NAHUEL PÉREZ BISCAYART: En esta película el tabú no es el sexo sino cómo gestionan los personajes su dolor

Nahuel Pérez Biscayart llegó a la vida de muchos cinéfilos cuando en 2017 protagonizó 120 pulsaciones por minuto, la cinta revelación del año en cuanto a lo que a producciones francesas se refería, dijera lo que dijera la Academia de Hollywood, que no la nominó al Oscar a la mejor película extranjera. Aún hoy, y eso demuestra su potencial y su calidad, sigue siendo un título vibrante que ningún amante del cine debe perderse.

Tras él, Nahuel Pérez Biscayart, argentino pero muy afincado en el cine galo debido a ese éxito, se convirtió en el descubrimiento del momento, en el actor en el que estaban puestas todas las miradas, siguió dándonos grandes trabajos en películas igualmente fabulosas: Nos vemos allá arriba, El profesor de persa o No hay amor perdido, que rodó justo después de su colaboración en Un año, una noche, de Isaki Lacuesta.

Nahuel Pérez Biscayart interpreta en No hay amor perdido al padre de una niña cuya madre los abandonó a ambos nada más nacer ésta por ninguna razón en concreto, pero que ante el infortunio se vio obligado a criarla solo. Y la niña, en el presente del film, ya es una adolescente casi más madura que su padre. Tiene novio y unas ganas inmensas de empezar a estudiar fuera, pero también sabe que su padre, aún con la apariencia de autosuficiente, la necesita.

No hay amor perdido es la historia de una amistad entre padre e hija, una amistad que trasciende la relación paterno filial para convertirse en un espejo positivo de cómo deberían ser en realidad las relaciones entre padres e hijos.

Un bonito equilibrio entre los dos que su protagonista, Nahuel Pérez Biscayart, al que La Cronosfera pudo entrevistar de manera telemática, alaba como tal. Con el actor argentino también comentamos otros aspectos del film, como el hecho de que padre e hija hablen con naturalidad de sexo. No es algo que veamos mucho en la vida diaria, ni en el cine ni en fuera de él. Es un tema tabú que por mucho que la sociedad avance sigue quedándose atrás a la hora de plantearlo con más naturalidad. No se habla de sexo entre padres e hijos. Ya está. Y esta película vino a derribar esa barrera. Posiblemente se quede ahí, en la sala de cine, la propuesta de ser más abiertos con él, pero es bonito verlo reflejado en la pantalla, y así se lo dijimos a Nahuel Pérez Biscayart.

En aproximadamente diez minutos de entrevista nos habló también de sus orígenes como actor, de qué le gusta de una película para aceptar trabajar en ella o hasta qué punto le fastidia que sus películas, caso de 120 pulsaciones por minuto por Francia o El Jockey, que se estrena en España el 30 de mayo, por Argentina, no llegaran a la nominación al Oscar. Nahuel Pérez Biscayart reflexiona con La Cronosfera sobre las implicaciones de las películas en las carreras de premios, y lo hace con la misma inteligencia con la que selecciona aquellas que decide interpretar. Es decir, con mucha.

Silvia García Jerez

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