Hablamos con Luis Tosar por el estreno de El desconocido
Es gallego y un enorme actor, de los más grandes del planeta, que parece que si no ruedan en inglés no pueden entrar en la lista de los mejores, de aquellos a los que no se les matiza la nacionalidad porque se da por hecho que los realmente buenos son los norteamericanos, cuando no tiene por qué.
Luis Tosar es, solo con citar su nombre, un sinónimo de calidad. Estando Ma Ma aún presente en las carteleras, estrena El desconocido, un film de acción con reivindicación social que lo enfrenta a otro gallego, el último ganador del Goya al mejor actor protagonista, por La isla mínima, Javier Gutiérrez.
Tosar se muestra entusiasmado ante la experiencia de haber podido coincidir con él: «Por fin trabajo con Javier Gutiérrez, porque somos los dos gallegos y los dos llevamos trabajando en el cine español un montón de años y nunca nos juntaban. Hace un trabajo increíble, magistral, que es muy complicado, pero además es muy bonito, porque aparte de rodar cosas juntos de teléfono a teléfono, él luego hizo un reset total de la peli, reinterpretando muchas cosas de las secuencias, metiendo pausas o urgencias donde antes no estaban. Y aparte fue muy bonito porque cuando nosostros rodábamos él estaba ganando la Concha en San Sebastián el año pasado, se iba, luego volvía con la Concha… fue maravilloso. Ahora rodamos Plan de fuga, pero tampoco tenemos muchas escenas juntos.
La película es un thriller que les resultó… casi fácil de rodar: «Lo de que mi personaje esté tanto tiempo metido en un coche no fue tan duro como pensábamos. Al principio creíamos que iba a ser un horror, pero fue mucho más cómodo de lo que imaginamos, porque cada uno se enfocaba más en lo que tenía que hacer, no te dispersas, estás en el coche, con tu cinturón de seguridad y no te puedes mover. Para nosotros fue muy beneficioso porque aprovechamos la urgencia de lo que había que hacer para darle ritmo a la narrativa. El personaje está todo el rato en frenesí total, lleno de acciones, hablando por teléfono, con objetivos que tiene que cumplir. Y nos metíamos en el tráfico real, lo cual te crea ya una cierta presión, con cámaras a los lados y otra encima del coche… era muy divertido de hacer.»
El frenesí con el que cuenta la película también se ve en la realización de la misma y en un par de planos secuencia, de esos en los que la cámara no detiene el plano y se van desarrollando varias acciones sin que exista corte alguno en montaje. De esos dos momentos, ubicados en el tramo de desenlace, Luis Tosar comenta que «los planos secuencia son de las pocas oportunidades que uno tiene en cine de estar actuando durante un buen rato, porque normalmente está todo mucho más cortado, y en esta peli intentamos rodar las secuencias enteras, de principio a fin. Quienes sí tenían más movilidad eran los técnicos.
Pero intentamos no cortar, sino trar, tirar y tirar e ir rescatando lo que valía en cada momento. Preferíamos optar por hacer más tomas y menos ensayos, aunque en los planos secuencia era al revés, hicimos muchos ensayos y nos la jugábamos a pocas tomas, pero claro, era coreografía. El plano secuencia es lo más parecido que tienes a hacer teatro.»
Nuestro cine se ha caracterizado más por rodar historias de corte social, generalmente de denuncia de la situación del país, algo que muchas veces ha alejado al público de las salas. Tosar es consciente de ello y lo comprende: «Entiendo que no les resulte cómodo ir a ver películas de esas, porque al final no es más que recordarles la realidad en que viven día a día. Así que entiendo que a la peña no le apetezca pagar una entrada para ver una peli y luego llegar a su casa y encontrarse con lo mismo. También entiendo que películas de realismo social han funcionado muy bien en épocas en las que las cosas estaban bastante bien. Entonces se podían permitir el lujo de verlas porque llegaban a casa y la realidad no era exactamente esa, por eso creo que el thriller tiene algo de alivio para el espectador, le puedes estar contando algo que esté relacionado, directa o indirectamente con la realidad, pero hay una cierta distancia de género que la hace más digerible.»
En cualquier caso, el actor asegura que el género de El desconocido no estuvo siempre tan definido: «Tengo que decir que al principio tampoco era claramente cine de acción, sino un tipo en un coche durante toda la peli. Y partía de un entorno social muy claro, y a mí esa mezcla me parecía cojonuda. Aunque en ese momento tampoco sabíamos cuánta acción iba a tener.»
Además de con Javier Gutiérrez, dos de sus compañeros imprescindibles en la película son los niños que interpretan a sus hijos. Los dos están maravillosos, y Tosar confirma que también lo fue trabajar a su lado: «Lo de que trabajar con niños sea complicado creo que es un poco tópico. A no ser que sea un raro, un soberbio o tenga unos padres que no sepan llevarlo por un camino decente… No, estos eran los dos encantadores. En eso he tenido suerte porque siempre que he rodado con niños han sido listos y lo bueno que tienen es que son muy claros porque no tienen contaminación de nada e interpretativamente son muy puros. Uno va sumando y al final te encuentras haciendo pausas raras en sitios que no son y ellos te lo dicen como sí tiene que ser, o a veces uno piensa más de la cuenta en cómo dar la frase y llegan ellos y te la dan con tranquilidad, y eso es un lujo.»
¿Alguna vez hemos caído en la cantidad de thrillers que premian los Goya en España y los pocos que galardonan los Oscar? Si echamos un vistazo a ambos historiales veremos que aquí hay un mayor número de cine de género con premios en categorías que no son técnicas, algo que no pasa por aquellos lares. La reflexión de Luis Tosar al respecto es la siguiente: «El thriller en Estados Unidos y el thriller en Europa cambia mucho. Yo creo que cambia incluso el género. Nosotros creo que estamos en otra cosa, en el cine de género que se hacía en los años 70, que en Estados Unidos también lo hacían, ese French Connection, o Bullit, yo creo que había otra profundidad. Ellos han tendido hacia un cine mucho más pirotécnico. Entonces, si te pones a buscar algo con peso y solidez, los Oscar se tienen que preguntar qué nominan de esas películas. A veces es injusto también, pero podrían tener una categoría propia. «Actor de cine de acción», pues ahí Bruce Willis sí tiene cabida, pero si no, se tienen que buscar otro tipo de pelis para poder tener una nominación, claro. Aquí nosotros lo juntamos todo y tratamos de contar una historia emocionalmente potente con mimbres de thriller. Pero eso también tiene un riesgo y si el thriller no le propone ningún ejercicio pues igual ya no gusta tanto. Si buscan a Jason Statham, aquí no lo van a encontrar.» (Risas)
Silvia García Jerez