SOUND OF METAL: El silencio de la música

Sound of metal tiene, sobre todo, virtudes. Explora el mundo de la sordera adquirida, esa que llega de adulto por razones diversas y que en el caso de Ruben (Riz Ahmed) es algo sorpresivo que aparece de repente para nunca más abandonarlo, con una brillantez asombrosa.

Su sordera no tiene cura, eso le dice el especialista al que visita tras el concierto del que ha salido corriendo, asustado porque dejaba de escuchar la batería que estaba tocando y a la cantante y guitarrista que formaba grupo con él, Lou (Olivia Cooke), que además es su novia desde hace cuatro años.

Le quedan restos auditivos, le asegura el médico, y tiene que intentar no perderlos, es lo único. Bueno, eso y un implante coclear también puede ponerse, si tiene dinero para pagarlo, porque es caro y no lo cubre la Seguridad Social.

Sí, Sound of metal nos introduce de lleno en el mundo de las personas sordas que no saben serlo porque nunca se han planteado que puedan llegar a ser una de ellas. Y ahora tienen que acostumbrarse a vivir de otro modo.

Lou investiga y encuentra un lugar, una especie de comuna, en la que quienes allí estudian y pasan los días son personas de todas las edades que entienden que la sordera no es un problema que haya que arreglar, sino una circunstancia a la que adaptarse. Y cuanto antes lo asuma Ruben, mejor para él.

Pero a Ruben le cuesta. Es lógico. No está preparado para esto, para dejar la música, para no entender la lengua de signos con la que sus ahora compañeros se comunican. Él quiere volver a ser el que era. Cueste lo que cueste.

Sound of metal. Esta escena en la comuna fue improvisada y resulta espectacular
Esta escena en la comuna fue improvisada y resulta espectacular

Sound of metal respira verdad, humanidad y eso es gracias a la que su equipo le puso durante la realización de la película, que es una adaptación partiendo de cero de Metalhead, un documental que Derek Cianfrance, director de Cruce de caminos, quiso hacer sobre esto mismo pero cuyo proyecto se atascó en la postproducción y fue él quien le pidió a Darius Marder, su coguionista de Cruce de caminos, que se encargara de enderezar lo que él no podía terminar.

Así nació el debut en la dirección de Marder y esta carta de amor a la comunidad sorda, ya que no solo en la historia, también a nivel técnico, con un sonido acorde a lo que oye el protagonista, está inmersa en el universo en el que viven quienes están o se quedan sordos.

Con un cuidado extremo en la postproducción, Sound of metal nos enseña cómo se deja de oír y cómo funcionan las nuevas tecnologías adaptadas a estas necesidades, que lejos de ser perfectas son una ayuda considerable. Pero son eso, únicamente una ayuda. Sin lengua de signos no vas a tener un colchón real en el que sostenerte. Tan distinto es ahora tu mundo.

Y para hacer su trabajo de la manera más creíble, Riz Ahmed estuvo 6 meses aprendiendo a tocar la batería y además aprendió lengua de signos americana, que no en todos los países son iguales, y la practicó tanto que llegó a comunicarse solo con ella. En la comunidad a la que llega también es normal, porque los extras son sordos y Paul Raci, el actor que interpreta al mentor de todos ellos, es hijo de padres sordos, por lo que conoce perfectamente la lengua de signos.

A veces las historias que hay detrás de las películas son más apasionantes que la propia película, pero en el caso de Sound of metal es simplemente equivalente. Ambas son muy interesantes, incluso preciosas. Porque las historias de superación lo son, y porque, como demuestra Sound of metal, todo depende del ánimo con el que te enfrentes a las situaciones. Si las ves siempre como un problema, peor para ti.

Sound of metal . Esta escena en la comuna fue improvisada y resulta espectacular
El protagonista tendrá que aprender la lengua de signos americana

Sound of metal es vitalista al máximo nivel. A través de Ruben trata de hacernos entender que la sordera es una cosa más en la vida, que se puede ser muy feliz sin oír. No queda más remedio que acostumbrarse, claro, pero que quienes ya saben lo que es no lo ven como algo malo. Es el oyente, para ellos, quien está equivocado si pretende hacerles pensar que no valen para estar en la sociedad. Y los oyentes debemos asumir que son personas igual de capacitadas. En el momento en que no vayamos cada uno por nuestro lado seremos más conscientes de la verdad que hay tras estas palabras.

Ruben asiste a sus primeros momentos como sordo con angustia, que transmite con el desconcierto de la mirada. No entiende por qué, ni que le pase lo que le pasa, solo quiere saber si hay solución a eso, cuál es, cuánto va a tardar en llegar… y mientras tanto, descubrir cómo adaptarse a su nueva vida. Y todo ello Riz Ahmed nos lo transmite con una expresividad única.

Sin estridencias, sin sobreactuar ni en un solo plano, Riz nos presenta un personaje tierno y maravilloso. Sí, en algún momento se desespera, quién no lo haría, pero por lo general su reacción ante su nuevo estado es de estudio, de analizar lo que está pasando y procesarlo para poder actuar en consecuencia. Él mismo se da cuenta de que es el mejor camino. El mal carácter nunca ha ayudado en nada.

De este modo, Riz Ahmed hace Sound of metal aún más maravillosa. Este actor, inglés de ascendencia pakistaní, es todo un descubrimiento. No es lo primero que hace como intérprete, ni mucho menos, y ganó el Emmy como mejor actor por la miniserie The night of, de HBO, pero en cine apenas lo habíamos visto lucirse hasta este punto.

Porque tiene todo el peso de la película sobre sus hombros y si resultara cargante se acabaría la empatía. Y el director quiere que nos quedemos con él, que estemos anímicamente a su lado durante todo el viaje. Y lo cierto es que lo consigue. Ruben es uno de los personajes más bonitos que nos ha presentado últimamente el cine. Cine como película, porque Sound of metal no se verá en salas, solo en plataformas.

Sin él, Sound of metal no sería la misma. Pero tenemos que admitir que se trata de una película espléndida en la que la armonía del conjunto destaca sobre el único fallo que tiene: carecer de ese toque que la convierta en una película redonda, dejar atrás el ser una cinta maravillosa para convertirse en una obra maestra.

Tal vez no lo necesite, porque ser estupenda ya es un logro. Y más aún cuando tienes tanto que transmitir a quienes decidan verla. Su mensaje es de una potencia desgarradora y lo recibimos con enorme intensidad gracias a la manera que tiene de llegar al espectador, a través del sonido preciso para introducirle en el universo del personaje y de un protagonista que se hace querer en todo momento, por muy difícil que pueda resultar su nuevo estado incluso para su novia.

Sound of metal es un ejercicio de cine empático que nos conmueve y nos acerca a una realidad que normalmente el espectador oyente suele tener muy lejos. No hay muchas películas que representen la vida de los sordos. Las hay, sí, pero no es un tema habitual, y cuando una se acerca a ellos es bonito señalarlas para que su comunidad no esté tan aislada y las personas oyentes sepan que también existen y que pueden relacionarse con ellos. Si quieren. Depende más de los oyentes que de los sordos.

Sound of metal está disponible en Amazon Prime Video y a partir del 22 de febrero se amplía su difusión a Apple tv, Prime Video Store, Google Play, Microsoft Store y PlayStation Store.

Silvia García Jerez

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