UN DÍA MÁS CON VIDA: Angola en Motion-Capture

Un día más con vida es un tormento y una gozada. Ambas cosas a la vez. Un tormento porque se trata de un documental que recrea la experiencia vivida por el reportero polaco Ryszard Kapuscinski, a quien interpreta Miroslaw Haniszewski, y recogida en su libro homónimo, donde relata la guerra civil en Angola cuando se descolonizó de Portugal y fue invadida por Sudáfrica. Y una gozada porque no puede estar mejor hecha ni transmitir mejor el horror de lo ocurrido.
Un día más con vida es el resultado del concienzudo trabajo de sus dos directores, Raúl de la Fuente y Damian Nenow, quienes se sirven de la técnica denominada Motion-Capture, la misma con la que se logró que Andy Serkis se convirtiera en Gollum en la saga El Señor de los Anillos o en César, en la nueva trilogía del planeta de los simios, para rodar la parte de animación que contiene la película.
Sí, especifico, la parte de animación porque Un día más con vida nos acerca a la Angola de 1975 por medio de acción real también. Gracias a esta última se cuentan los testimonios, con imágenes de archivo incluso, que apoyan todo lo que los protagonistas que aún pueden contarlo le exponen a la cámara. La animación queda para trasladar a imágenes más amables, si tal término cabe en esta historia, aquello acerca de lo que es mejor no ser más gráfico. Por terrorífico.
Y el resultado es un documental con mezcla de estética de cómic, con un montaje muy picado que nos lleva de una técnica a la otra en una fracción de segundo para volver a la anterior antes de que nos demos cuenta. Cinematográficamente hablando, es un prodigio de ritmo narrativo. En términos históricos, un tesoro en forma de legado.
En aquel entonces, solo Kapuscinski y su compañero, el periodista Artur Queiroz, una de las voces que da su testimonio en imagen real, se atrevieron a acudir a cubrir ese infierno. Tanto es así que la guerrillera Carlotta, a la que conoceremos solo en imágenes de archivo, le pide al reportero que se asegure de que no se los olvide. De no ser por él nadie se habría acercado tanto a la zona de conflicto y el pueblo que luchó por sus derechos habría quedado olvidado en su individualidad, cosa que no se merecen quienes dieron su vida por la libertad.
Una libertad relativa, como ya veremos en un momento dado, pero por la que es imposible no haber intentado darlo todo, como de hecho ocurrió tantos años atrás.

Las matanzas en UN DÍA MÁS CON VIDA se recrean con animación
Las matanzas en UN DÍA MÁS CON VIDA se recrean con animación

El relato político del film es tan importante como el relato humano, y a ambos se consagra Un día más con vida, consiguiendo una película como pocas veces hemos visto en una pantalla.
Resulta tan admirable como emocionante acompañar a los reporteros y a los guerrilleros o sus líderes, escuchar sus argumentos, sus porqués dentro de un contexto que no es sencillo para nadie, en el que todos tienen sus motivos porque la guerra es un monstruo que te da la vuelta y no te reconoces ni tú mismo cuando te examinas.
Un día más con vida recorre todos los puntos de vista para que tú te formes el tuyo propio. Hasta Fidel Castro hace su aparición en el metraje, porque en esa guerra civil, que duró hasta 2002, la URSS y Estados Unidos se disputaron el liderazgo del territorio, con Cuba y Sudáfrica luchando in situ, en una Guerra Fría en pleno continente africano.
Todo ello queda reflejado en la película con una claridad dolorosa, con la fuerza con la que se viviría hoy si estuviera ocurriendo. No es el pasado, en muchos aspectos es algo que sigue ocurriendo, que está vivo en la memoria de los afectados y de los testigos, algo que jamás van a olvidar, y por eso ahora, tanto tiempo después, les cuesta contarlo sin emocionarse. Lógicamente.
La combinación de la animación con la acción real es un acierto. Se siente más cerca todo el relato. Gracias a esa mezcla, nos colisiona en nuestra percepción y nos lleva sin demora a aquella Angola sufriente que padeció y se fortificó. Que intentó no desaparecer y que ahí continúa. El cine vuelve a traernos la Historia y con ella dignifica aún más a esos protagonistas que no quisieron ser olvidados y que gracias a Un día más con vida permanecerán siempre con nosotros.

Silvia García Jerez

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