ADRIANA OZORES: El rodaje en Vietnam fue fantástico

Adriana Ozores lleva la interpretación en la sangre. Proviene de una generación de actores, entre los que se encuentra su padre, José Luis, sus tíos, Antonio y Mariano y su prima Emma, todos ellos Ozores admirables, de quienes ella tenía, no le queda más remedio, que heredar un talento que traspasa la pantalla. Pero es que además en persona es igual de grande. Nos recibe en un céntrico hotel de Madrid y charlamos con ella sobre Thi Mai: Rumbo a Vietnam, la comedia agridulce que protagoniza junto a Carmen Machi, Aitana Sánchez-Gijón y Dani Rovira,

Adriana Ozores posando con el cartel de THI MAI: RUMBO A VIETNAM

La Cronosfera: Yo pensaba que iba a ver una comedia y en realidad tiene una base dramática muy fuerte, aunque tu personaje es un desmadre.
Adriana Ozores: Un desmadre total, exactamente. Es un CONmadre, que ahora te explicaré por qué es un conmadre, pero sí, es un desmadre. Es que digo conmadre porque es un personaje que me ha recordado mucho a mi madre, que ha sido mi mejor maestra. Entonces, de repente empecé a encontrar puntos de conexión con cómo es mi madre y me hizo mucha gracia. Me he divertido mucho haciendo eso.
L.C.: A mí me ha recordado mucho a una mezcla muy dispar entre Paco Martínez Soria y la Thelma de Thelma & Louise.
A.O.: Pues un poco eso, muy bien dicho. Es que tiene esa cosa tan española, que nos ves a los actores trabajando de una manera determinada, y luego esa cosa de la aventura, del valor, de la valentía, de la osadía, de iniciar una aventura de ese calibre, porque no es solamente me voy a Vietnam, es que me voy a meter con las instituciones, me va a dar igual que el Primer Ministro me diga que no, que yo tiro para adelante, y eso es muy estupendo.
L.C.: Por un lado tienes esa pedazo de escena en el Casino…
A.O.: Claro, ella se transforma.
L.C.: Con el Cinquillo, todo súper español.
A.O.: Exactamente. Entonces ella trae toda su cultura de Pamplona, donde juega al Cinquillo con sus amigas, las de allí, o con su familia. Porque ella no tiene conciencia de que está en otro país. Eso es lo divertido de ese personaje, que tiene esa cosa tan naïf y tan graciosa.
L.C.: Pero por otro lado tiene su parte reivindicativa de hasta aquí hemos llegado.
A.O.: Eso es. Pero yo creo que es muy importante la comunión con sus amigas, que le hace tomar esa decisión. Yo no creo que ella sola hubiera podido. Me acuerdo siempre de la película Te doy mis ojos, que son las amigas las que le hacen abrir los ojos. De todas formas es cierto, cuando hay un tema de abuso lo primero que te dicen los terapeutas es que lo cuentes a las mujeres. Cuéntaselo a las amigas, cuéntales lo que te ha pasado. Entonces creo que es la complicidad con tus amigas, la unión y el apoyo que sabes que tienes incondicional, el que hace que esta mujer cambie de esa manera y tire para adelante.
L.C.: Yo me he quedado muy tocada con el papel de Carmen Machi y su interpretación…
A.O.: Está maravillosa.
L.C.: …y Aitana Sánchez-Gijón también está estupenda en papeles muy distintos.
A.O.: Tan amigas y tan diferentes.
L.C.: Es como muy trilero, ¿no?
A.O.: Totalmente. Es que ¿cómo se entienden, se quieren y se apoyan si no tienen nada que ver? Pero eso pasa en la vida y eso te demuestra que el cariño está ahí y que hay un entendimiento por debajo de la apariencia. Eso mola mucho.

