LILO Y STITCH: Alienígena en acción real
En el año 2002 la factoría Disney estrenaba Lilo & Stitch y ahora, en 2025, vuelve a recuperarla. Lilo y Stitch se titula en este caso en nuestro país, con la conjunción escrita de forma latina, y el cambio al respecto de la animada reside en que es la nueva entrega de la saga de Disney convertida a acción real. La falta de ideas, de creatividad, de un éxito contundente para un título que parta de cero en la compañía hace años que le llevó a esto. Un completo error que no tenemos claro que su padre y fundador aprobara sin torcer el gesto, pero lo cierto es que más allá de que los proyectos originales brillen por su ausencia, estas revisitaciones suponen, en algún caso, una fuente de recaudación importantísima para el estudio. No fue en el de Blancanieves, que resultó ser un fracaso sonado, pero, de momento, sí lo está siendo el de la que nos ocupa, que ya tiene vendidas, en preventa, más de 80.000 entradas, lo cual es una cifra descomunal que apunta a taquillazo.
Lilo y Stitch nos cuenta la historia de una niña que, junto a su hermana mayor, acaba de perder a sus padres, y su vida sin ellos es mucho peor porque su hermana, que hace lo que puede por cuidarla, es una joven que empieza a enfrentarse con el mundo adulto pero que no llega a desenvolverse en las tareas domésticas con las que desgraciadamente le toca lidiar. En este contexto, y a falta de un amigo que no la maltrate, como le ocurre en el colegio con sus compañeros, una noche Lilo ve lo que parece ser una estrella fugaz pasando por el lugar en el que se encuentra su casa, y pide un deseo. Un amigo de verdad.
Deseo cumplido, porque Stitch llega a su vida con toda la fuerza de un alienígena que forma parte de un experimento en un mundo que no es la Tierra. Stitch aterriza con su nave huyendo de quienes en su planeta quieren deshacerse de él por proyecto fallido, y Lilo lo encuentra en una tienda de animales, conecta con él de inmediato y lo adopta convencida de que es un perro y de que no hay otro cachorro que le interese. Quiere a Stitch y Stitch la quiere la ella. Pero Lilo no es la única que lo quiere, ya que dos alienígenas han salido de su planeta para capturarlo y llevarlo de vuelta. Uno de ellos, el científico que lo creó. Eso sí, ninguno de los dos tendrá fácil camuflaje entre los humanos ni dar caza a un experimento que no está dispuesto a entregarse y que es más escurridizo y astuto de lo que pensaban.
Lilo y Stitch, que en su momento tuvo muchísimo éxito -costó 80 millones de dólares y recaudó en todo el mundo 273- pero que en años más recientes ha visto cómo el mercado del merchandising se volcaba con ella y se han lanzado decenas de productos con sus personajes. El estreno de la adaptación a acción real para la gran pantalla no hará sino consolidarla por completo como un fenómeno dentro de su factoría. Y lo cierto es que se lo merece. Porque está hecha para encandilar a la audiencia a la que está dirigida, que son los más pequeños de la casa.
Sí, Lilo y Stitch es una película destinada a los niños más chiquititos. Todo, desde el diseño de su alienígena azul hasta el humor del que hace gala, desde las travesuras que protagoniza Stitch hasta las caricaturas de villanos que son los alienígenas que lo persiguen, por momentos puro slapstick en pantalla, está pensado para que los niños se lo pasen pipa con las aventuras de quienes dan título a la cinta.
Stitch es muy divertido, achuchable incluso, aunque es muy grande y muy pesado, y hace cosas que a los más pequeños les va a fascinar. Sus trastadas tienen asegurado el gozo de los niños. Y, claro, la venta de peluches y merchandising va a volver a dispararse.
Pero Lilo y Stitch también es un drama familiar que aborda la orfandad, el acoso escolar -pese a que no es muy cruel mostrándolo, que es un Disney para público infantil- y la actuación de los servicios sociales ante situaciones descontroladas. Estos temas también están presentes para darle a la historia una dimensión no sólo lúdica, aunque su tratamiento no sea extremo, como es lógico. Lilo y Stitch toca todo aquello que se refiere a la familia y a la amistad sin ser duro con las consecuencias que a veces traen las malas decisiones de quienes las toman. Es, sobre todo, una película divertida con la profundidad que requiere una historia que pretende ser algo más que un relato plano. Se dirige a una audiencia infantil pero sin tomarla por básica, lo cual también le honra.
Eso sí, no nos engañemos: Lilo y Stitch no es para todos los públicos. Los adultos pueden entretenerse con ella porque Disney sabe muy bien lo que hace produciendo películas para los más pequeños, pero la cinta es única y exclusivamente para consumo de éstos. Padres, hermanos mayores, tíos y demás potenciales acompañantes no la van a ver con los mismos ojos. Pensarán que Stitch es monísimo, pero es posible que no se entreguen a la historia del mismo modo. Y será normal porque la película no se hizo para ellos, aunque no les quede, en muchos casos, más remedio que ir a verla. Pero no pasa nada: no siempre los más pequeños cuentan con producciones destinadas para ellos. La cartelera suele estar destinada, de unos años a esta parte sobre todo, al público adolescente. Ni siquiera los adultos encuentran muchas veces películas ideales a las que acudir, pero lo que está claro es que los niños más chiquititos están habitualmente faltos de producciones que estén a la altura de sus necesidades como espectadores iniciáticos. Y se agradece que Disney no los olvide y les tenga, de tanto en tanto, preparado algún estreno con el que hacerlos felices.
Silvia García Jerez