Hablamos con el actor Everardo Arzate

LA CRONOSFERA: ¿Cómo te pilló esta confinación?

EVERARDO ARZATE: Estaba grabando una serie en Durango, una serie original de Netflix, que empezamos a grabar en enero. Iba a Durango y regresaba al DF. Un proyecto que dirige Álvaro Curiel y Mariana Chenillo, se supone que tiene que estrenarse el año siguiente. En el plan de rodaje se proyectaba que en marzo y abril terminaríamos grabando en unos estudios en el DF. En ese momento paran el rodaje y me llaman de la productora para decirme que tengo que terminar unas escenas en Durango, a mi pareja, que es actriz, le suspenden la temporada en la capital del país y como no tenemos familiares en la ciudad, nos fuimos a Guadalajara a pasar la cuarentena. 

LA CRONOSFERA: ¿Cómo a influido este cambio tan radical en tu día a día?

EVERARDO ARZATE: Ha sido complicado. Emocionalmente, en un principio yo me sentía con buen humor, me reía mucho, me imaginé que esto pasaría pronto, pero en el desarrollo de los días, experimenté una tristeza que nunca me imaginé, yo no soy depresivo, no soy una persona triste, por lo general siempre me tomo las cosas muy positivamente, intento mantener el ánimo, pero nunca había experimentado depresiones tan profundas, casi con pánico, por no querer exponer a mi familia, por no querer salir. 

EVERARDO ARZATE:

Nunca habíamos pasado tanto tiempo juntos, porque el trabajo no nos lo permitía, ahora estamos siempre juntos, aunado a que también estamos con la familia de mi pareja, me dio la sensación de que éramos como extraños, como si estuviéramos de visita, pero al mismo tiempo, sabiendo que no nos vamos a ir hasta que pase esto, fue incomodo, tenia ansiedad y comencé a comer mucho, a descuidarme, hasta que pensé que tenia que regresar al proyecto de la serie y mi personaje tiene que regresar igual. No tenia la energía para ponerme a trabajar en la disciplina física, cuando estaba trabajando, cuando estaba en el DF. Tenía muy medida mi disciplina, sabia a qué hora me iba al gimnasio, a qué hora hacia Yoga, a qué hora corría, a qué hora llegar al set. Todo eso fue como el primer mes. Cuando salí de esa depresión comencé a organizarme, me despertaba a mis horas, comía cuando tenía que que comer. Y como también tengo una niña, tenía que organizarme para hacerla de maestro. Uno da por hecho que los niños no padecen la pandemia y obviamente si,  y el encierro también, y hay que estar muy atento a ello, lo mismo con tu pareja. Poco a poco me fui disciplinando y fui buscando otras cosas para salir de esto, me volví autodidacta, volví a leer, hacer videos, compartir lecturas, empece a utilizar mi creatividad para salvarme a mi mismo. Y la fortuna que tuve fue el estreno de “La Búsqueda” porque me motivo, tuve entrevistas, activé mis redes sociales y sobre todo ver lo que fue el resultado de mi personaje.

Este confinamiento me ha enseñado lo que es la insignificancia

EVERARDO ARZATE:

LA CRONOSFERA: ¿Qué vas hacer cuando esto termine?

EVERARDO ARZATE: Tengo un proyecto, un libro sobre las memorias de mi papá, lo hemos estado trabajando durante dos años, mi papá es una persona mayor, y desde que recuerdo siempre nos ha contado anécdotas, historias de su niñez, de su juventud, de su experiencia de lo que ha sido la vida. Esas historias que repiten varias veces, pero que no te cansan. Nos hablan de otro México, nos hablan de otros tiempos y yo lo quiero rescatar. Son crónicas, son historias regionales del norte del país y que son muy importantes porque rescatan una memoria de ese México que no conocimos y del que hay muy poco escrito.

Otro proyecto mas inmediato, es terminar la serie que dejamos interrumpida. También participé en una película que se llama “Campeona sin corona”, de Alan Coton, que es un proyecto de FIDECINE e IMCINE y que estamos esperando que se estrene porque también se vio interrumpida por la cuarentena. Y terminar de concretar una compañía de teatro que tengo pensado hacer con mi pareja.

LA CRONOSFERA: ¿Qué aprendizaje te esta dejando esta pandemia?

Trabajamos con lo mas sensible del alma

EVERARDO ARZATE: Es una paradoja, me ha enseñado lo que es la insignificancia, no somos nada, y no lo tenia tan claro, pero en ese saberse insignificante, radica nuestra fuerza, porque gracias a eso, te preguntas ¿Qué es lo que podemos hacer? Si eres artista, podemos hacer mucho. Nosotros trabajamos con lo mas sensible del alma, recuperar lo mas esencial que es lo humano, creo que es nuestro deber, lo útil de tenernos a nosotros mismos, lo tenemos a nuestro alrededor, veo que lo que reinaba mucho era esta mercantilizacion de nuestro hacer, de nuestro ego y esto nos ha dado un portazo en la cara, y encontrar el valor, el verdadero valor en otras cosas. Pero también nos ha enseñado a hablar, hablar entre nosotros, lo importante que es hablar y hablar de las cosas importantes como es esto que nos pasa en estos momentos excepcionales. Tantas cosas que hemos pasado por alto y que no hemos hablado como mexicanos para resolver nuestra memoria.

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