DÍA DE PATRIOTAS : la realidad ficcionada
DÍA DE PATRIOTAS
La película nos lleva de nuevo a aquel 15 de abril de 2013 en que, por la conmemoración del ‘Patriots Day’ que recuerda las batallas de Lexinton y Concord que supusieron los primeros enfrentamientos de la Guerra de la Independencia, tiene lugar cada año en Boston una conocidísima maratón.
En la referida fecha de 2013 dos explosiones en la zona de la línea de meta acabaron con la vida de 3 personas e hirieron a 282. Los autores del atentado, los hermanos Tsarnaev fabricaron dos bombas caseras, a base de metralla en dos ollas a presión y fueron perseguidos por la policía desde que la investigación posterior dio a conocer sus identidades. Tamerlan fue abatido por el cuerpo policial encargado de la persecución. Dzhojar logró escapar pero acabó siendo capturado y condenado a pena de muerte.
Estos son los hechos que Día de Patriotas, la nueva película de Peter Berg, del que a finales del pasado año vimos Marea negra, también con Mark Wahlberg de protagonista, nos cuenta con una precisión casi de cine documental. El seguimiento doble, tanto a los agentes como a los terroristas, desde el caso anterior a resolver los primeros, la confección de las bombas los segundos, nos ofrece una detallada descripción de todos los acontecimientos ocurridos alrededor de la desgracia.
Sin prisa pero sin pausa, subrayando cuanto vemos por la labor de Trent Reznor y Atticus Ross y su música continua tan estresante como la propia acción, a la que confiere una intensidad complementaria gracias a un score a la altura de los que compone Cliff Martínez (Traffic, Drive), asistimos al desarrollo de las horas previas con la impotencia de la que hablaba Alfred Hitchcock al respecto del manual del cine de misterio: pasarlo mal como espectador sabiendo más que la víctima que va a sufrir lo que se le está preparando.
EL ATENTADO
El atentado de Día de Patriotas tampoco está narrado con énfasis. La sabiduría de Peter Berg como cineasta nos sumerge en el momento con la naturalidad de lo cotidiano. Ni una cámara lenta, ni una estridencia de más. Únicamente asistimos a lo que ocurrió como si nosotros, los espectadores, estuviéramos en la acera de enfrente.
La investigación posterior hasta localizar a los autores materiales, sin dejar a un lado la intriga y la presión de saber en qué momento van a conseguirlo, también es admirable. La reconstrucción del punto de meta resulta asombrosa, debido a lo inusual de la propuesta y a la gran ayuda prestada por la memoria de Tommy Saunders, un espléndido Mark Wahlberg en el papel del Sargento del Departamento de Policía de Boston.
Dia de Patriotas pasa, a continuación, a la persecución de los responsables, tomando desde entonces su punto de vista en la peligrosa huida a la que se vieron abocados, toma de rehén incluida. Peter Berg logra en este largo tramo demostrar que su habilidad como director está a la altura de la de autores consagrados como Michael Mann. La tensión con la que se vive desde la butaca cuanto sucede en esta carrera hacia la pretendida libertad de los hermanos Tsarnaev pasará a la historia de lo más granado dentro del cine de acción contemporáneo.
Después, para seguir con la narración de lo sucedido, le sigue el paréntesis real que tuvo el hecho de que al segundo de los hermanos se le hubiera perdido. Localizarlo de nuevo tuvo poco de épica y mucho de lógica, y Berg lo cuenta con la maestría de quien no ha soltado todavía el suspense pero sabe que el tono de lo que llega a continuación no es el mismo que el de la estupenda persecución que hemos dejado atrás.
DE LA FICCIÓN A LA REALIDAD
Hasta aquí nada que objetar a una película impecable, ejemplo de cómo deberían ser otras muchas y espejo, si desean obtener buena nota, de tantas cuantas a rodar en el futuro. Es el epílogo lo que ya resulta más discutible.
Pasar de la recreación ficcionada al formato documental, con testimonios de los auténticos héroes de lo ocurrido, se torna completamente innecesario. Tal recurso funcionaría mejor como una parte esencial de los extras del formato doméstico que como pretendido cierre a modo de glorificación de aquellos que ya sabemos que existieron en realidad. Se lo merecieron todo, por eso les han dedicado una película.
En cualquier caso, Día de Patriotas es un film intachable que merece ser estrenado fuera de una época veraniega en la que, casi por defecto, los títulos que llaman la atención son los que tienen perfil de blockbuster. Éste no puede presumir de ser uno de ellos, pero sí de tener más calidad que los que la dan por supuesta.
Silvia García Jerez