RELAY: Espionaje con las nuevas tecnologías
Relay es un thriller, cine de espionaje como hacía tiempo que no veíamos. Tenso, elegante, inteligente y con un giro de guión tan sobresaliente que hace del conjunto uno de los títulos más destacados de la cartelera. Y también es uno de los menos conocidos entre tantos otros que sí tienen más renombre.
Lo cierto es que Relay llega sin mucho ruido. Apenas nada. Una película desconocida de la que nadie ha hablado y que de repente asoma entre la cantidad ingente de estrenos semanales que nos llegan. Y merece la pena hacerle un hueco en nuestro tiempo de ocio porque es espléndida. Una agradable sorpresa.
De hecho, si leemos su ficha técnica descubriremos que su director es David Mackenzie, responsable de la estupenda Comanchería (2016), y sus protagonistas un trío de excepción: Riz Ahmed, que fue nominado al Oscar como mejor actor por Sound of metal, Lily James, protagonista de la secuela de Mamma Mía! o de la preciosa y denostada Yesterday, y Sam Worthington, el rostro principal de la saga Avatar.
Sólo con eso debería darnos ganas de ver Relay, pero es que además su argumento es de mucho peso: nos presenta a un negociador de élite (Riz Ahmed) que opera desde la sombra con un sofisticado sistema de comunicación llamado como el título del film gracias al cual se pone en contacto con los clientes que quieren denunciar la corrupción de las grandes empresas que los han puesto en jaque o los han despedido. En este caso, Sarah (Lily James) contacta con él para denunciar un grave caso respecto a la farmacéutica en la que ha estado trabajando y poco a poco todo se va a ir complicando, dejando un horizonte para el negociador y su clienta de lo más oscuro debido a las filtraciones y traiciones a las que se ven expuestos.
Relay es, por lo tanto, una película apasionante. Y de lo más original. Ya de por sí el invento de comunicación entre el negociador y sus clientes es asombroso. Imaginativo, y su proceso de conexión entre ellos digno de estos tiempos de nuevas tecnologías, aunque en realidad el aparato que lo hace posible se dé un aire a cachivache del pasado. Es un poco artilugio intermedio entre lo que conocíamos en los 80 y la absoluta modernidad que permite a sus usuarios operar desde las sombras. Y lo cierto es que el resultado es muy poderoso, muy cinematográfico.
Mackenzie, como director espléndido que es, nos introduce de lleno en ese mundo oscuro en el que Ash no puede darse a conocer, no puede dejarse ver, y ayuda a quien lo necesita por medio de ese complejo sistema de comunicación que no permite al usuario saber ni su identidad ni su ubicación. Nos hace exponernos a un planteamiento apasionante, pero es que el desarrollo de Relay es mucho mejor. La primera hora no puede ser más brillante. Como un thriller de los 70. Admirable. Perfecto manejo del tempo, del montaje, de la tensión… es como estar viendo Mission: Impossible pero sin Tom Cruise al frente.
Y después de la hora sigue a un nivel fabuloso. Ya comienzan a darse los giros y las triquiñuelas de cualquier thriller que se precie, pero continuaremos estresados esperando el próximo movimiento de estos personajes que nos van a tener en vilo las casi dos horas de metraje. Y las disfrutamos encantados.
Relay es un acierto, una de esas películas pequeñitas que están llenas de talento, de acción, de vida. De esas que da gusto estar viendo, que te hacen agarrarte a la butaca con pasión y seguir la trama con entusiasmo. Y a ello ayudan sus actores, un Riz Ahmed fabuloso, hierático, frío y calculador que sabe que su día a día depende de no ser descubierto. Ya mereció el Oscar por Sound of metal (2021) -aunque lo ganó en 2022 por el cortometraje The long goodbye-, en la que interpretaba a un músico que se quedaba sordo y debía aprender lengua de signos para comunicarse, y aquí también hace uso de sus conocimientos del idioma. Lengua de signos americana, claro, no española, debido a la inclusión de un personaje que es sordo, por lo que aquí también ha de signar, aunque lo hace brevemente.
Y Lily James, esa actriz tan dulce a la que hace poco vimos en la estupenda Fuera de la ley pero que desearíamos que se prodigara más en la gran pantalla, porque es estupenda y aquí realiza una interpretación realmente brillante de un personaje que está continuamente al borde del abismo. La heroína que un buen thriller como Relay necesita para mantenernos atentos a lo que ocurre en todo momento.
A los dos protagonistas sumamos la presencia de Sam Worthington, aquí un secundario con carisma pero con un personaje demasiado plano como para evaluar el trabajo del intérprete. Cumple con su cometido y poco más. Tampoco la película requiere otra cosa.
Insistimos en el hecho de que Relay es un soplo de aire fresco en la cartelera, una película estupenda, de lo más recomendable. Un thriller original que no esperas en absoluto y que da mucho más de lo que promete. Salimos del cine con una sonrisa, la que confirma el buen rato pasado dentro y la enorme calidad de lo visto. Es una gozada y si no tiene éxito ahora esperemos que llegue, al menos, a ser película de culto. Se merecería ambas cosas.
Silvia García Jerez