TIM BURTON, El Laberinto: Originalidad tras las puertas
Tim Burton tiene en Madrid su propia exposición. Se llama Tim Burton, el Laberinto y él mismo se ha ocupado de supervisar el resultado, además de haber hecho varios viajes a la capital para traer originales (dibujos, bocetos…) que también vemos en ella.
Y sí, Tim Burton, el Laberinto, situado en el Espacio Ibercaja Delicias hasta el 11 de diciembre, es todo lo original que esperamos de él. En ella encontramos figuras de sus películas, a gran escala, que por supuesto no puedes tocar, en salas a las que llegas abriendo las puertas del laberinto diseñado para que vayas avanzando por su filmografía. Escoges una puerta y te adentras en su universo. Una puerta tras otra te va conduciendo hacia él.
Los fans del director van a ir reconociendo los personajes de su obra: Eduardo Manostijeras, La novia cadáver, Frankenweenie, el Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas… y cada habitación está cuidada hasta el punto de tener un suelo distinto, acorde con la película que toca. La verdad es que eso es un acierto.
No lo es la organización. Inicialmente te dividen en grupos, las salas son pequeñas y es necesario. La primera es común. Un botón gordo y redondo, tipo concurso de televisión, elige aleatoriamente una puerta. A partir de ella sois vosotros los que las vais a elegir. Pero no hay vuelta atrás. Una vez que hayas pasado por una puerta no puedes volver. Eso hace que no veas todas las salas disponibles, solo las que te vayan tocando en tu elección. Mal. La exposición no es barata y no verla toda es decepcionante. Mucho.
Y tanto si eres fan de Burton como si no, la exposición sabe a poco. Lo que hay está bien, algunas salas son incluso fabulosas, como la de La novia cadáver, pero entre que algunas figuras no están muy bien hechas, caso de las dos de Johnny Depp, y que para todo el universo de Burton se antojan escasas, como si de una muestra de lo que él ha hecho se tratase, en general Tim Burton, el Laberinto resulta caro para lo que luego exhibe.
Da la impresión de que la originalidad prima ante los elementos que incluye. No todas las exposiciones parecen un juego, con puertas que tú eliges por las que accedes a las siguientes salas y eso es prodigioso. Y lo cuidados que están sus espacios, los suelos, los decorados. Sí, eso es estupendo, verdaderamente inmersivo. Además de los dibujos enmarcados del director, al que hay que darle las gracias por haberlos traído. Pero como espectador, como fan de su cine, uno espera mucho más.
Advertencia: la exposición tiene efectos estroboscópicos. No muchos, pero los hay.
Silvia García Jerez