TERRY GILLIAM: A todo el mundo le gustan mis películas
Los periodistas que compartimos la mesa redonda para entrevistar a Terry Gilliam por El hombre que mató a Don Quijote lo vemos llegar, y a punto de entrar en la habitación del hotel en la que vamos a compartir con él la siguiente media hora, da la vuelta y se esfuma para aparecer un instante después y reírse de nuestro desconcierto. El ex Monty Phyton Terry Gilliam es un genio que habla siempre en broma y por lo tanto siempre en serio. En la siguiente charla queda patente que el desconcierto al que acaba de inducirnos es en el que él mismo vive en este mundo de locos que no entiende y ante el que su imaginación, como le ocurre al Quijote, es su mejor arma. Él es un Quijote más, por eso ha hecho esta película. ¿Y después qué? Pues también nos lo cuenta.
Pregunta: Se ha basado en una obra literaria mundialmente conocida y no es la primera adaptación de una novela que hace, también lo fue Las aventuras del barón Munchausen. ¿Cómo un director tan visual como usted toma como referente obras literarias?
Terry Gilliam: Siempre me he inspirado en la literatura porque creo que la literatura sigue siendo el motor de que la gente se ponga a pensar. Un libro genera una relación personal con el escritor, por eso son tan especiales. Tienes al escritor y su versión del mundo y como cineasta hay que llevarlo a imágenes y las tienes que crear tú. Hay que convertir las palabras en imágenes, por eso me gustan, porque le dan alas a mi imaginación.
Pregunta: ¿En qué se parece el Quijote que vemos en la pantalla en comparación con el que usted tenía en mente cuando comenzó con el proyecto?
Terry Gilliam: El que yo tenía en mente se parecía a Jean Rochefort. El que tenemos se parece a Jonathan Pryce. Pero Jonathan aportó tantas nuevas y buenas ideas al personaje… Sus aportaciones fueron extremadamente interesantes. Cada día cambiaba cosas y era fascinante asistir al proceso, porque mi mente seguía atrapada en el Quijote de Jean Rochefort, y Jonathan rompió eso y creó uno nuevo, muy divertido y lleno de vida.
Pregunta: Ha tardado 20 años en hacer su Quijote, ya lo tenemos aquí, ¿qué podemos esperar de Terry Gilliam después de esto?
Terry Gilliam: No tengo ni idea. Estoy vacío (Risas). No tengo planes, no tengo ninguna película en mente. Leeré más libros a ver de dónde robo más ideas.
Pregunta: Viendo sus películas se nota un gusto por la libertad y lo políticamente incorrecto y me gustaría que valorara cómo un director como usted se enfrenta al momento actual en el que lo políticamente correcto parece la norma a seguir. ¿Y cree que el Quijote podría publicarse hoy?
Terry Gilliam: No lo sé porque ya no tengo respuestas para nada. Vivimos en un mundo caótico, demasiado loco, cada vez más represivo. La gente tiene miedo de hablar con franqueza, todo el mundo está preocupado por si ofende al otro. Todo el mundo es una víctima de lo que se ha dicho… ¡Estamos viviendo en un mundo ridículo! Así que me voy a recluir en mi jardín hasta que este mundo explote y venga uno nuevo.
Pregunta: Después de esta experiencia, ¿ama más a España o está deseando salir corriendo?
Terry Gilliam: No, me encanta España porque no tengo que vivir bajo vuestra política. Yo soy solo un turista.
Pregunta: La relación quijotesca es la del loco que contagia al sano y el sano que contagia al loco y creo que este tipo de dualidad es un referente en su cine y me gustaría que me hablara de por qué le gusta tanto este elogio a la locura en sus creaciones.
Terry Gilliam: Mi mujer me dice que siempre hago la misma película, que lo único que hago es cambiar el vestuario. (Risas) En mi cabeza hay una constante lucha entre la realidad y la imaginación. Cada vez que hago una película trato de acercarme al mundo. pero la dicotomía entre la realidad y la imaginación siempre me asedia. Don Quijote y Sancho han estado conmigo desde siempre. Y juego con ellos de forma distinta cada vez. Siempre trato de que haya un loco o un niño, porque un niño es tan inocente como un loco a veces.
Pregunta: Después de todos los traspiés que tuvo para lograr hacer la película, ¿en algún momento pensó en darse por vencido o le aconsejaron en su familia que no siguiera adelante?
