EMILIA PÉREZ: Redención a ritmo de musical

Desde su comienzo, su apabullante comienzo, Emilia Pérez te deja asombrado, gracias a esa Zoe Saldaña traspasando la pantalla con su brutal secuencia inicial. No has visto nunca una película con semejante derroche de originalidad, con tanto carisma y a la vez tanta ternura para hablar de temas de permanente actualidad en el México en el que se sitúa la acción y de otros universales que hoy, en un mundo que tenemos por avanzado, encuentran ya cabida sin provocar demasiado escándalo. Aunque siempre haya a quien la elección del sexo le parezca una aberración, nadie puede evitar que así sea.

Zoe Saldaña y Karla Sofía Gascón ne Emilia Pérez
Zoe Saldaña y Karla Sofía Gascón

Y es que Emilia Pérez nos cuenta la historia de un temible narcotraficante, Manitas del Monte (Karla Sofía Gascón) que desde que nació ha querido ser una mujer. Y para él ha llegado el momento de conseguirlo. Busca a la mejor abogada, a Rita Moro (Zoe Saldaña) para encontrar a quien le haga la operación, y sin decírselo a nadie más, ni siquiera a su mujer, Jessi (Selena Gómez), desaparece en el cuerpo y la personalidad de Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón sin el maquillaje de Manitas). A Manitas lo dan por muerto y es Emilia la que toma el mando de su vida. Y todo en ella va a cambiar, ahora que se lo puede permitir porque ya es otra persona.

De hecho, hay un momento muy significativo en el film, un diálogo que resume el espíritu de la película cuando Manitas le explica a Rita lo que pretende. ‘¿Quieres cambiar de sexo o cambiar de vida?’, le pregunta Rita. ‘¿Cuál es la diferencia?’, le responde Manitas. A partir de entonces todo cambia para ellas, para las dos, porque Rita no se mantendrá al margen de lo que para Manitas ahora supone ser Emilia Pérez.

Y es que además del cambio de sexo Emilia va a plantearse otro, que tiene que ver con su antiguo trabajo y con el mal que ha ido esparciendo por México el narcotráfico. Por lo tanto, Emilia Pérez es una reivindicación de la libertad individual, del respeto colectivo y de la memoria histórica para el restablecimiento de la paz en las vidas de aquellos a los que los cárteles se las han destruido.

Zoe Saldaña en uno de sus números musicales  de EMILIA PÉREZ
Zoe Saldaña en uno de sus números musicales

Y todo esto lo cuenta el francés Jacques Audiard con canciones, haciendo de esta historia un musical rodado en español, porque es el idioma que se habla en México, con un narcotraficante transexual como protagonista. Sólo la definición de lo que es Emilia Pérez ya es llamativa, pero quien se adentre en la experiencia que supone ver la película va a quedarse fascinado, tanto por la forma como por el fondo de lo que Audiard propone y ha conseguido.

Jacques Audiard es una leyenda del cine francés prácticamente desde su descubrimiento con Un héroe muy discreto, su segunda película, que data de 1996. Doblemente ganador de la Palma de Oro de Cannes, con Un profeta en 2009 y con Dheepan en 2015, volvió a competir por ella con Emilia Pérez y aunque no la ganó, obtuvo el Premio del Jurado y las tres intérpretes fueron reconocidas como las mejores del festival. Y Francia, más adelante, decidió enviarla a luchar por el Oscar a la mejor película internacional, ya que aunque esté hablada en español es producción de su país, y aunque no sea el estilo de cine que Hollywood premia puede tener bastante presencia en las candidaturas. Y lo merecería.

Emilia Pérez es un tren en marcha que te arrolla con verdadera pasión. Y nosotros se lo permitimos porque es una gozada asistir a un espectáculo tan original que no puede ponérsele una sola pega. En el primer número musical, con esa coreografía tan robótica y tan singular, que viene a recordar levemente, lejanamente, a las de Polvo serán, sin que sus directores, a buen seguro, hayan tenido contacto alguno para ponerse de acuerdo, ya nos tiene atrapados. Estamos en las manos de Jacques Audiard, en sus ‘manitas’, para lo que nos quiera contar a continuación. Y nos va entusiasmando a cada escena, a cada canción, a cada giro de guión. No se puede tener una aproximación más acertada a los temas que trata en el film ni rodar con más talento secuencias tan complicadas como todas aquellas a las que se enfrenta aquí.

Le ayudan, claro está, tres actrices descomunales, cada una en un papel diferente e igual de magnético, aunque tal vez de entre las tres destaque Zoe Saldaña, que es la que acaba quedando en el recuerdo, más allá de Karla Sofía Gascón, cuyo personaje es precioso y ella convierte en inolvidable, pero la fuerza de la que Zoe Saldaña hace gala en cada una de sus apariciones en la película es tan portentosa que uno sólo puede rendirse a su enorme trabajo poniéndola a ella por delante de las demás.

Selena Gómez interpreta a la mujer de Manitas del Monte

Y habría que recalcar algo respecto a la interpretación de Selena Gómez: su personaje llevaba mucho tiempo casado con ‘Manitas’, pero las circunstancias de su matrimonio han hecho que nunca llegara a acostumbrarse a un acento mexicano que siempre le ha sido extraño. Por eso habla así, por eso es complicado entenderla. No es un mal trabajo el suyo, aunque vaya a haber quien lo denoste. Simplemente hay que comprender por qué su acento no está al mismo nivel del de sus compañeras.

Porque, insistimos en esto, Emilia Pérez, si algo tiene, es muchísimo nivel. Es una de las mejores películas del año. Se vio en mayo en Cannes y nos ha llegado a los cines ahora, al menos dentro del año en el que se descubrió para el mundo. Y nos ha dejado igual de atónitos que a quienes la vieron allí. Es una película valiente, con una vitalidad inmensa y un mensaje maravilloso envuelta en unas canciones increíbles y unos números musicales para el recuerdo. Emilia Pérez es, desde ya, como película y como personaje, un mito de la historia del cine.

Silvia García Jerez

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