ENTREVISTA A NIÑO DE ELCHE Y MARC SEMPERE-MOYA POR SU CANTO CÓSMICO

La última vez que nos vimos fue el pasado verano, al finalizar el rodaje de Canto cósmico, pues lacronosfera.com asistió a el rodaje de Ensayo de fe, donde Niño de Elche representaba un paso de Semana Santa con sus portadores en cueros y él, bajo una sábana, inmóvil, cual divinidad, mártir o verdugo, como una estatua sin ser personaje, ni apenas persona.

En este primaveral invierno, el documental ya estrenado nos da a conocer a Niño de Elche, desdoblándose en su entorno cambiante y a través de quienes le han ido esculpiendo como Francisco, Francis o Paco.

En la librería Ocho y Medio, frente a los cines Golem donde se proyecta, nos encontramos con Niño de Elche y el director, Marc Sempere-Moya.

Leire Apellaniz, codirectora del documental, no ha podido asistir esta vez. Sin embargo está presente durante la charla y los recuerdos comentados.

Llevo una fotos impresas de aquel día y repasándolas, comenzamos la entrevista. 

La Cronosfera: ¿Recordáis ese último día?

NIÑO DE ELCHE ¡Claro! Pero, ¿nos hemos visto después, verdad?

L. C.: A las puertas de una barbería, cerca del teatro Pavón. Te asalté en modo fan, pues venía de haberte visto cantando en los balcones, en Pamplona, y en su Ciudadela gritando “el amor es cruel y egoísta” hasta casi tragarte el micrófono. 

NIÑO DE ELCHE: Ya, ya (risas). Qué bueno que estuvieras allí. Ese fue un bolo especial.

L. C.: Como anoche. ¿Qué tal el estreno en Madrid?

MARC SEMPERE-MOYA: Maravilloso. Todo; el antes de la peli, el durante, y el después con la fiesta. Y también, el después de la fiesta (risas).

NIÑO DE ELCHE: Muy divertido, sí.

MARC S-M: Había una energía preciosa, porque todo el mundo estaba muy entusiasmado. Había una sensación de amor, de agradecimiento, y todo muy compartido. Una alegría, de verdad. Y luego, en el club Malasaña estuvimos muy a gusto bailando, y hasta cuando nos despedimos. Ahí se juntó una constelación de personajes muy simpáticos y todo fue muy divertido (risas).

L:C.: ¿Os ha quedado la película que queríais?

MARC S-M: Totalmente. Y el proceso ha sido muy curioso. Realmente la peli empezó con una intuición, a lo loco. Paco todavía no era muy conocido y no tenía ningún sentido. Y comenzamos a financiarla haciendo paellas-espectáculo y con el dinero que sacábamos, hicimos los primeros rodajes con Jimmy Gimferrer,que es el fotógrafo de las primeras películas de Albert Serra, una persona muy carismática y muy fuerte. Y ahí, con él, estaba ya la peli -dirigiéndose a Niño de Elche, para él, Paco-; en esas primeras cosas que rodamos con tu madre y el cuadro, y con tu padre y la escopeta. Todo eso ya estaba grabado, pero después lo hemos vuelto a grabar. Después, yo me perdí (risas). Porque la vida es así. Y me perdí mucho (risas). Y luego, vino Leire y me ayudó a volver. Y hemos acabado la peli juntos… Me acuerdo un día, en el montaje, cuando se pone las escenas con fotos y en un momento (y mira a Paco), llegó tu escena desnudo y encajó todo. Solo de verla, me puse a llorar y pensé ‘lo hemos conseguido’.

L.C.: Es una secuencia poderosa. La luz, el tono, el cuerpo y esos cánticos…  

MARC S-M: Ha sido crear las condiciones para que se de un milagro. Y se dio. Ha sido y es de agradecimiento máximo: a Paco, a su familia, a la vida…

L.C.: Has estado con él durante más cinco años. 

NIÑO DE ELCHE: Desde el 2015, desde mediados.

L. C.: ¿Cómo habéis estructurado todo el material?

MARC S-M: Cuando llegó Leire, ya llevaba como tres años grabando mucho y de una manera muy sencilla, muy underground, pero realmente hicimos un guión. Y la peli es muy el guión. Como las intervenciones de la gente, que no había que decir más de lo que hay. Sabíamos que tenían que durar tres minutos y queríamos que dijeran, justo, eso. Hacíamos un par de tomas y ya está. Y cuando rodamos, lo hicimos con ese guión. Después de cuatro años estaba todo encarrilado. La cosa fue en los primeros cuatro años, que realmente era ver cómo meterlo. Porque estaba la idea, había esa intuición de narrar a una persona y no desde su individualidad, porque siempre somos contextos y relaciones con las personas que te encuentras.

