La espía roja: Biopic, historia y… Judi Dench

Los biopics no suelen ser fáciles. Adaptar la vida de un personaje de forma verídica e interesante para el gran público sin adornarla puede ser una ardua tarea -y si no, que se lo digan a ‘Bohemian Rhapsody’-, pero ‘Red Joan’ -en su versión original- parecía tenerlo más complicado para no cumplir.

La adaptación de la vida de Melita Norwood, reconvertida en la ficticia Joan Stanley por el escritor Jennie Rooney, llega a la gran pantalla para hablar del espionaje de los años 30 y de cómo una joven universitaria de Oxford se propuso salvar al mundo con un peculiar plan. Intercalando, una historia de amor e intereses privados ligados a las ideologías de la época.

Recurriendo a una narrativa dual entre dos épocas -el presente del año 2000 y la juventud de la espía, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial-, el personaje de Joan es interpretado por una correcta Sophie Cookson y una sobresaliente Judi Dench. Quizá la segunda se lleve el peso del filme, que de alguna forma consigue hacer más interesante su trama -que no se aleja del sofá de la casa de una anciana- que la de la joven universitaria.

La espía roja

Un ritmo desenfadado y entretenido dota a Trevor Nunn de credibilidad como director de cine, pese a haberse pasado más de 20 años fuera de las cámaras. Sin embargo, la historia termina por flojear en un ambiente poco tenso que, seguramente, en las páginas de su adaptación original se aproveche mucho más. La historia, por otra parte, es innegablemente elegante en la semántica del espionaje bélico del pasado siglo.

‘La espía roja’ aprueba, aunque no con nota. Un biopic sencillo de ver, pero que consigue que el espectador esté más pendiente de buscar una acción propia del cine de espionaje que de seguir una trama romántica digna de ‘How I Met Your Mother’. ¿Se podía haber hecho mucho más? Quizá sí, pero con Judi Dench en pantalla, poco importa.

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