Matar cansa, pero la sangre resbala
La primera vez que leo el nombre de Jaime Lorente es en el cartel de Esto no es la casa de Bernarda Alba –la adaptación lorquiana firmada por Carlota Ferrer-. O quizá fuera durante la emisión de La casa de Papel. Lo que sí recuerdo es escribir a mi amigo A. a las puertas del teatro. «Este niño es el futuro del teatro patrio». Enviar. Lorente había interpretado la mejor Adela de los últimos años. Y después, el fenómeno Netflix que ya conocen, el bombazo. No es hasta la presentación de la programación de la temporada 19-20 cuando vuelvo a saber que se subirá a un escenario, al del Pavón Teatro Kamikaze. Esta vez, en la piel de un fanático de un asesino en serie, en Matar cansa, escrito por el argentino Santiago Loza.
El protagonista es «un chico neutro», o eso le dice su madre, que es un «chico neutro». Es decir, que es un cobarde. Que es en el otro donde encuentra su propia vida, en las acciones del otro, en los actos del otro, nunca en su persona. Un monólogo a priori valiente y voraz, pero que se queda a medio gas. Un texto incómodo y poético que se esmera en la belleza de la sangre y abandona la psicología. Una sucesión de brochazos misteriosos y amorales que se desdibujan sobre el escenario. ¿Dónde acaba el fanático y empieza el asesino? ¿Dónde nace la veneración? ¿Dónde acaba? ¿Y la incomodidad? ¿Y la fe?
Matar Cansa es todo Jaime Lorente o, mejor dicho, es sólo Jaime Lorente. Sobre él recae el peso de un texto difícil y la interpretación y las ganas y el miedo y el vacío. Un cuerpo desnudo sobre un escenario desnudo en el que el cambio de espacio -estaba previsto para El Ambigú- también juega en su contra. Y pese a la pandemia, a la belleza casi superficial de esta palabra, a los rincones vacíos, a la suspensión frente al asesinato y a la violencia sorda, Lorente configura una interpretación tremendamente honesta, que se ve solapada por un buen trabajo de iluminación, firmado por David Picazo.
Un punto de partida interesantísimo que se desgasta en la provocación inicial y termina siendo un montaje neutro. Quizá sea eso, que la rotundidad y la adrenalina se pierden en el anhelo, que los ojos del otro no sean suficientes…, y los nuestros tampoco.
Horario:
FECHA: 8 Oct – 22 Nov 2020
HORARIO:
Jueves 8 Oct, 20:30 h. (estreno absoluto)
Martes a Sábados, 20:30 h.
Domingos, 18:00 h.
Horarios especiales
Domingo 11 Oct, 20:30 h.
Función especial
Lunes 12 Oct, 19:00 h.
ESPACIO: La sala del Pavón Teatro Kamikaze.