamativa es la de Najwa Nimri, que interpreta a Haruka, una Youtuber con rastas que denomina a sus seguidores ‘Ratas de la noche’, una chica que llega a Pedraza para hacer un reportaje sobre lo que ha ocurrido allí sin imaginar todo lo que va a acabar encontrando. Un personaje fascinante y entrañable que borda con naturalidad. Ella sí que es la revelación de esta temporada.
Como vemos, 30 monedas sigue siendo una serie coral en la que todo gira alrededor de Elena, el personaje fundamental de esta segunda parte. Si en la primera lo fue el Padre Vergara, aquí ella pasa a ser el centro de atención. Sin olvidar nunca al resto. Aquí cada personaje importa, cada uno tiene su función y aporta algo al conjunto del relato. Porque son básicos para que 30 monedas no pare, para que sea pura adrenalina. Allá donde estemos, con quien estemos, todo cuenta, nadie sobra. Y eso, en 8 nuevos episodios, es un auténtico cumplido.
No es fácil que en una serie no sobren capítulos, tramas, personajes. Aquí, tal vez los dos primeros se hagan un poco cuesta arriba, pero es normal, no sabemos dónde estamos, tenemos que situarnos, comenzamos con situaciones nuevas aunque se trate de los mismos lugares. Eso le da una frescura sensacional a la serie y consigue tenernos pendientes de cada giro, de cada detalle. Y nada nos decepciona.
Álex de la Iglesia sigue siendo un genio. Puede que no toda su filmografía sea perfecta, no lo es, ningún director tiene una carrera perfecta, pero la suya se queda muy cerca de serlo. Viendo 30 Monedas T2 te das cuenta de que es un profesional que domina como pocos el relato fantástico, es un maestro y hay que admitirlo. Tanto en cine como en televisión crea unos universos asombrosos que requieren de unos efectos visuales prodigiosos. Y los tiene a su alcance. De maquillaje, prostéticos, de VFX. Lo que la historia precise Alex se lo da. Y claro, el resultado impresiona. No se hacen mejores productos audiovisuales fuera, seamos honestos, 30 monedas es un tope al que muchos, de cualquier nacionalidad, querrían llegar.
30 Monedas T2 rebosa imaginación e imaginería. Por momentos, y porque nos gusta compararlo todo, pareciera que estamos ante un trabajo de otro director latino, Guillermo del Toro, pero Álex de la Iglesia realiza aquí un acabado suculento, tanto que lo que pudiera recordar a Del Toro son flecos, detalles puntuales. La personalidad de Álex es apabullante y se refleja en cada plano, en cada escena, en un conjunto que lleva al género fantástico a otro nivel.
Sí, es complicado saber qué nos va a contar en la última temporada de la serie. Tal y como acaba ésta puede seguir por cualquier derrotero, esperemos que bueno, porque no es fácil sostener con lógica la locura que va surgiendo de cada situación pero, al menos, en esta segunda temporada 30 Monedas sigue siendo un modelo a seguir, una obra maestra de la orfebrería del fantástico. Una gozada para cualquier amante del género.
Silvia García Jerez