PONTE EN MI LUGAR DE NUEVO: Humor familiar
Ponte en mi lugar de nuevo llega a las pantallas 23 años después de que se estrenara Ponte en mi lugar, la comedia en la que los personajes interpretados por Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan intercambiaban sus cuerpos tras abrir unas galletitas de la fortuna, de esas que se piensa que se inventaron en Japón pero que en realidad inventó el japonés Makoto Hagiwara en San Francisco en el año 1909. El caso es que Tess y Anna, madre e hija, intercambian sus cuerpos esa noche y el resultado sirvió para ofrecer una comedia familiar que en su momento, cuando incluso Lohan estaba en el máximo de su popularidad, tuvo un enorme éxito.
Lo raro no es que se haya rodado una segunda parte de aquella historia sino que se haya tardado tanto en hacerla. Claro, que entonces ni Hollywood se embarcaba en tantos proyectos de remakes, segundas partes o sagas, ni Lindsay, tras alcanzar su máximo estrellato con Chicas malas (2004) estuvo en condiciones de trabajar, porque su pasado con el alcohol y las drogas la llevó a ser detenida seis veces entre 2007 y 2011, llegando a estar incluso en libertad condicional durante cuatro años con el fin de curarse de sus adicciones, y a pasar tiempo en rehabilitación en otras tres ocasiones. Algunas actrices no han llevado bien la fama y menos si les ha llegado siendo unas niñas, como fue su caso, ya que protagonizó el remake del film Tú a Boston y yo a California (1961) en 1998. Y ella nació en 1986.
Una vez pasada la racha de salud y de películas sin demasiado recorrido e inmerso Hollywood en un bucle casi infinito de regreso a viejos éxitos de la industria, en 2024 participó en el remake de Chicas malas, que volvió a funcionar de maravilla en la taquilla, y ahora nos presenta Ponte en mi lugar de nuevo, una vez más de la mano de Jamie Lee Curtis para contarnos cómo, años después de intercambiar sus cuerpos, debido al conjuro de una vidente vuelven a pasar por lo mismo, pero en este caso mezclando también a la hija de Anna, Harper (Julia Butters), y a su futura hijastra, Lily Reyes (Sophia Hammons), ya que el conflicto en esta ocasión estriba en que Harper y Lily no quieren que Anna se case con el padre de la segunda, Eric (Manny Jacinto) para que sus vidas no se trastoquen después del enlace.
Este es el Hollywood que le ha tocado vivir a la nueva generación de jovencitos. El de escasos títulos originales, el de la sobredosis de remakes y segundas, terceras, quintas partes de películas que ya vimos… es agotador. A lo mejor para los espectadores más jóvenes es un favor porque piensan que las películas de hace más de diez años no merecen la pena verse por aburridas o pasadas de moda, pero como no es cierto, los que ya las vimos en su momento estamos atrapados en ese nuevo orden del día hollywoodiense en el que todo vuelve a ser lo mismo otra vez. Y ya está bien, por mucho que tengan un óptimo rendimiento en taquilla. Y Ponte en mi lugar de nuevo lo tendrá.
Lo tendrá porque se trata de una película con un humor familiar que gusta. Mucho. No a todos los públicos, pero sí a una gran mayoría. Se nota al ver la lista de películas más taquilleras. Es, en realidad, un auténtico filón. Y una auténtica pena para quienes no nos reímos con ese tipo de humor fácil y para quienes pedimos que una industria de tanto nivel lo eleve en sus producciones. En las más grandes y en las más pequeñas, que la entrada del cine cuesta lo mismo con una buena que con una mala película.
Ponte en mi lugar de nuevo es una nueva historia que en realidad no deja de ser la que ya vimos hace veinte años, con la variación propia del relato que necesita ser actualizado para justificar su producción. Chistes ya manidos de otras películas previas y situaciones que nos recuerdan a ¿Quién es quién?, la comedia familiar en la que sucedía lo mismo y en la que vimos, por ejemplo, a Elena Irureta siendo la niña que es Sofía Otero y a ésta transformada en su madre, a la que daba vida Kira Miró. Una comedia, aquella, la española, mucho más inspirada que la que ahora se estrena, en la que todo es un despropósito y se producen momentos excesivamente alargados y poco afortunados como los que ocurren en la tienda de discos o en la sesión de fotos promocional de… bueno, quien vaya a ver la película la distinguirá enseguida. Escenas con un humor facilón que hará las delicias de muchos y exasperará a otros tantos.
La comedia es un género complicado y lo que a unos hace gracia a otros deja indiferente. Igual que el terror. Son géneros muy personales pero que en el cine comercial tienen a adecuarse a unos parámetros que funcionen con una media de público estándar. Por eso cuando un título se sale del molde y se arriesga es cuando se agradece, cuando más se disfruta. No es el caso de Ponte en mi lugar de nuevo, y es una lástima.
Lo mejor del film es, cómo no, Jamie Lee Curtis. A pesar de algunas escenas en las que ni siquiera se entiende por qué dijo que sí al proyecto. Pero tiene momentos tan brillantes, en los que se adivina la gran actriz que lleva dentro, que podemos hacer la vista gorda y admitir que a veces hay que aceptar papeles en estas producciones. Eso sí, seguro que se lo ha pasado pipa rodándola y las tomas falsas de los créditos finales nos lo confirman. Además, tiene una personalidad arrolladora que destaca por encima de cualquier personaje. Este mismo año disfrutamos de ella en The last showgirl, donde sin pensarlo mucho también era superior al resto del reparto, incluyendo a Pamela Anderson, que resultó ser la actriz revelación de la temporada, una intérprete a la que el cine de prestigio la ha sacado del ostracismo en el que se metió en los años 90.
Sí, Jamie Lee Curtis es una estrella pero también una actriz portentosa. Y da igual el género en el que trabaje: terror, acción, comedia… es simplemente estupenda allá donde esté y logra que la película en la que interviene aumente inmediatamente el interés. Ganó un Oscar como mejor actriz secundaria por Todo a la vez en todas partes (2022), film que dividió mucho a su audiencia y aunque aquellos a los que no nos gusta nos alegramos por ella, lo cierto es que ese Oscar le tendría que haber llegado por Un pez llamado Wanda (1988), por la que no fue ni siquiera nominada. La comedia es lo que tiene, que repele seriamente a los académicos.
Lo que no es de descartar es que los votantes de los Globos de Oro la tengan en cuenta en la próxima temporada de premios. Quién sabe. Si la taquilla le es favorable y no hay muchos más títulos entre los que elegir, en comedia o musical podría estar presente. La película como tal y en más categorías. Lo cierto es Ponte en mi lugar de nuevo no es la cinta más adecuada para figurar en premios que no sean los Razzies, pero ahora mismo la industria está un poco irreconocible y al igual que hace décadas no se habría fijado en Todo a la vez en todas partes puede suceder que ésta secuela conste entre las comedias citadas en las nominaciones previas a las de los Oscar.
En cualquier caso, con premios o sin ellos, es una comedia loca para disfrutar en familia en una tarde de verano. Por eso se estrena en agosto y por eso es de imaginar que funcionará bien entre la audiencia a la que va dirigida. No hay que pedirle más.
Silvia García Jerez