Loving Pablo, de Fernando León de Aranoa
En realidad, son pocas las críticas que podemos hacer respecto al último trabajo de Fernando León de Aranoa, nos referimos a la esperadísima Loving Pablo. Está bien realizada, ambientada, su ritmo es trepidante, en fin, solo hay un pequeño detalle en todo esto, ¡trata -otra vez- sobre la vida y “obra” de Pablo Escobar!
Desde las innumerables referencias bibliográficas sobre el tema, pasando por las series de televisión, Escobar: el patrón del mal, y la más conocida por todos, Narcos, de Netflix, que le dedica dos temporadas enteras, (además de exitosas producciones cinematográficas), León de Aranoa indaga, de nuevo, en la historia de este célebre narcotraficante colombiano, pretendiendo que se conozca la historia a través de una de las parejas de éste, Virginia Vallejo, una periodista que fuera amante “clandestina” de Escobar por muchos años cuando éste se encontraba en la cima de su “carrera”.
A los que hemos visto todo lo que se ha realizado sobre este personaje, la película del director de Princesas (2005) no nos ofrece nada nuevo, quizá algún detalle que han dejado de lado las anteriores producciones sobre el tema, pero en general la historia ya está tan contanda y, sobre todo, tan desgastada que es difícil a estas alturas querer pretender “iluminar” al público respecto a la biografía de este singular hombre que fue pieza clave en crimen organizado colombiano en los años 80.
Loving Pablo, en cierto sentido, retrata un Pablo Escobar lo más cercano a la realidad, a través de los ojos de una mujer que lo amó y lo odió al mismo tiempo, si es que esto es posible, recordemos que la película se basa en sus memorias. Si bien parece que ya lo hemos visto todo sobre este personaje, en esta cinta se explora el punto de vista de Vallejo, quien compartió su vida con el narco en la cima del cielo y en lo más profundo de los infiernos, y, sobre todo, cómo se hundió con él.
El reclamo principal del filme es, cómo no, la pareja protagonista, un Javier Bardem reconvertido en este narco colombiano, cuidando todos los aspectos físicos: una barriga exacerbada, un ceño fruncido muy característico, el bigote, un tono de voz y una actitud soberbia y desenfadada, tal cual nos han hecho ver que era Escobar, muy sobresaliente. Incluso me atrevería a decir que es una de las mejores representaciones que se han hecho de este hombre.
Pero Penélope Cruz se cuece aparte. La recreación de la afamada periodista: inteligente, guapa, extrovertida y, en algunos momentos, ambiciosa, es encarnada por Cruz de forma tan eficaz, que durante el metraje nos olvidamos de Pe y solo vemos a Vallejo en toda su humanidad. Extraordinaria.
Nos preguntamos porqué han tenido que filmar este proyecto en inglés, con acento colombiano. Esto es funcional para los que vemos el cine solo en versión original, pero para los que prefieren el doblaje se encontrarán con actores españoles, doblados por personas que intentan por todos los medios imitar el acento, lo que resta credibilidad al relato.
Para los que no han tenido la oportunidad de ver Narcos, o El patrón del mal, o alguna otra de las producciones que sobre el tema abundan, esta película será sorprendente, reveladora e imprescindible. Para los que lo han visto todo con anterioridad, Loving Pablo supone un extenso resumen la las obras que le preceden.
Estreno en salas: 9 de marzo.
Por: Karina Tiznado