L. C.: Como nos definen y cómo nos ven.

MARC S-M: Exacto. Y cómo te constituyen. Cada uno verá en la peli lo que quiera. Y lo hemos hecho con esa intención; que sea muy libre de interpretaciones, pero sabiendo que los personajes que salen son Paco y lo que Paco ha pillado de esas personas, que lo han conformado. Como si fueran fotos de su cerebro y de su alma. Porque no es Pedro G., y no es Angélica Liddell, sino que es Paco. Esas personas son Paco, y Paco es esas personas.

L. C.: Cuando te lo proponen y cuando empiezas a sentir esa sombra con cámara al hombro, ¿hubo algún momento de pudor o arrepentimiento?

NIÑO DE ELCHE: Durante el proceso no sabría decirte un momento concreto, pero me imagino que sí. Porque cualquier proceso creativo relacionado con lo experimental, con la experiencia en una forma radical, pues siempre hay momentos que dudas. Y el pudor, por supuesto que está delante de la cámara. No es algo que haga normalmente, aunque esté mucho en público, pero con diferentes recursos y diferentes formas de observarte, mirarte y relacionarte. Entonces, claro, surge el pudor, que está en algún momento más latente y también esa duda de lo dicho, pero como yo cambió bastante opinión (risas). Claro, que luego pienso que está dicho hace tres años y entonces, tiene sentido que esté… En fin, todas estas dudas me reinaban al final, pero tenía una máxima: esto es como una improvisación. Y eso es lo que es. Y después, ya la persona que la recoge hace su relato, su discurso. Para mí era muy importante que Marc junto a Leire hicieran su discurso, su relato, y no transmitirles vergüenza, duda o interrogante -que es normal que esté-. Intenté hacer un ejercicio para que todo eso no estuviera, que no impidiera, que no les entorpeciera su proceso. Y estamos contentos con toda la película porque creo que hemos sabido respetar al otro y confiar, tener fe en el otro. Y para mí es lo más importante en cualquier proyecto artístico. Eso es súper importante. Lo más de izquierda que tenemos es creer en el ser humano. Desde esa perspectiva humanista, alimentar al otro, sino no tiene sentido.

L. C.: Alimentar cuerpo y alma.Y en Canto cósmico está de diversas formas; en los discursos y las imágenes; desde esos ecos de caza con sus ciclos naturales y la tierra, a esos pájaros desplumados por arte o para ser comidos, o lanzados a volar, hasta las piezas fílmicas de Val del Omar.

NIÑO DE ELCHE: En la película se debaten cosas y se plantean dudas, pero las más existenciales, realmente, nunca las llegué a plantear porque era un trabajo mío, personal, y no tanto una cuestión estética.

MARC S-M: Pero a mí nunca me llegó un mínimo atisbo de pudor, inseguridad o desconfianza por parte de Paco. Ni una vez dijiste ’no’ a esto, o no me saques así… Y yo te grababa saliendo en el cuarto de baño, saliendo de la ducha. Y vale. Que des martillazos mientras cantas, te decía. Y vale. Que voy a grabar a las personas con las que no te hablas y estás enfadado. Perfecto. Entonces, él habrá hecho, como dice, su proceso interno, pero para mí, como director, ha sido un privilegio máximo. Y siempre, dándolo todo. Además, tiene un tempo escénico que delante de la cámara se nota. Como en sus performances. Y eso también era un gustazo, porque sabía que ahí, cuando las grababa, no había fallos.

L.C.: Contad de las colaboraciones. ¿Están previamente plantadas, se lo pedís a los artistas, o surgen como resultado del propio proceso vital y creativo de Niño de Elche?

Liddell ya trabajó con él en su espectáculo sobre su madre, y aparece Val del Omar mientras en el museo Reina Sofía hay una exposición conjunta de instalación sonora.

NIÑO DE ELCHE: No sé en qué momento surgió, pero es una propuesta más de Marc. Aunque también es verdad, que si te acercas a mi trabajo están siempre las colaboraciones.

MARC S-M:  Además, la peli es fiel a la cronología biográfica de Paco -que no sé si queda claro, si se explica totalmente-. Quiero decir, que empieza en Elche, luego Paco llega a Sevilla y entonces, entran las primeras colaboraciones con Cantizano, quien es el primero que lo sacó del flamenco, porque así fue. Y continuamos con Antonio Orihuela, que lo introdujo en la política y en leer determinados libros, quien le lleva a esa manera de ver el arte y de hablar de las lógicas, lo importante son las lógicas y los formalistas rusos…

NIÑO DE ELCHE: Y terminamos con Ernesto Artillo y Ensayo de fe.

L.C.: Así también conocemos a esos poetas, comisarios, músicos, pintores, bailaores, dramaturgas, y demás creadores y artistas que le han influido…

Que Niño de Elche igual reinventa o retoma la copla por loops, que afina voz y guitarra frente al Guernica.

