HÉCTOR HOLTEN
Con una trayectoria de 20 años sobre las tablas, ex-miembro de la Compañía Nacional de Teatro en México D.F. Tiene en su haber más de 10 series, entre ellas El Chapo, Crónica de Castas o Como tu no hay dos.
LA CRONOSFERA: ¿Cómo ha interrumpido la pandemia tu trabajo?
HÉCTOR HOLTEN: Me encontraba haciendo una serie de televisión que producía Televisa y Lemon Films. «Como tu no hay dos». Cinco meses llevaba trabajando en ese proyecto cuando fue concluida en marzo por el virus… No, no es que se interrumpiera, decidieron terminarla aunque se sacrificaron algunos capítulos. También estaba ensayando una obra de teatro con Luis De Tavira que por desgracia se cancelo, ese proyecto se llamaba Matteo Ricci; va sobre un jesuita que por el año mil quinientos se introdujo a China, para introducirles el catolicismo sin saber que en China ya estaban muy adelantados en ese tema, ya que no necesitaban de reformadores de nuevas religiones. Los jesuitas pensaron que iban a enseñar y terminaron aprendiendo. Es una historia interesante, pero se quedo ahí.
Creo que muchos paradigmas se acabaron, parece ser y quiero creer que se está gestando un despertar global
LA CRONOSFERA: ¿Cómo ha influido en tu disciplina personal?
HÉCTOR HOLTEN: Sinceramente, estoy agradecido y emocionado por este cambio, porque he encontrado muchos hallazgos que van a incidir en mi actoralidad. Estoy muy interesado por otras cosas como la arqueología o la astrología. No siento que haya repercutido en mi trabajo en si mismo, más bien me he descubierto con otras facetas que me han descubierto otros intereses. No he parado de trabajar, hice tres series, un par de películas, muchos castings…la verdad es que he tenido más tiempo para descansar y estar en casa.
Algo interesante que me ha pasado es que se me han caído varios paradigmas tanto actorales como humanos. No tiene precedentes lo que estamos viviendo.
Como sociedad vamos a vivir muchos contrastes. Pero lo que esta por venir, tanto en la economía, como en la religión y en el arte, me pongo a pensar en ¿Qué vamos ha decir, nosotros los actores?
Ahora me he dado cuenta de cual es nuestro deber como actores, ¿Para qué lo hago? ¿Cómo lo hago? Tengo algunas certezas o intuiciones que he estado analizando, y veo que uno de los propósitos de ser actor es como la de un mensajero que hace de intermediario entre la obra y el público. Esa consistencia que nos hace actores que aun no llega a explicarse del todo porque hay muchas divergencias. Un actor es un Angelo, es decir un Angel. Hay mucha gente que es mensajero y no lo sabe, para bien o para mal, mira como esta la gente enajenada frente a sus televisores recibiendo un mensaje, actores que tienen ese talento para enajenar, orientar o mediatizar. Es peligrosísimo. Por eso me cuestiono si estoy contribuyendo como actor o como persona a formar una sociedad consiente, despierta, crítica. En este tiempo de crisis, hay que reflexionar acerca de eso.
En ultima instancia, el teatro está para recordarle al espectador el día de su muerte.
LA CRONOSFERA: ¿Cómo crees que esta crisis modifique al teatro?
HÉCTOR HOLTEN: Ya nos ha pasado, el teatro siempre ha estado en crisis. El teatro funda la televisión y el cine. El teatro siempre ha sobrevivido y sobrevivirá. Lo que no estoy seguro es, ¿Qué será menester contar? Yo me siento atribulado por tantas propuestas que no entiendo con todas estas vertientes y ramificaciones del teatro. Lo que me guste a mi es lo que va imperar, no, esa es una idea errónea. Pero, tampoco todo lo que se propone es digno de interés. Hay que descubrir lo que el teatro quiere decir. ¿Qué es urgente decir? En ultima instancia, el teatro está para recordarle al espectador el día de su muerte. Esta premisa tiene mucho sentido.
LA CRONOSFERA: ¿De qué te haz dado cuenta?
HÉCTOR HOLTEN: Aspiro a aprender la lección de lo que ahora nos está enseñando esta situación. Aspiraría a que aquello que me está diciendo la realidad, en mi despertar, saberme coherente, porque apenas digo bien, ya estoy mal. Es difícil ser coherente en esta situación. Es un trabajo incesante.
En cuanto a la situación política, no soy fatalista, no creo en el sistema que ahora prevalece.
Me considero creyente, para mi la palabra Dios no alcanza para dotarle de significado a ese algo, como la energía. Todo esto que emitimos se va algún lado, no se va a la nada. Algo que alimenta a algo. Tanto positivo como negativo. Eso se va algún lado y puede transformar el mundo. Si todos contribuyéramos a generar una empatía con los demás, sería otra cosa.
Hace veinte años puse en cuestión mi ideología, pero ahora veo que vamos a ver un cambio drástico en la religión. Creo que muchos paradigmas se acabaron, parece ser y quiero creer que se esta gestando un despertar global, una sensibilidad diferente a como nos la están vendiendo.
Aspiro a aprender la lección de lo que ahora nos está enseñando esta situación.
LA CRONOSFERA: ¿Qué harás cuando termine todo esto?
HÉCTOR HOLTEN:…. Pues ya lo estoy haciendo en parte. Comenzar a pensar en dejar la ciudad y restarle importancia a otras cosas, quiero centrarme más en la luz, en emitir buena energía, en tratar de anular el Ello, hablar con los demás, intercambiar energía, no solo palabras, volver a retomar lo humano, saber gozar de las cosas, respirar, estar con la naturaleza. ¿Te das cuanta que ya no estamos en las cosas? ¿Qué es lo importante? La vida. Quiero estar contento. Estuve veinte años en la Compañía Nacional de Teatro y no estaba alegre, no tuve fines de semana en veinte años. Algo se construyó en mi y estoy agradecido, pero por algo renuncié. Podría decirte que en una guerra, podría actuar. A riesgo de perder la vida, prefiero pederla en el teatro, que en mi casa, pero si puedo escoger, es estar con la familia. Ser congruente con lo que tu digas y que eso mache con una obra y que te dejen trabajar. Valoré las cosas. Cada uno es un mundo y yo ponderé mi vida.