Anabelle vuelve a casa: Los Warren nos siguen dando el miedo que merecíamos
En los últimos años, Expediente Warren ha ido construyendo tímidamente un universo rico en el que consolidar toda una experiencia cinematográfica. Dentro de los márgenes del Universo Cinematográfico de Marvel, el Conjuringverso tiene otro logro que nadie le puede rebatir: Ha conseguido traer de vuelta el género de terror (que no de sustos) a la gran pantalla.
Aunque sin conseguir elevarse a películas evento -las súper producciones que marcan un hito en taquilla-, las cintas que produce James Wan han ido subiendo de categoría hasta ser marca de garantía segura de su género. Y gracias a esto podemos disfrutar de Anabelle vuelve a casa, una tercera parte que no desmerece para nada lo conseguido en el marco de un personaje ya casi icónico.
Anabelle vuelve a casa es el cierre de una trilogía -aunque esto nunca sea una afirmación segura hablando de franquicias- que surgió a través de una de las historias más escalofriantes de la primera cinta de los Warren, una muñeca diabólica. Parecía casi obligatorio tener una película dedicada a la figura de este tópico, muy poco explotado hasta ahora. Y, aunque con una primera película algo atropellada, la precuela consiguió salvar la baza de lo que auguraba una sub-franquicia con un personaje con mil oportunidades cuyo nombre ya anticipaba pasarlo mal en la butaca de cine. Ahora, esta tercera parte llega a los cines el viernes 12 de julio.
La trama promete desde el principio, y es que el matrimonio Warren lleva a Anabelle al sitio aparentemente más seguro del mundo para retenerla: Su casa. Retenida en una urna de cristal bendecida, la muñeca no causará ningún problema, a pesar de estar en el particular museo diabólico de la familia. Sin embargo, un año después, los Warren salen de viaje dejando a su hija Judy -interpretada por una genial McKenna Grace– con la canguro de turno y su mejor amiga, muy unida al mundo de los muertos. ¿Que qué pasa? Sí, tal vez sea justo lo que estés imaginando.
Pero la vuelta a los tópicos de las trilladas slasher no distraen del objetivo primario, es más, realzan el miedo como si de una experiencia totalmente nueva se tratase. Y es en lo que acierta, un ritmo marcado por una trama sencilla, pero que sabe poner toda la carne en el asador para ser posiblemente el fin de una saga.
La pertenencia a un universo compartido le hace ganar puntos respecto a los fans, y no los pierde para los nuevos espectadores. Anabelle Vuelve a Casa es una batería de referencias al universo de los Warren, que pasan totalmente desapercibidas para los recién incorporados pero serán enormemente valorados por los veteranos.
Anabelle Vuelve a Casa es una película más de terror, pero que destaca dentro de una época en la que el suspense se entiende como un par de planos marcados por una subida de música y tres saltos en el asiento. Anabelle vuelve, formando parte de algo más grande, pero con la garantía de dar a su público lo que va buscando: Disfrutar pasando miedo; de ese que todos echábamos de menos.
Javier RS