MAÑANA ES HOY: ‘Regreso al futuro’ versión cañí
Mañana es hoy es un claro homenaje a Regreso al futuro. La nueva película de Nacho G. Velilla, con Carmen Machi de protagonista, a la que ya dirigió en las series 7 vidas y Aída, y con la que volvió a contar en Que se mueran los feos o Villaviciosa de al lado, es un catálogo de guiños a la película de Robert Zemeckis. Empezando por su argumento.
Mañana es hoy cuenta la historia de una familia que vive en el año 1991, se marcha de vacaciones a la playa, alquila un patinete, se mete en el mar, les cambia el tiempo y en medio de la enorme tormenta que les cae, un rayo los lleva a 2022. Allí serán testigos de los cambios que ha habido en la vida y en la sociedad, desde los teléfonos móviles hasta el de la Monarquía. Nada es igual, ni siquiera su propia familia: tanto los padres, José Luis (Javier Gutiérrez) y Pilar (Carmen Machi), como su hermano Rodrigo (Asier Rikarte) descubren gracias a su vecino Quique (Pepón Nieto) que Lucía (Carla Díaz), hija y hermana respectivamente, murió asesinada por su novio pocos días después de que ese patinete los llevara a 2022.
Ahora la familia deberá volver a 1991 para hacer lo posible para cambiar los acontecimientos y evitar que Lucía, a la que llaman Lulu, encuentre tan trágico final.
Mañana es hoy, que llega el día 2 de diciembre a Prime Video, es una comedia. Todo lo que en ella ocurre está contado en tono de comedia, pero el hecho de meter un elemento tan dramático en la misión del viaje en el tiempo no acaba de cuadrar. Si tan centrada estás en homenajear Regreso al futuro, que hasta Rodrigo y Quique se disfrazan de Marty y Doc para acudir a una fiesta de disfraces de Halloween, el objetivo de la historia no debería ser tan dramático. En Regreso al futuro no lo era, como es lógico.
Jugar con el pasado y el presente en la pantalla es arriesgado y en Mañana es hoy la línea temporal está bastante bien resuelta. Es sencilla y fluye correctamente, sin estridencias ni errores, pero le pierde ese humor de brocha gorda que recorre por completo la cinta y que satura desde el primer momento. Si uno pretende encontrarse una comedia más estilizada no va a ser aquí donde la halle.
Desde el estereotipo del padre de familia rancio y, pese a todo, dominado por su mujer, que es la que en realidad manda en casa, hasta las tarotistas desatadas, todo es un puro cliché que parece que escudándose en la exageración va a ser más divertida, pero logra justo el efecto contrario: ser tan efectista que lleva al agotamiento instantáneo.
Es una lástima que una comedia que podría darnos muchas alegrías, porque no hay nada malo en homenajear a Regreso al futuro si se hace con acierto, nos deje, en realidad, bastante insatisfechos. Mañana es hoy carece de chispa. Ni la ayuda de una central eléctrica la proporciona.
Silvia García Jerez