SALVAJE: Venganza por desesperación
Salvaje demuestra que hay películas cuyo contenido responden específicamente, sin engaños ni rodeos, al título que se les ha asignado. El nuevo trabajo de Russell Crowe, que en su original en inglés es Unhinged, cuya traducción al español es Desequilibrado, lo cual también encaja en el perfil del protagonista, refleja a un hombre sin nombre al que un desafortunado encontronazo con una mujer en un atasco le hace desatar su furia y su instinto más animal.
Salvaje cuenta también la historia de Rachel (Karen Pistorius), quien en el día señalado de la confrontación con el hombre al que interpreta Russell Crowe se queda dormida para llegar a tiempo a llevar a su hijo Kyle (Gabriel Bateman) al colegio y después a atender a su primera clienta de la mañana, la mejor de las que tiene.
Dicha clienta la despide, como está ocurriendo en todo el país, porque en el prólogo de Salvaje un informativo televisivo nos pone al corriente de que la situación social es extrema, la gente está perdiendo sus trabajos y la paciencia de los ciudadanos cada vez se encuentra más al límite, por lo que es fácil encontrarse situaciones como la que la película nos va a presentar.
Rachel se encamina hacia su destino pero en el trayecto se cruza con un coche enorme que no hace caso al verde de un semáforo. Ella se desespera y le da un bocinazo descomunal. El hombre, en el siguiente semáforo se pone a su altura y le pide que se disculpe por su brusquedad. Ella no se toma en serio su advertencia de que si no lo hace lo va a pasar mal, y el hombre ve en su actitud el permiso mental que se da a sí mismo para comenzar a ser todo lo salvaje que el título advierte.
Parece fácil lograr que una película que tiene trazas de El diablo sobre ruedas y de Un día de furia, dos clásicos del cine de tensión y venganza a la manera del opresor, en un extraño porque sí desquiciado que la víctima no puede entender, ni los espectadores tampoco por mucho que nos expongan la situación de quien ha decidido ir a por alguien sin tregua, parece fácil, como digo, conseguir que con esos dos referentes una película tenga su personalidad propia y funcionar sin grietas en su efectividad, y lo cierto es que Salvaje lo consigue.
El alemán Derrick Borte es su director, y aunque Salvaje no es su ópera prima, ya que lleva ya una década rodando, ésta es la primera película de su carrera que podremos ver en cines. Y lo cierto es que no dejará a nadie indiferente.
Como espectadores de este tipo de películas llenas de tensión en las que un personaje acosa a otro sin respiro, sabemos que el nivel de agresividad va a ir subiendo, pero no imaginamos que esa gradualidad esté tan bien medida y que en una película como esta, de hora y media de duración, en la que no se nos cuenta nada nuevo, todo lo que va ocurriendo esté tan bien relatado que parezca que nunca antes nadie nos había entretenido de esta manera.
Porque Salvaje es violenta, sí, mucho, tiene incluso algún momento impactante, pero lo que es, sobre todo, es un film muy entretenido que hace también la función de crítica social si queremos recordar, a lo largo de la persecución del malo hacia los buenos, que todo esto tiene su origen en una situación social que hace que cualquier persona pueda estallar ante el más mínimo detalle que le suponga una contrariedad. Y cuando uno está muy harto de todo, cualquier cosa se convierte en esa mecha que hace que el de enfrente se encuentre en peligro sin proponérselo.
Eso sí, Salvaje no justifica al malo, solo nos pone en situación para entender que su locura puede ser la de cualquiera puesto al límite. Y sí, el caso que expone es muy extremo, por eso es un thriller y es ficción, pero fuera de Salvaje puede ser un caso que nos encontremos en un informativo cuando encendamos la televisión. La ficción, muchas veces, no es más que un reflejo de la realidad, solo que disfrazado de entretenimiento para que no nos abrume. Lo mejor es no encontrarse con alguien así en la vida real, porque como dice el slogan en inglés de la película, ‘Él le puede pasar a cualquiera’.
Russell Crowe, con muchos kilos más respecto al Crowe que conocimos antaño, es el hombre al volante, controlando la vida de su víctima y poniéndola continuamente contra las cuerdas, atacando donde más le duele con el objetivo de que aprenda la lección de la buena educación que antes le pidió con dulzura. Eso sí que no se le puede reprochar.
Y Crowe, que siempre ha sido un actor excelente, aunque no esté en la película ideal para volver a la carrera de premios en la que ha llegado a ser favorito en varias ocasiones, e incluso en una fue ganador, recordemos su Oscar por Gladiator, da en Salvaje el miedo preciso gracias a la escalada de violencia que provoca.
Su personaje no da tregua y nos va agobiando yendo en su coche hacia cada uno de los objetivos que se plantea, y nosotros, como Rachel, asistimos a su ruta sin que podamos evitarlo. Russell Crowe se convierte en el perfecto villano y estamos en sus manos a la hora de agobiarnos con sus sucesivos actos de venganza.
Siempre se ha dicho que un thriller es todo lo bueno que lo sea su malo, que si no tienes un villano potente la película no llegará a un mínimo standard de calidad, y aquí Russell Crowe cumple con ese requerimiento en su interpretación, por lo que podemos afirmar que Salvaje es la cinta perfecta para aumentarnos la adrenalina en la butaca.
Salvaje es la película ideal para disfrutar si lo que buscamos son emociones fuertes. Ni se regodea en las situaciones que plantea ni las esquiva, ofreciendo un abanico de momentos tensos que resuelve con la agilidad con la que un thriller requiere ir rápidamente de un escenario al siguiente, y aborda la tensión con la efectividad con la que una buena película de su género debe hacerlo.
Por eso estamos ante un título ejemplar dentro del thriller, que servirá como proa para otros que vengan detrás y se comparará con éste para determinar si funciona igual de bien, si su villano es tan fantástico como el que Russsell Crowe interpreta y si sus situaciones son tan extremas como las que aquí se exponen. Porque en Salvaje todo funciona, es un thriller exquisito y como tal permanecerá en nuestra memoria.
Silvia García Jerez