MIGRACIÓN: UN VIAJE PATAS ARRIBA – En busca de aventuras
Migración: Un viaje patas arriba es el título en español de, simplemente, Migration, la nueva producción de la compañía Illumintation que nos trae, periódicamente, historias de los Minions y de Gru, su malvado jefe, a la gran pantalla. En esta ocasión nos habla de patos, de una familia en la que Mack, el padre, es excesivamente protector con sus hijos patitos, especialmente con la pequeña Gwen. Pero su hermano, un poco mayor que ella, quiere salir del estanque, quiere conocer el mundo, porque cuando llega el tiempo de la migración a tierras cálidas, las bandadas de patos se marchan a disfrutar de ellas.
Pero Mack está decidido a que la familia no se marche. Fuera hay muchos peligros y aunque quedarse en el estanque sea muy aburrido, es la mejor opción para que no les pase nada. Eso sí, de ese modo te expones a estar como el tío Dan, un pato enorme, gordo y desilusionado. Pero la insistencia de Dax, el hermano de Gwen, es tanta que incluso la madre ve que es necesario salir de su habitat para que los niños conozcan el mundo. Y de este modo, Pam convence a su marido para poner rumbo a Jamaica. Todos. Incluyendo al tío Dan.
Por supuesto, el viaje estará lleno de peligros, la aventura será extrema y los personajes se verán involucrados en situaciones de lo más estresantes, porque si no, no habría guión para hacer una película y el público no se lo pasaría tan bien como se lo va a pasar viendo Migración: Un viaje patas arriba.
Os lo podemos asegurar: Migración: Un viaje patas arriba es pura diversión para toda la familia. Hay momentos de más tensión, otros algo oscuros, pero los giros tienen que tener lugar en una película que pretenda captar la atención del público. Si no pasara nada, si todo fuera fácil, si no hubiera presión a lo largo del viaje, el resultado no funcionaría. O sería muy flojo, que es algo muy parecido.
No es el caso. Migración: Un viaje patas arriba es una película ideal para estas Navidades, aunque su tema no sea precisamente navideño. Pero no importa, ir al cine en familia sí lo es, y esta cinta es un acierto para contentar a todos sus espectadores. Sus personajes están bien dibujados, y no sólo por tratarse del género de animación, tienen perfiles interesantes y arcos dramáticos que los hacen más profundos que ser simplemente presentados ante la audiencia. Y las tramas están bien construidas, por lo que en ningún momento el espectador va a aburrirse. Porque aunque dure poquito, una hora y veinte minutos, hay películas que en ese tiempo, y en mucho menos, han conseguido desinteresar a quienes habían comenzado a verlas. A todos nos ha pasado, tenemos que admitirlo, pero con ésta no ocurrirá.
Y claro, no estamos ante una película de Disney, por lo que aquí no vamos a encontrar canciones. Banda sonora sí, pero no canciones cantadas por los personajes en momentos musicales destinados a sus lucimientos. Aquí la historia se cuenta como si de una película de aventuras de acción real se tratara, y eso a quienes no soportan las canciones en las películas de animación les supondrá un aliciente para acercarse a verla.
Migración: Un viaje patas arriba está destinada a hacer las delicias de los más pequeños, sin olvidar al público adulto, que también se meterá de forma instantánea en la historia y lo pasará mal con algunos momentos. No hay que subestimar la animación. Siempre ha sido un género fabuloso en todas sus variantes: 2D, 3D, Stop-Motion, para muy niños, para niños, para adolescentes o sólo para adultos. Sus posibilidades son inmensas y normalmente ofrecen títulos que son admirables. Es, seamos sinceros, de los géneros que menos defraudan y Migración: Un viaje patas arriba es un buen ejemplo de ello.
Silvia García Jerez