«IRRATIONAL MAN», EL RETORNO DEL MEJOR WOODY ALLEN
Con «Irrational man«, la enésima película del neoyorquino Woody Allen se da la extraña paradoja de ser la primera excelente que el director firma en unos cuantos años. Cuatro en concreto, que podrían no ser apenas nada en la carrera de cualquier otro, donde ese mismo tiempo se ocupa en estrenar una sola, pero todos sabemos que Allen no para, y cuantos más años cumple parece que más energía tiene, por lo que mientras el mundo descubre su nueva cinta él ya tiene otro proyecto en marcha, eso sí, sin título, ya que suele bautizar sus películas en algún momento entre el rodaje y el proceso de postproducción.
Después de la desastrosa «A Roma con amor«, la irregular «Blue Jasmine«, interesante pero lejos de ser la gran obra de la que en su día se habló, y la muy decepcionante «Magia a la luz de la luna«, en la que su inagotable fuente de estupendas ideas parecía estar más bien seca y en la que solo brillaba bajo la luna del título un Colin Firth olvidado en todas las galas de premios porque agosto no es el mes ideal para estrenar nada en Estados Unidos si quieres estar presente en la carrera al Oscar, por fin nos llega una película que poder sumar a las más recomendables del director.
«Irrational Man» nos cuenta la curiosa historia de un profesor universitario de la asignatura de Filosofía incapaz de inspirarse con nada, ni gracias a nadie, pero al que la amistad con una de sus alumnas le lleva a encontrar el modo de salir de su tedio: cometiendo un acto irracional que él, en su mente, tiene perfectamente razonado.
Curiosa, como decía antes, incluso divertida, pero no en el sentido que envuelve el género de la comedia más pura. Woody no siempre es desternillante, cosa que suele recalcar sin que se le haga mucho caso: alguna vez ha asegurado que cree que más de uno se ha reído con momentos o diálogos de sus películas, sin que esa risa estuviera inicialmente prevista, porque aunque su trayectoria esté dominada por el humor, no todas sus obras lo contienen, e incluso le da pena comprobar cómo no siempre es capaz de hacer notar la diferencia.
Pero tiene razón, no hay más que recordar la estupenda «Match Point» o la fallida «El sueño de Casandra«, la ya citada «Blue Jasmine» , o esa obra maestra en la que la vida de Owen Wilson cambiaba por completo cuando llegaban las doce de la noche en la capital francesa, para darnos cuenta de que el tono agridulce a veces supera a la carcajada.
Y ahora, con «Irrational Man«, retorna ese Woody más seco, el que no busca tanto la risa como la reflexión. Un Allen con toques hitchcockquianos en el que el público va un poco por delante de aquellos personajes que no son el protagonista. Y claro, le funciona.
Joaquín Phoenix, ese gran actor que suele decantarse más por películas que den prestigio a una carrera que por las que baten récords de taquilla, realiza un trabajo verdaderamente soberbio. Es su primera vez con Woody, y a tenor del resultado es de esperar que no sea la última.
Su compañera de reparto, Emma Stone, merece un capítulo aparte. Casi una película para ella sola. ¡Cómo se puede ser tan grande sin que la pantalla se rompa! En su caso, es la segunda vez que coincide con el director, ya que «Magia a la luz de la luna» la tiene a ella como reclamo femenino. Pero lo que hace en este nuevo film de ambos eclipsa los logros que pudiera haber conseguido en el anterior, de tal modo que oscurece la magia previa para crearla en la presente con mucha más fuerza. La manera de mirar, de preocuparse de su personaje, de estar ausente sin estarlo, dan la medida de la gran actriz que se esconde tras un nombre al que Hollywood no acaba de reconocer como debe.
Joaquín y Emma componen una de las mejores parejas cinematográficas de los últimos años. Es una gozada verlos compartiendo plano, talento y un guión que va creciendo a medida que avanza hasta conseguir una de las obras a tener en cuenta de un director al que en realidad nadie pierde de vista.
Silvia García Jerez