NATALIA DE MOLINA: «He disfrutado mucho TECHO Y COMIDA como actriz pero la he sufrido como Rocío»

Natalia de Molina ganó el Goya a la mejor actriz revelación en 2014 por interpretar a Belén en Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, su primer película tras un par de cortometrajes y una serie de televisión. Desde entonces la hemos podido ver en otra, la exitosa Bajo sospecha, en la comedia Cómo sobrevivir a una despedida y en la cinta romántica Solo química. Ahora se convierte en Rocío, una mujer sin trabajo que tiene que sacar adelante a su hijo y, si puede, también a ella misma.

Techo y comida se titula esta cinta, en la que realiza uno de los esfuerzos más titánicos que puede ofrecer un actor al público, y ella lo hace con honores y se gana la admiración de quien la vea. Si optará o no a otro Goya, que parece lo más probable, lo sabemos el 14 de diciembre, pero hasta entonces solo podemos rendirnos ante la evidencia de lo que nos muestra en la pantalla. La Cronosfera habló con la intérprete y esto fue lo que nos contó acerca de los distintos aspectos de la película:

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-Cuando leí el guion lloré. Estaba leyéndolo y me llegó muchísimo. Me emocioné. Lo dejé aparcado y los siguientes días seguía pensando en Rocío en la historia, me venían fragmentos de lo que le pasa y como p
ersona me generó sentimientos de impotencia y de rabia porque aunque sea ficción y se trate de un guion, es tremendamente real lo que cuenta. Al leerlo empezaba a comprender a la persona, más allá de la noticia. Empaticé por completo con Rocío. Luego ya hablé con Juan y vi su cortomentraje, Rosario, con Asunción Balaguer, y pensé que si alguien tenía que contar esta historia era él, porque sabe de lo que habla y su visión como cineasta es perfecta. No busca la sensiblería, te presenta las cosas como son. La película te llega porque reconoces lo que estás viendo y te resulta verdad. Eso sí, también tuve un poco de miedo porque era mucha responsabilidad, porque yo soy muy joven, llevo poco tiempo haciendo cine y de repente era una cosa muy grande y podía ser un arma de doble filo, porque si salía bien, estupendo, pero si no, toda la responsabilidad estaba en mis hombros. Estoy en el 80% de los planos, incluso la escena con el abogado es solo un plano sobre mí, y a ver si me estaba envalentonando para luego quedar mal. Y yo, si digo que sí, me dejo las uñas ahí, le doy todo a mis personajes y le dí todo a Rocío. Y dije que sí, tuve ese valor. Era un reto enorme, pero fui a darlo todo, porque esto no se puede hacer de otra manera. Tienes que ir a muerte, y es lo que he hecho.

-La película trata una realidad que todos sabemos que está pasando y que la vemos en las noticias, y obviamente me he informado mucho en Internet, con los blogs que hay, y he leído muchos testimonios de gente que ha pasado por esto. Me he reunido con abogados de afectados por la hipoteca y por desahucios y con gente en riesgo de exclusión social. Cerca de donde vivo hay un comedor social y me he ido muchas veces allí a observar a la gente… He tenido mucha información y he cogido muchas cosas de lo que he podido. Además me he dajado la piel, me he tidado a la piscina y he confiado plenamente en Juan y en lo que él quería y en cómo lo quería. Y ahí está el resultado de Rocío.

-Para mí era muy importante el actor que fuese a hacer de Adrián, porque es el pilar de Rocío, a ella le bombea sangre al corazón por él, y tira para adelante porque tiene a su hijo al lado. Si ella estuviera sola la película sería otra cosa, y como actriz era muy importante saber quién iba a ser el niño, y conocerlo. El pilar de la película es la relación madre e hijo. Y cuando lo cogieron y lo conocí pensé que ya estaba todo hecho (Risas) porque el niño es un artista. Es impresionante cómo se mete en el papel y en la historia. Es muy dura y él es muy normal, y tiene una buena vida, una familia muy centrada que quiere que estudie y que si de mayor decide dedicarse a la interpretación que lo haga, pero de momento que se centre en sus estudios. Era súper profesional y nunca había hecho nada. Yo alucinaba con él. Me encantó, ha sido un gran descubrimiento. Es un gran actor, creo que ha nacido para esto.

-Para mí Vivir es fácil… más que el Goya fue el trabajo, la película y el reconocimiento que luego tuvo. Fue todo. Yo estoy en Techo y comida porque Juan vio Vivir es fácil… y pensó que yo podía hacerla. Fue una apuesta suya a raíz de ver la peli, pero para mí es que aquella película fue muy importante. ¿El Goya? Pues ser una actriz a la que nadie conoce y que la gente que s e dedica a esto te reconozca y te dé un Goya es que suena muy fuerte. (Risas) Obviamente te da una visibilidad y hoy estoy aquí por ella y gracias a ella.

-Yo no soy una actriz que se lleve el personaje a casa. Si estoy interpretando a Rocío no soy todo el día Rocío. Yo ruedo y cuando acabo soy Natalia. Pero esta película ha ido muy dura a nivel emocional, la he disfrutado mucho como actriz pero la he sufrido como Rocío. Cuando terminaba el rodaje y llegaba a casa me costaba muchísimo dormir. Entonces pensaba que tal vez sería porque estaba nerviosa, pero tiempo después me he dado cuenta de que todo lo que rodeaba al rodaje era tan fuerte que aunque yo quisiera descansar, mi cuerpo estaba en tensión por lo que había vivido durante el día. En ese aspecto sí ha sido duro, pero de resto no ha sido un rodaje complicado. Y estoy muy orgullosa de haber hecho esta pelicula y de haberle dado vida a Rocío. A veces pienso que no sé si yo he hecho de Rocío o si ella se ha aparecido y se me ha metido en el cuerpo, porque es todo. Ha sido la voz, el cuerpo… No hay nada de Natalia en la película. Mi familia y la gente que me conoce mucho me lo dice y entonces ya lo admito por mi parte, porque yo lo pensaba pero no quería comentarlo para que no me tomaran por loca. (Risas)

Silvia García Jerez

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