NACHO RUIPÉREZ: Queríamos entretener hablando de la memoria
Nacho Ruipérez parece nuevo en la industria del cine, pero nada más alejado de la realidad. Lleva años en departamentos artísticos de cortos y largos y ahora se estrena en la dirección con un drama en el que habla de nuestro pasado, del pasado de España, en un film que nos lleva de vuelta a la época de la ‘Ruta del Bakalao’ y nos enseña que la actualidad no ha cambiado demasiado de aquella tan negra con la que creímos prosperar. Su título es El desentierro y en la siguiente entrevista nos cuenta, entre otros detalles, cómo se documentó para hacerla tan realista.

La Cronosfera: ¿Cómo nace El desentierro?
Nacho Ruipérez: Con una cámara, con un micro…
Risas
Nacho Ruipérez: Es una ópera prima y la verdad es que me he metido en un buen follón. Pero todos los referentes que manejamos, todo el cine que te gusta, que al final eres un poco heredero de esos gustos, es un poco en esta línea. Yo quería hacer una película accesible para el espectador para contar algo que a mí me importa mucho. Una cosa que me molesta es que el cine de gran público muchas veces, no siempre, cuenta banalidades. Simple y puro entretenimiento. Y nosotros queríamos entretener con cosas que son profundas, como hablar de la memoria, de la mentira, de la verdad, de la corrupción. Creo que se puede hacer, y espero que lo hayamos conseguido.
La Cronosfera: ¿Cómo te documentaste para hablar de todo esto?
Nacho Ruipérez: Hay mucho de vivencias personales porque yo soy valenciano y la productora también. Entonces estamos en un entorno que conocemos bien. Hay mucho de toda esa parte de la Ruta del Bakalao, que no la he vivido pero he leído bastante sobre ello. He conocido a personajes que fueron protagonistas, como Carlos Simó, como el propio Chimo Bayo, con el que me he podido entrevistar.
Luego investigando. Como el guion lo llevo arrastrando tantos años, sobre todo con la incorporación del coguionista, Mario Fernández Alonso, y de tantas otras personas que nos han ayudado. Ha sido un viaje muy largo y he dedicado un año o año y medio a investigar y preguntar.
Queríamos coger una muestra de cada uno de los personajes que parecen en la película. Hemos conocido a mujeres como la de la red de albaneses, a políticos, a periodistas que han publicado, como Sergi Castillo Prats, que ha publicado mucho sobre temas de corrupción en Valencia. Y de toda esa documentación el guion se va cociendo.
La Cronosfera: Tienes escenas muy duras, ¿cuál fue la más complicada de rodar, a nivel físico o emocional?
Nacho Ruipérez: Hay de todo, porque a veces piensas… bueno, a veces, como si yo hubiera rodado mucho…
Risas
Nacho Ruipérez: Me he dado cuenta de que a veces te llevas sorpresas en ese sentido y crees que algo va a ser muy complicado y luego resulta que va como un tiro y los propios actores, con su experiencia, lo hacen fácil, y viceversa, algo que piensas que va a ser súper sencillo y la cosa se complica. Pero es verdad que hay una secuencia, hacia mitad de película, en la que se suceden una serie de torturas físicas, que también es algo que ha sufrido mucho este país, y es difícil, porque ahí pacté con los actores que iba a alargar mucho los planos, que no iba a segmentarlos para que pudieran trabajar con libertad, y lo que vemos en la película es bastante real. Se pegaban de verdad. Francesc Garrido y Jan Cornet se dieron hostias auténticas porque creían que era la única forma de que el espectador lo sintiera como algo verosímil.
Luego, las secuencias de lluvia son complicadas. Alguna noche que hacía tanto frío, y todo se llena de agua y no puedes meter la cámara donde tú quieres, porque hay problemas, porque algo deja de funcionar, muchas complicaciones. Pero supongo que esto es algo que está en todas las películas y lo que hay que hacer es ir ganando experiencia para poder solucionar los problemas. Y rápido, porque en las películas el tiempo es el peor enemigo.

La Cronosfera: Tienes una mujer en la trata de blancas, pero también tienes el otro lado, el de la mujer manipuladora. Es interesante que plantees los dos extremos.
Nacho Ruipérez: Y luego está el personaje de Jelena Jovanova, que ha vivido anestesiado por un grupo de poder, que es la religión, y de repente se convierte en una heroína. Podía ser incluso una parábola de los tiempos feministas en que estamos. Me parece interesante que el cine refleje la vida en los mayores aspectos posibles. En la vida no hay blancos y negros, lo que hay es una extensa gama de grises, y en ese sentido hay mujeres víctimas y también las hay verdugo. O verdugas. El personaje de Ana Torrent está basado en una política española, no diré el nombre porque es muy reconocible. Es muy shakespiriana.
La Cronosfera: Lo de las escuchas parece que lo has hecho a propósito.
Nacho Ruipérez: Ha salido a posteriori. La primera versión del guion estamos hablando de hace 10 años. Esto son cosas que pasan, parece que estaba escrito. Luego también lo hemos visto en El Reino. Es como surrealista. A mí me parece una comedia lo que estamos viviendo ahora. Un guiñol. Y por eso también esa insistencia en introducir el humor en la peli. No es mucho, pero ahí está. Reírnos de algo que es terrible y satirizar lo que ya de por sí es satírico y surrealista.
La Cronosfera: Una cosa que me gusta mucho y que muchos espectadores no escucharán porque la mayoría sale pitando al primer crédito es que al final de los créditos seguimos escuchando al padre y al hijo.
Nacho Ruipérez: ¿Lo viste?
La Cronsofera: Sí.
Nacho Ruipérez: Qué bueno, o sea que te quedas hasta el final. A mí me emociona y espero que a la gente le emocione, porque al final esa relación es lo más importante de la peli. El padre y el hijo y esa falta de no haber podido vivir una vida juntos. Y eso de dejar ese audio al final también es un poco chiste porque volverlo a oír te lleva a un punto nostálgico. Es un regalo para el espectador que se haya quedado hasta el último momento, que es porque entiendo que le ha gustado la peli y se ha quedado madurándola y reflexionando sobre lo que acaba de ver.
La Cronosfera: La película es un puzzle en el que vamos descubriendo el presente y el pasado. También pasa eso con Todos lo saben o con Petra, películas españolas que no siempre han funcionado bien. ¿Qué le falta al cine español para llegar más al público?
Nacho Ruipérez: Por un lado, lo del puzzle era el planteamiento de la película, algo muy Matrioshka, de historia dentro de historia, un poco el manejo del punto de vista, como ocurre en Rashomon. Es una película que habla sobre la verdad y sobre la mentira, pero ¿qué es la verdad? La verdad no es nada, es la suma de esos relatos. Si no investigas, si no sacas algo, no hay nada. Esa cosa de poder repetir una secuencia con otro punto de vista y con otros diálogos que cambian sutilmente nos parecía un juego muy nteresante que va a favor de la temática de la película.
Lo otro que me has preguntado no lo sé, porque yo no soy nadie, no me encuentro en el momento para poder decir qué le hace falta al cine español. Creo que tenemos un cine muy variado, para todos los gustos y para todos los espectadores. No creo que nuestro cine tenga que tener complejo de nada, ni que falte nada ni que sobre nada. En la última década se está haciendo un tipo de comedia de la que entiendo su función de recuperar al espectador en las salas, pero yo no soy espectador para ellas. Pero lo puedo entender e incluso respetar.
Silvia García Jerez