HUGO GÉLIN: «Para hacer reír hay que ser muy serio»
Hugo Gélin, guionista y director de Mañana empieza todo visitó Madrid para presentar esta nueva comedia protagonizada por Omar Sy, el actor que encandiló a los millones de admiradores de Intocable. Ahora ambos se atreven con el remake de una cinta mexicana de hace dos años titulada No se aceptan devoluciones, en la que un mujeriego empedernido se ve obligado a criar a la hija que tuvo en uno de sus muchos romances pasajeros. Mañana empieza todo es la versión francesa de aquel éxito hablado en español.
La Cronosfera: ¿Qué tiene la cinta original para querer realizar este remake?
Hugo Gélin: La historia tiene dos ventajas: es muy especial y al mismo tiempo es universal. La historia está escrita de entrada por un mexicano y funcionó en los Estados Unidos. Yo he hecho el remake en Francia y a pesar de haber cambiado muchas cosas en mi película, la historia es la misma. Veo, después de que mi película haya salido al mercado internacional, que la historia funciona en todas partes. En Alemania, en los Países Bajos, Israel, y espero que en España.
Pero a mí lo que me interesó de la historia es esa relación entre padre e hija monoparental que es muy interesante. Y muy moderna. Y después el grado que tiene el personaje entre lo real y el invento. La mentira, la vida soñada de un niño y todas las razones por las que él se comporta así. Todo eso a mí me ha interesado mucho y me ha divertido mucho.
L. C.: Es una comedia pero pasan unas cosas tremendísimas.
H. G.: Sí, pero así es la vida. La película empieza como una verdadera comedia clásica y después, efectivamente, los personajes tienen cada vez más un peso dramático que para mí tiene dos virtudes. La primera es enriquecer la historia principal, junto con los personajes, y la segunda es seguir haciendo reír por contraste. Cuando se tiene una subintriga dramática uno se ríe todavía más en ciertos momentos porque la risa hace bien. Y esa mezcla de géneros me gusta mucho. Después, los acontecimientos que ocurren en la película, especialmente al final, son un poco secretos pero son dramáticos y a pesar de todo uno sale de verla con un sentimiento muy positivo, con el recuerdo de lo mucho que has reído.
L. C.: Hablando de la mezcla de géneros, ¿cuál es el truco para conseguir ese equilibrio entre la comedia y el drama?
H. G.: No lo sé porque a mí me parece natural. Yo entiendo que se traza una línea muy fina para conseguir el equilibrio, y no hay un método. Como decía antes, se parece a la vida. En la vida uno puede estallar a carcajadas en un entierro o estar en una fiesta y de repente recibir una llamada dramática por teléfono. Para mí es casi más complicado hacer solamente una comedia o solamente un drama. La mezcla es más fácil de lo que uno podría creer. En Francia hay una expresión para ello: comedia dramática. Pero en realidad no quiere decir nada porque para mí la comedia es algo también dramático. Yo lo que quiero decir es que es un drama divertido.
L. C.: Gracias a Intocable, y también a esta película, Omar Sy, el protagonista, no solo es una estrella sino que además lo vemos como alguien muy divertido. ¿En el rodaje también es un actor divertido?
H. G.: Sí, es divertido y es muy generoso. También es alguien extremadamente currante porque para hacer reír hay que ser muy serio. Es una cuestión de ritmo, de música, de palabra, y hay que estar muy concentrado. Da la impresión de que es un trabajo en que uno se divierte y está a gusto pero realmente requiere mucho rigor. Y sobre todo aún más cuando está trabajando con una niña. Ella tiene que entrar en el ritmo, tiene que estar en el mismo nivel. Hay que hacer las películas de manera muy seria pero sin tomarse en serio a uno mismo. A partir de ahí todo sale bien.
L. C.: ¿A cuántas niñas vieron para elegir a la protagonista?
H. G.: Necesitábamos una niña de unos diez años, mestiza, que hablara perfectamente francés e inglés, una buena actriz, y tenía mucho miedo de no encontrarla. Además, comparte el cartel con Omar, así que no es que sea solo su hija, es que es también la protagonista. Hicimos un casting enorme en Francia, Estados Unidos, Inglaterra y Canadá, además de en Internet, y fue la primera que me llamó. Fue de locos. Ella vive en Estados Unidos y vi algunos vídeos suyos, porque antes de ser actriz, que esta es su primera película, era cantante de rap y DJ. Ha publicado un álbum en inglés. Es impresionante, es una artista.
Eso sí, mientras ella llegaba a Francia vi a muchas otras niñas, pero no eran como ella y cuando llegó me confirmó que era la mejor. Yo le pedí que no se aprendiera el texto de memoria porque no hay nada peor que los niños que recitan. También hubo mucha química entre Omar y ella, se adoran. Ella se va de vacaciones a su casa, se ha hecho amiga de las hijas de Omar, Omar se interesa por ella, quiere saber qué tal va… Está en un colegio americano muy estricto. Toca el piano, el violín, juega al baloncesto y hace conciertos de rap y es DJ. Y todo eso sonriendo, porque es muy humilde.
L. C.: El diseño de producción es espectacular, con esa casa decorada para una niña y un niño grande, los dos protagonistas.
H. G.: Esa es la suerte de hacer cine. Uno escribe cosas como que hay un tobogán y una piscina de bolas y los Playmobil gigantes y la pared hecha de Lego como un mapamundi… uno lo escribe y quienes tienen que hacerlo lo toman en serio y es una manera de hacer realidad nuestros sueños. Era muy divertido y nos divertimos mucho haciendo un piso que era como un parque de atracciones. Todos los niños del equipo vinieron a verlo al plató. Y todos los adultos bajaron por el tobogán. Es un poco como el apartamento de Tom Hanks en Big.
L. C.: La banda sonora es muy llamativa por preciosa. ¿Cómo fue la elección de las composiciones?
H. G.: Quería que la película tuviera una identidad que fuera más allá de la película. Nos encontramos con un compositor americano que ha hecho películas estupendas como Aquí y ahora (The espectacular now), Rob Simonsen, y fue una suerte porque cuando se lo pedimos pensamos que nunca iba a aceptar una película francesa, pero se vino a Francia y vivió conmigo en París para componer la música y después nos fuimos a los estudios Abbey Road de Londres a grabarla.
L. C.: Me ha llamado la atención que el malo al que hay que dar caza por parte de la madre espía sea Wong Kar-Wai, ¿por qué?
H. G.: Es para los cinéfilos. Porque solo los cinéfilos lo comprenden. Es divertido y por eso se llama así.
Silvia García Jerez