MARC S-M: La peli acaba en Madrid y con Angélica -quién estaba trabajando entonces, con Ramón Andrés-, con toda esa visión ritualística del arte y del sacrificio que también lo tiene Paco.

L.C.: Con Angélica ya habías trabajado en su espectáculo sobre su madre, ella empalada cual crucificada y tú cantando a su alrededor. Brutal.

NIÑO DE ELCHE: Lo es. Angélica es un ser que entró en mi vida para removerlo todo.

MARC S-M: La peli es muy fiel a la cronología de Paco, con esas personas que le han marcado en cada momento y son un punto de inflexión. Realmente es como seguir su pasado, su presente y su futuro. Y ha sido como seguir todo ese arco vital, que también yo he vivido en primera persona y me ha cambiado. ¡Han sido tantos años (risas)! Yo entré al proyecto con un pensamiento sobre la política, lo que es la tradición y la cultura popular, con una manera de entender qué es dios o que no es… Y todo eso ha ido cambiando junto a él y en parte por él. He ido aprendiendo de Paco y de la gente que le rodea. Ha sido como estudiar. ¡Ha sido estudiar! ¡La cátedra “Niño de Elche”! (risas)

L. C.: Pues voy a apuntarme al siguiente curso, aunque ver el doc es ya como sacarse un máster. Con ese comienzo que es glorioso, con esas imagen difundidas como formando un alíen, o una cueva, donde quiero meterme y estar ahí. Y luego, pasas a varias confesiones nocturnas, sobre ese miedo sentido desde la cuna hasta compartir el colchón. ¿Cómo está rodeado todo eso?

MARC S-M: Qué guay. Qué bien que te haya gustado. Muchas gracias, de verdad. Respecto a lo del palmeral de Elche, de noche, lo teníamos ya grabado en el mismo sitio y buscábamos ese misterio. Pero tuvimos que grabar dos días porque se nos acabó la luz. Y después, en la secuencia del “cruising” -bueno, yo lo llamo así (risas)-, ahí son solo las luces del coche. 

L.C.: Y ahí hablas hasta de tus ronquidos…

NIÑO DE ELCHE: Pero ya no ronco (risas). Como he adelgazado… 

L. C.: ¿Y duermes mejor?  

NIÑO DE ELCHE: Sí. Salvo por las pesadillas que no me dejan (risas).

L. C.: ¿Qué tal ha reaccionado la familia? ¿Les ha gustado Canto Cósmico? Tu madre se emocionaría viendo la secuencia, contigo de inmaculado blanco, cantándola casi al oído. ¡Cómo te mira y cómo la besas al final! Y la de tu padre en la azotea…

NIÑO ELCHE: Sí, sí. Ya lo vi con mis padres. Pero esta misma mañana, me ha llamado mi madre porque va a ir a verla toda la familia que participó en Elche, y me encantaría estar. Para ellos es una cosa muy extraña. Creo que aún están en shock.

MARC S-M: En la proyección del Festival de Sevilla, donde estuvieron sus padres, para mí fue muy emocionante. Ver a su padre y a su madre llorando y dando las gracias, era muy fuerte.  

NIÑO DE ELCHE: Para mí fue muy curioso ver, comprobar cómo podía ser… Para ellos ver toda su reacción. Claro, son personas que no van a una sala de cine desde la juventud, gente que no ve cine, y todo es muy extraterrestre, Hablé con mi madre tres o cuatro días después de Sevilla, y me decía lo comentaba con papá, que le parecía un sueño: “hemos estado en Sevilla, he visto una película en pantalla grande, hemos vuelto y estamos aquí de nuevo”. Si yo lo vivo como una extrañeza, como un milagro, pues ¡imagínate ellos! Como si un ovni les hubiera recogido… La verdad que para mí, actuar es algo así; llegas, se crea un mundo y después, en el hotel, solo, te comes un sandwich super triste (risas). Recuerdo hace mucho, pero mucho tiempo, cuando tras un bolo en el Gran Teatro de Elche, todo muy clásico, volvemos a casa y estoy en la cocina, cuando mi madre toca la puerta y me pregunta: Francis, ¿tú qué sientes cuando la gente te aplaude? Y yo, comiéndome un bocadillo de atún con tomate (risas). Me figuro que ahora, ellos lo verán un poco así, acercándose a esa sensación de vacío. Algo que tiene que ver también con la posesión y el amor, y lo mundano…

MARC S-M: Que también aparece en la peli.  

Seguiríamos hablando, pero el tiempo manda y tienen más entrevistas que atender.

Nos despedimos y una se emociona cuando Niño de Elche -dentro de mis gustos y de alguna manera, también formándome- no olvida y acaba diciendo: “A ver si nos volvemos a cruzar por las calles”. “Lo espero”, contesto.

Si no, seguro que le veo pronto encima de un escenario.

O visualizo este Canto cósmico una vez más.

Mariló C. Calvo

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