Nicolas Winding Refn: Hollywood no practica la creatividad
Siempre alejado de los estándares de Hollywood, Nicolas Winding Refn estrena película, y no solo eso, llega a las carteleras con uno de los títulos más alabados de su carrera. También uno de los más controvertidos, porque después de Drive, considerada como un film de culto y Solo Dios perdona, bastante menos admirada en general, vuelve con toda su contundencia gracias a The neon demon, cinta que fue abucheada en Cannes pero que quien ama defiende por encima de las citadas. Winding Renf estuvo en Madrid para presentar la película y La Cronosfera lo acompañó en tan señalado momento.
-¿De dónde le viene esa capacidad creativa que lo caracteriza?
Nicolas Winding Refn: No lo sé, pero creo que la libertad de creación vale mucho más de lo que se puede llegar a pagar.
-¿Hasta qué punto se plantea que la violencia de su cine sea tan estética?
N.W.R.: Yo siempre hago películas basadas en lo que a mí me gustaría ver. Cuando empiezo a hacer una película trato de captar la autenticidad y la realidad, pero siempre me doy cuenta de que ese propósito es una ilusión, así que me paso al plano de la estética, que es con lo que me gusta fantasear.
-¿La historia que cuenta busca una estética así o es la estética la que busca una historia acorde?
N.W.R.: La idea de lo que es una buena narrativa siempre la encuentro confusa respecto a lo que se considera la narrativa correcta con la que una historia se tiene que contar. Creo que el cine ha encontrado en Hollywood una definición de producto perfecto y se ha convertido en una máquina fantástica de fabricar dinero y diversión. Me encanta ver muchas de las películas que lo dan, pero no creo que el cine que se hace en Hollywood practique necesariamente el ejercicio de la creatividad.
-La paleta cromática está muy planificada en sus películas, y uno de los colores que no emplea demasiado es el verde. ¿Es esto cierto?
N.W.R.: Yo no veo el color verde, soy daltónico.
-La violencia en su cine es un elemento muy común, pero aquí va más allá. ¿Puede en este caso verse como una crítica al mundo de la moda o cree que se quedará en un film de género visionario?
N.W.R.: Yo quería hacer una película sobre la belleza. La obsesión por la belleza ha aumentando a lo largo del tiempo, de los años y los siglos, pero la longevidad de cuánto tiempo consideramos que dura la belleza cada vez se acorta más y cada vez pensamos que se pierde antes, siendo incluso muy joven. Y va a terminar siendo fagocitada por ella misma, no le veo otro futuro. Creo que estamos viviendo tiempos en los que el narcisismo se está convirtiendo en una cualidad. Y eso es tan interesante como aterrador.
-¿La belleza de la protagonista está relacionada con el énfasis que se hace al comienzo del film con el hecho de que es virgen? ¿Está relacionado con el hecho de que pueda convertirse en Lolita?
N.W.R.: No, creo que la virginidad, la pureza de Jesse al principio, está relacionada con el hecho de la belleza que es joven y nada corrompida. Según avanza la película la belleza se convierte para ella en un motivo de seguridad y precisamente por eso su sexualidad empieza a hacerse en ella más presente. Cuando hicimos la película Elle Fanning tenía 16 años. Durante el rodaje celebramos su 17 cumpleaños y cuando fuimos a Cannes acababa de cumplir 18. En cierto modo su vida real es un reflejo de lo que ocurre en la película.
-¿Cómo ha sido su nueva colaboración con Cliff Martínez y la inclusión en el film de un tema de Sia?
N.W.R.: Cliff y su música son parte de las películas que hago. Su música se integra en mis películas desde las primeras etapas de sus producciones y creo que esta ha sido la colaboración más interesante de cuantas hemos tenido.
Respecto a Sia, la conocí accidentalmente y empecé a hablar con ella. Es una mujer muy fuerte y creo que es un modelo a seguir para las chicas jóvenes. A mis hijas les encanta y le pregunté que si tenía alguna canción para la película y sí, la tenía. Fue una experiencia maravillosa. Creo que es una de las mejores cantantes del panorama actual.
-La película habla de un mundo muy vacío donde cobra mucha importancia la imagen, ¿se puede hacer algún paralelismo con el mundo del cine o se trata simplemente de arte?
N.W.R.: Yo no encuentro que la moda sea un mundo vacío. Creo que es de las cosas que mejor ha retratado a la sociedad en los últimos cien años. Pero no quería hacer una película sobre el mundo de la moda porque para eso ya hay muchos buenos programas de televisión. También hay documentales que ya lo tratan. Pero sobre la belleza sí, porque encuentro que es algo muy complejo. Por ejemplo, en una conversación normal, las opiniones acerca de quién es guapo o no empiezan a darse casi de inmediato y cuando lo hacemos quedamos como gente superficial que solo comenta la belleza que lo rodea porque la realidad es que la belleza es un factor extremadamente dominante en nuestras vidas. Y lo va a seguir siendo mucho más.
-Ninguno de los personajes femeninos de la película son buenas personas. ¿Cree que su obsesión por la belleza es capaz de atrapar las buenas intenciones o es que es necesario ser tan egoístas como estos personajes para alcanzar sus propósitos?
N.W.R.: No sé si los personajes de The neon demon son buenos o malos. Todos sabemos que la belleza está en el ojo de quien la contempla. Enseñamos a nuestros hijos a aceptarse como son al 100% tal y como son. Tenemos la moral de que lo importante es lo que está en el interior. Pero la realidad es que vivimos en un mundo donde juzgamos básicamente por lo que vemos. Especialmente las generaciones más jóvenes por la revolución de las redes sociales. Todos tenemos aprendido que la belleza está en el interior, pero si las personas no fueran guapas no nos fijaríamos en ellas. Por eso es un tema tan complejo. Sabemos lo que es correcto pero también tenemos nuestros propios deseos.
Silvia García Jerez