Las tres protagonistas en el puesto de comida de THI MAI: RUMBO A VIETNAM

L.C.: ¿Cómo ha sido el rodaje en Vietman?
A.O.: Fantástico. Fantásticooo. (Lo repite con enorme énfasis) Muy muy muy bonito. Yo mucho me tengo que agobiar en un país para no pasármelo bien. No es una ciudad fácil, Hanói, es una ciudad complicada, pero a mí todo lo de viajar me viene bien. Y lo disfrutamos mucho, nos reímos mucho. Porque vives la ciudad no como un turista, sino como hay que vivirla, exactamente como uno de allí.
L.C.: Y todas las escenas que tenéis allí, como la del puestecito de comida…
A.O.: No, eso es así. La que tomaba comida de los puestos de la calle era Aitana. Ella se lo comía todo y Carmen y yo decíamos esto no me lo como, pero Aitana se lo ha comido todo. Y le ha sentado fenomenal, no se puso mala nunca. Pero es verdad que por ejemplo, esa escena del puesto es tal cual. Yo no sé cuánta figuración podía haber. ¿A lo mejor había cinco de figuración y resto era gente de verdad? Eso también te lo digo porque no había tanta organización, porque ellos no tienen tanta tradición de hacer cine y entonces era todo un poco a ver qué pasaba.
L.C.: ¿Y cómo fue la escena en los arrozales?
A.O.: Tal cual. Yo creo que fue una de las primeras secuencias que hicimos. No al final, y me parecía de las más complicadas. Yo allí con unos tacones como estos (me enseña los enormes tacones que lleva) metiéndome en los arrozales tal cual, y disfrutando mucho con las compañeras actrices de allí, porque son actrices súper conocidas allí en Vietnam, de series de televisión. Las que hacen de las agricultoras, recolectoras de arroz. Y nada, nos lo pasamos muy bien, ellas hablando en vietnamita y nosotras en nada, en inglés o en nada, porque ellas tampoco entienden inglés, pero fue muy divertido.

Carmen Machi, Dani Rovira, Aitana Sánchez-Gijón y Adriana Ozores en THI MAI: RUMBO A VIETNAM

L.C.: Me ha llamado la atención en la película Pepe (el perro de su personaje).
A.O.: Qué drama. Le digo al productor: Larry, ¿yo no puedo llevar a Pepe al estreno, como gran protagonista? Yo, con mi traje maravilloso, llevo a Pepe. Y el otro día me escribe Larry: lo hemos intentado, Adriana, pero Pepe murió. ¿Pero por qué murió Pepe? Pero si no era mayor. Y murió mi Pepe. Si no, hubiera estado aquí, en el estreno.
L.C.: Madre mía.
A.O.: Sí, es maravilloso Pepe.
L.C.: Además que vivía estupendamente comiendo de todo.
A.O.: Que se lo comió tal cual el solomillaco que le pusimos.
L.C.: Me ha gustado mucho tu vestuario. Tienes un vestido alucinante con florecitas que me ha entusiasmado.
A.O.: Normal, normal. Si es que estuvimos eligiéndolos la estilista y yo, y yo quería este, por favor, y este con floripondios, y se va a los arrozales con el lazo rosa y el traje de flores. Es que es un poco así el personaje. Es muy divertido. No está tampoco pasado, te lo crees.
L.C.: Sí, está todo muy medido, porque además también la historia de Dani Rovira es un drama pero vista desde el humor. Está todo muy equilibrado.
A.O.: Exacto, sí es que no es fácil equilibrar los géneros y sobre todo equilibrarlos tan bien, y yo creo que en esta peli Patricia lo ha conseguido. Y no era nada fácil. Mientras nosotras rodábamos me decía: ¿pero madre mía, cómo va a casar esto con esto? Y lo ha hecho.
L.C.: ¿Qué tiene que tener una película para que la quieras hacer?
A.O.: En este caso me llama Patricia y me dice que vas a trabajar con Aitana y con Carmen y que nos vamos a Vietnam. ¿Tú qué más tienes que decir? De cabeza. ¿Qué hay que hacer? ¿Dónde hay que firmar? Es un proyectazo, una maravilla. Y luego un guión bien trabajado. Yo ya conocía a Patricia de haber trabajado con ella en otra película (El alquimista impaciente), tenía muchos ingredientes. Y mi personaje es un bombón.
L.C.: A lo largo de tu carrera, ¿qué has aprendido de tu padre (José Luis Ozores)?
Adriana hace gala de una risa nostálgica y se aclara la garganta.
A.O.: Bueno, mi padre y toda mi familia. Tú tienes un background de seis generaciones y ves la profesión desde otra perspectiva. Un compañero tuyo me decía: la verás como a largo recorrido, y yo le dije que efectivamente. Te da la visión de esta profesión, que es a muy largo plazo. No sabes exactamente qué va a pasar, dónde vas a estar. Un respeto profundo por la profesión y en mi caso el deseo cada día de hacerlo mejor. Supongo que eso está ya bastante bien.

Silvia García Jerez

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