LA CORRIENTE (Ibiza Blue): Amistad por encima de todo

La corriente (Ibiza Blue) es un proyecto pequeñito que llega a nuestras carteleras para traernos una historia de amistad en los días posteriores al confinamiento en Ibiza. Dos amigos, Carlos (Jesús Lloveras) y Julio (Gonzalo Bouza) se reencuentran años después de haberse distanciado por una desgracia ocurrida en la vida del segundo, quien huyó sin mirar atrás dejándolo todo en Madrid para instalarse en la isla balear. Por su parte, Carlos decide irse para allá cuando en su familia otro suceso espeluznante marca un antes y un después para él, y considera que lo mejor también es marcharse de Madrid y buscar a ese amigo que, al serlo de verdad, lo va a querer acoger. A pesar de las reticencias iniciales al respecto por esa separación que en realidad ninguno de los dos quería.

Y cuando ya han limado las asperezas iniciales, llega el momento de disfrutar de la isla. Ibiza Blue, título internacional, es Blue por la tristeza que ahoga a sus personajes pero también porque queda patente el azul claro que invita a recorrer sus playas, a hacer un turismo asombroso aprovechando que no hay nadie en ellas porque se está saliendo del confinamiento. Julio dedica el día a trabajar y Carlos a correr y a entrenar en el mar, nadando todo lo posible para llevar a cabo su propósito, que es llegar él solo a otra de las islas vecinas del archipiélago. De este modo, cada uno, por separado van a conocer a Alba (Alicia Lorente), una joven que, además de que también quiere huir de un pasado terrible, espera la llegada de la amiga que le ha dejado el piso mientras toma el sol en una de sus playas. La casualidad hace que Alba conozca a los dos amigos pero que ninguno de los dos sepa que el otro la conoce porque sus rutinas no se cruzan.

Gonzalo Bouza y Jesús Lloveras, 
los protagonistas de la película La corriente (Ibiza Blue)
Gonzalo Bouza y Jesús Lloveras,
los protagonistas de la película

‘Empecé a escribir la película en el confinamiento y la acabé en post confinamiento, ya en Ibiza, ultimando detalles y demás… pero era un momento tan incierto que no sabía si la iba a palmar en cuatro días o qué. Así que escribí algo que fuera realizable por poco dinero y me dije que si al final todo cuadraba, lo hacía. Algo asequible que mostrara Ibiza en el estado en el que estaba, después del confinamiento. No se la había visto así en sesenta años, con las discotecas cerradas y todo. La intención era hacer una película honesta, íntima y de verdad. Eso sí, el tema de la pandemia está muy de fondo porque creo que es una película que podría funcionar sin que el covid hubiera existido.’ Son palabras de Jesús Lloveras, su guionista, director y actor protagonista, al que pudimos entrevistar con motivo de la promoción de La corriente (Ibiza Blue).

‘La isla es otro personaje’, nos cuenta Gonzalo Bauza, Julio en la película. ‘Yo me acuerdo de unas mujeres británicas y norteamericanas que llevaban allí desde los 60, y me decían que esa era la Ibiza que habían conocido y por la que se habían quedado.’

La corriente (Ibiza Blue) es una de esas películas pequeñitas que se te van quedando grabadas en la memoria mientras las ves. Su sencillez y su naturalidad ayudan a que eso ocurra. Parece una película hecha entre amigos que se conocen muy bien, lo cual es el caso, y se nota, para muy bien, en el desarrollo de la historia. No hay nada que reprochar ahí, como bien recuerda Gonzalo: ‘Tú ves las películas de Martin Scorsese y Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci eran colegas, eran amigos. Entonces me llama Jesús y me dice que tiene esta idea y yo me lanzo, claro que sí. Y ha sido muy fácil trabajar juntos porque hay una química ya creada.’

De esta forma, la amistad que une a los personajes en la ficción es absolutamente creíble y nos transmiten a la perfección aquello por lo que han pasado. Sus vidas no han sido fáciles y sólo ahora, en el reencuentro, pueden empezar a plantearse hablar de lo ocurrido. A lo mejor no los dos, y no demasiado, pero dar un paso hacia esa apertura ya es algo. ‘Son temas’, asegura Jesús, ‘que más que tratar el propio tema en sí, tratamos la consecuencia. Es muy duro ser el ser querido que se queda aquí, el que sufre las consecuencias de la pérdida del otro. Y a veces no se tiene que decir nada, simplemente hay que estar ahí.’ Añade Gonzalo que ‘la emoción primaria no es tanto la agresividad o el enfado sino un dolor y un trauma fuerte.’

Pero no todo en La corriente (Ibiza Blue) es terrible. La capa de amistad es fabulosa, como espectador también querríamos estar ahí, entre las caravanas, tomándonos algo con ellos. Son personajes tan cercanos y tan reconocibles que también querríamos ser sus amigos. Pero nos toca ser meros espectadores de sus andanzas por Ibiza, de la que nos muestran lugares asombrosos: ‘Yo Ibiza ya lo conocía hace muchos años, mi padre y mi familia me habían enseñado ciertos rincones, pero quería enseñar lugares emblemáticos y una vez allí quería usar al personaje de Julio, que ya se ha convertido en más local, para enseñar más en profundidad la isla y que nos lleve a la otra cara de Ibiza. Sitios como Es Vedrá, que es muy emblemático, y el Faro de Portinatx, en el norte de la isla, que yo no lo conocía. Lo fuimos a ver y quisimos utilizar el faro más alto de las Baleares, que es maravilloso, y al lado de los acantilados, donde se ven unas puestas de sol increíbles. Fuimos juntando piezas que no conocíamos y otras que descubrimos en el proceso.’, nos cuenta Julio.

Un trabajo meticuloso que se nota en la pantalla y se disfruta en la butaca. La corriente (Ibiza Blue) es una película dura y a la vez deliciosa, no sólo debido a lo bien contada que está la historia de amistad de los protagonistas, también por los escenarios que podemos ver de la isla que le da título a la cinta. Tan acertado es todo en ella que uno quiere, una vez que acaba, irse a pasar unos días allí. Seguro que, al igual que la película, no defraudan.

Silvia García Jerez

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