MÓNICA ARAGÓN: Hemos tenido la suerte de tener a los mejores maestros circenses
Mónica Aragón estrena espectáculo en Madrid. Desde el 23 de mayo hasta el 16 de junio, en el Teatro Nuevo Alcalá, situado en la calle Jorge Juan, Mónica va a ser la estrella sobre la que gire la historia de su familia, como bien indica el título. Había una vez… mi familia. Emilio Aragón, el fabuloso Milikito de la época dorada de ‘Los payasos de la tele’ en España, es el productor de este homenaje a lo que los Aragón representaron, y lo hace de la mano de quienes también son sus primos, Gonzalo, Rodrigo y Alonso Aragón, que ejercen aquí de los payasos modernos con la indumentaria que se hizo célebre en Fofó, Miliki y Fofito. La Cronosfera pudo hablar, en la presentación a la prensa de Había una vez… mi familia, con la hija de éste último, Mónica Aragón, que nos contó qué se cuece tras las bambalinas del espectáculo o cómo es para ella trabajar con su familia.
La Cronosfera: Trabajar con la familia es…
Mónica Aragón: En nuestro caso, muy normal. Es algo que viene de la tradición circense, desde hace muchísimos años. Se suelen pasar los números de padres a hijos o se suele trabajar en familia. Esas son las raíces de nuestra familia. Mi tatarabuelo trabajaba con sus hermanos, sus tíos y sus padres. Siempre ha sido algo que ha pasado de generación en generación. Y nosotros lo vivimos como algo natural. Tiene sus pros y sus contras, como todo, porque son 24 horas con la gente de tu familia y a veces te apetece desconectar un poco. Pero aprendes a gestionarlo. Y luego es la suerte de tener, en nuestro caso, los mejores maestros. Eso es un privilegio. Y también los peores críticos. Porque claro, saben tanto de lo que están hablando que cuando hay algo que falla te lo dicen y te tienes que callar. Porque tienen razón.
La Cronosfera: ¿Cuál es el público más agradecido, los adultos o los niños? Porque este espectáculo está muy dirigido a los adultos que crecieron con tu familia.
Mónica Aragón: Está muy dirigida a público adulto, aunque la puede disfrutar público de todas las edades. Es verdad que ya no tanto los adolescentes, que se comportan un poco más, pero los niños son un público súper exigente, porque hoy en día ellos tienen el poder, como con el mando de la tele. Se ponen a ver la tele y si hay algo que no les gusta le dan al botón y lo quitan. En el teatro no pueden darle al botón y quitar lo que está pasando en el escenario pero como no captes su interés se levantan, se ponen a hablar, a molestar… y es posible que al resto del público sí que le puedan molestar. Así que tienes que hacerlo de tal forma que los tengas continuamente enganchados. Tienes que hacer que las cosas vayan muy rápido porque en un mundo con redes sociales y con mucha rapidez pueden perder pronto el interés. Así que los niños son el público más difícil, pero también el más agradecido porque como les guste lo que ven son fans para toda la vida.
La Cronosfera: ¿Qué os ha permitido tener a Emilio Aragón como productor? ¿Más acceso a material?
Mónica Aragón: No, es una producción como otra cualquiera, pero sí que cuando algo es sí o algo es no entendemos perfectamente por qué es sí y por qué es no. A lo mejor en otras producciones no te dan más explicaciones porque no tiene producción por qué dártelas, y en nuestro caso nosotros entendemos todo el proceso. Nosotros también hemos estado en ese lado, en ‘el lado oscuro’, y lo entendemos. Aparte, que son muchos años y yo creo que esa es una gran ventaja.
La Cronosfera: Has trabajado mucho con tu padre, Fofito, y aquí, como no está, imagino que lo echarás de menos. Pero a lo mejor no encajaba dentro de la historia que planteáis en este espectáculo.
Mónica Aragón: Han pasado varias cosas: primero, él tenía el contrato con el circo y, como en cualquier trabajo, no puedes irte de un día para otro. Y luego también que cuando empezamos a gestar todo esto también queríamos darle un aire más joven, llevar el espectáculo al mundo de hoy, sin dejar esa esencia de recordar a los payasos y toda esa época, pero que fuera más para el público de hoy. Y así, era más idóneo que la siguiente generación tomara el relevo. Pero él ha estado presente. No está encima del escenario pero sí colabora en muchas cosas, nos asesora, nos ha ayudado a preparar un montón de cosas, así que de alguna manera también él es parte de esta función.
La Cronosfera: En este pase gráfico, en el que hemos podido ver una pildorita del espectáculo, me ha fascinado el vestuario que tenéis. Es precioso pero no sé si es muy estresante tener que hacer los cambios de vestuario que os toquen a lo largo de la función.
Mónica Aragón: Nos cambiamos bastante, es verdad. Y es estresante porque son cambios muy rápidos. Pero es verdad que todos ocurren en el escenario, la gente está viendo lo que está pasando. Muchas veces no tienes tiempo de salir de escena y sí, hay mucho cambio. Pero es muy divertido y está maravillosamente diseñado por Rosa (Solé). Y como los cambios ocurren delante del público también es muy divertido poder enseñar eso.
La Cronosfera: Esta es una obra muy nostálgica. ¿Qué es lo que recuerdas de cuando eras pequeña y veías a los payasos de la tele en la tele?
Mónica Aragón: Mira, hay una anécdota que, yo como tal no la recuerdo porque era muy pequeña, apenas tenía dos añitos, pero mi madre me contaba que muchas veces, a la hora del programa, como eran grabados, evidentemente, mi padre estaba en casa a la hora de la emisión. O si ese día no tenía grabación, también estaba en casa. Y yo, como cualquier otro niño, me ponía a ver a los payasos y las caras las reconocía, pero miraba a la tele y miraba a mi padre, sentado en el sofá, como una persona normal sentada en el sofá de su casa, y mi madre decía que yo decía: ‘el de la tele hace tonterías, éste no’. Ahí fue cuando empecé a distinguir entre el personaje y la persona. Con pocos años eso te resulta chocante.
Y luego, vivirlo lo hemos vivido con la misma naturalidad con la que lo vivían ellos. Es verdad que cuando triunfaron en España ya lo habían hecho antes en otros muchísimos sitios y ya lo tenían como algo acoplado a sus vidas. Yo de pequeña siempre vi que era algo normal pero que también formaba parte del trabajo. No nos sorprendía. Y nos encantaba, cuando éramos pequeños, que la gente nos decía: ‘¡Conocéis a los payasos de la tele!’ Y nosotros: ‘Claro…’ Imagínate.
La Cronosfera: ¿Qué es lo más bonito que os han dicho al acabar una función y qué esperáis que os digan con esta?
Mónica Aragón: Yo sólo espero que cuando vengan a ver la función se lo pasen bien. Que pasen por todos los estados que tiene la función. Decías antes, y es verdad, que es muy nostálgica, pero también tiene música muy divertida, unos arreglos maravillosos de las canciones que todos conocemos, música en directo, tiene risas, momentos melancólicos, momentos más serios, momentos muy divertidos… a mí me encantaría que el espectador llegara, se sentara, se dejara transportar por la historia y que atravesara la que yo llamo una montaña rusa. Porque yo, desde que empiezo hasta que acabo, paso por una montaña rusa total. Que de verdad salieran con esa sensación de haberse subido conmigo a la montaña rusa. Y que lo disfruten. Si consigo eso, para mí sería lo más.
Silvia García Jerez