Tolkien: Párrafos De Vida
Tolkien, lo nuevo del director de otro biopic singular como es Tom De Finlandia, Dome Karukoski, se llama así porque no es El Señor De Los Anillos. Dejando esta premisa clara, y sabiendo que vamos a viajar al pasado histórico (I Guerra Mundial incluida), y no a la Tierra Media en esta ocasión, digamos que estamos ante una estupenda película, bellamente ambientada y fotografiada, que nos habla de de dónde suelen sacar los escritores su inspiración: pues de la vida vivida, sufrida, o más bien de todo a la vez. De esas palabras inventadas que quieren describir todo aquello que nuestras cabezas piensan más allá de convencionalismos y reveses de la existencia. Tolkien habla de un escritor, de sus amores, sus desdichas, de todo aquello que lo llevó, y acabó llevando a muchos, a enfrentar al temido ojo de Sauron. Ese ojo que espera nuestra llegada para decirnos que la verdadera fuerza está en mirar de frente al miedo. Aunque en ocasiones nos toque correr por insensatos.
Partiendo de lo apuntado en el párrafo anterior, digamos que Tolkien arranca en la niñez del creador de El Hobbit, para ir desgranando, entre la ensoñación y el drama de época, una vida que como ya sabemos, o descubriremos en el visionado, acabaría apuntalando una leyenda negro sobre blanco, que, muy posteriormente, hizo que Peter Jackson inventara algo que podríamos denominar Miniserie de Cine, marcando agenda taquillera tres años seguidos. Sin contar las cruces en el calendario de la salida en formato doméstico de La Comunidad Del Anillo, Las Dos Torres y la muy oscarizada El Retorno Del Rey, Navidad tras Navidad.
Dejando a un lado las anteriores películas, la cinta de animación de 1978, la fallida, y alargadísima, trilogía de El Hobbit, y la serie de televisión que se prevé para el próximo 2021, que seguían y que seguirán a vueltas con ese anillo para gobernarlos a todos, Tolkien, con un estupendo trabajo de su protagonista, Nicolas Hoult (que ya fue zombi de novela adolescente o rebelde de mito literario americano) es, concretando, y como ya hemos comentado, un biopic, pero de los que ya se ven pocos, consiguiendo trascender la definición de telefilm y alcanzando cotas de calidad cinematográfica, como ya le sucedería a la Julia de Zinnemann o a los Jóvenes Prodigiosos de Hanson. Cintas estas en las que escritor y obra se entremezclan a lo largo de un metraje que nos da buena cuenta de las emociones que acabarán transformadas, por el arte de la buena literatura, en un buen montón de líneas, párrafos, capítulos, todos ellos perfectamente encuadernados en tapa dura para la posteridad. Porque vivir es escribir nuestro destino, igual con giros insospechados, renglones torcidos, puntos suspensivos, borrones, palabras inventadas, forzosos puntos y seguido, certeros puntos y aparte, hasta llegar a un epílogo en el que sepamos que hemos vivido, que hemos sido protagonistas de nuestra propia novela. Da igual que sea ésta un superventas o de esas que localizamos rebuscando en las ofertas de una tienda de segunda mano. ¡Que importa! Y además, en todo caso esa sería, como ya escribió otro genio de la literatura de fantasía y épica: ‘Otra Historia, Y Debe Ser Contada En Otra Ocasión’.
Luis Cruz