Terry Gilliam: Si siguiera los consejos de mi mujer esta película nunca se habría hecho. No, no entiendo por qué la hice, simplemente la hice. Orson Welles fracasó en su intento y yo quería haber visto esa versión así que decidí hacer una yo mismo. No me gusta que me digan que no. Si me dicen que no entre por esa puerta es precisamente por esa por la que quiero entrar. Es un juego perverso. Porque yo soy perverso. -Pone cara de pillo y añade:- No un pervertido (Risas).
Pregunta: Este Quijote parte de un anuncio publicitario. ¿Qué trata de decir con ello?
Terry Gilliam: Empiezo con una mentira. Y luego continúo con algo mucho más real. Porque la publicidad es mentir. La publicidad es incitar a la gente a tener sueños que no son verdad. Así que debemos castigar el negocio de la publicidad. (Risas) En 2002 hice un anuncio para Nike y me pagaron por 10 días de trabajo más dinero de lo que había ganado en los dos años anteriores haciendo películas. Eso es corrupción, pero qué bien sienta. (Risas) Es fácil ser seducido por grandes cantidades de dinero vendiendo comidas para perros. Hago anuncios cuando estoy muy deprimido y no consigo ganar dinero. Pero ahora, y gracias al Quijote, he estado deprimido muchos años.
Pregunta: ¿Cree que el Quijote y Sancho son dos personajes que se refugian en la ficción para luchar contra lo que no pueden luchar en la realidad?
Terry Gilliam: ¿Crees que esto es ficción? Todo es real. (Risas) Las películas son artificio pero el artificio puede ser real. Yo intento ser muy real al respecto de las cosas.
Pregunta: La película ofrece una reflexión sobre el oficio de cineasta, y tal vez un poco pesimista. Toby pasa de las películas en blanco y negro en su etapa estudiantil a la vida publicitaria a modo mercenario. ¿Vive con optimismo el oficio de cineasta en un momento en que las salas están cerrando y proliferan las plataformas digitales?
Tery Gilliam: No lo sé. Ahora cualquiera puede hacer una película. La pregunta es cuánta gente puede hacer una película buena. Toby está siendo castigado porque es un hombre que hace películas y las películas pueden ser muy importantes para la cultura. Por eso hace anuncios, porque es corromperse, yo así lo creo. Porque crea falsas esperanzas. El villano es Toby, no Malambruno, y tiene que pagarlo. Por eso realiza ese viaje tan doloroso de ir cambiando de identidad. No lo sé, pero sí sé que la película en blanco y negro que rueda la rodamos con una Go-Pro con el iPad de Nicola Pecorini y fue fantástico. Es súper fácil, súper barato y no necesitas un gran equipo. La próxima película que haga la haré así. Y así se puede hacer cine. Lo podrás estrenar o la subes a Internet, podrá gustar o no, pero se puede hacer.
Pregunta: Respecto al largo viaje de cambio de identidades en la película, ¿cree que el Quijote podría ser una mujer?
Terry Gilliam: Yo bromeaba con Joana sobre eso. Le decía que la próxima película que hiciera sería Doña Quijota y sería con ella. (Risas) Pero lo que sí tengo claro es que no podría escribir un Quijote femenino. Esa es tarea para una mujer. La imaginación de las mujeres es distinta de la de los hombres. Así que salid de la cocina y escribid Don Quijote. (Risas) Aunque creo que Borges escribió una Quijote y nunca se publicó.
Pregunta: Después de haber pasado por la odisea que lo ha llevado hasta aquí con el Quijote, ¿las malas críticas le van a suponer una contrariedad o le parece más importante haber conseguido acabar la película?
Terry Gilliam: ¿Yo? ¿Malas críticas? ¡Venga ya! ¿En qué clase de mundo horrible estamos viviendo? A todo el mundo le gustan mis películas. Yo solo tengo críticas buenas.
Ahora se pone serio:
Con lo que siempre puedo contar es con que dos medios fundamentales en Los Ángeles, Variety y The Hollywood Reporter, siempre me den malas críticas. Eso me da confianza. A ellos nunca les ha gustado ninguna película de las que he hecho. Eso es bueno. No, no puedes dedicarte a preocuparte por las críticas. Lo que me ha preocupado durante mucho tiempo ha sido el público. Después de todo este tiempo puede haber gente que espere un Quijote con tantas expectativas que no se vayan a encontrar lo que creen que verán en la pantalla, y con eso tengo que contar. Las primeras dos semanas estaba preocupado por eso, pero luego me centré en la película, que era lo importante, y con un poco de suerte a alguien le gustará lo que he hecho.
Silvia García Jerez