ME LLAMARÉ SILVER STARDUST, el fascinante debut literario de Nuria M. Deaño

La primera novela de Nuria M. Deaño nos traslada a un tiempo que ya nunca volverá, para una historia de amistad, secretos de familia, drogas, fútbol y la inspiradora música de David Bowie. 

Me llamaré Silver Stardust es un relato de felicidad inacabada y futuros incumplidos, de inocencia y desencanto, de rabia y compasión. Una oda entre la angustia y la ternura para el retrato de un antihéroe con chutes de balón y jeringuilla, que ha cautivado a la editorial AlRevés -con tendencia a la Novela Negra- como para reestrenarse en otros géneros con este debut literario de poderosas imágenes, certeros diálogos y grandes silencios. O bien, como avanza en su contraportada y parafraseando a la escritora Rosa Montero: “Silver Stardust es una novela tensa, afilada, atrapante y estremecedora.”   

Nuria M. Deaño entre sus editores de Alrevés

Hay libros que logran atrapar sensaciones, épocas y recuerdos, llegando a transmitir lo que se ha vivido, o incluso aquello que podría haber sido. Me llamaré Silver Stardust lo consigue, siendo el primer libro de una nueva autora llamada Nuria M. Deaño. 

Practicando una escritura en apariencia sencilla, sin explicaciones innecesarias, Deaño provoca una lectura emocionante e imparable, manejando dos décadas y saltando en el tiempo por temporadas y estaciones, en verano e invierno, mientras deambula a mediados de los años setenta y por los últimos noventa, reflejando cada momento de manera concisa y descriptiva, casi fílmica, cerrando además cada capítulo con brillantes finales que arrastran poesía y cierta evocación, profundizando en la narración del protagonista sin costumbrismo ni melancolía de más. 

Silver se mueve por los portales de barrio bien y las porterías de campos de fútbol, reales o imaginadas, desde una panorámica de un Madrid aún reconocible para quienes ya han cumplido más del medio siglo, con esa Castellana del Bernabéu todavía conocida como Avenida del Generalísimo. 

Siendo el pequeño de una madre enferma de los nervios, de esa estirpe de esposas sometidas a quien tiene además de una familia, alguna querida transformada en madrastra, Silver se toma en serio y cierra un pacto, eterno y secreto, con la vida y con su padre. 

Atravesamos su infancia y adolescencia pasando por esos territorios cuando todo es posible y más, con esa pandilla con la que cree hacerse mayor y de la que querríamos formar parte. Y le seguimos en taxi, kunda, o en Mercedes, sus reinos rodantes, entre fogatas de chabolas y chimeneas de chalets de nuevos ricos y hippies de extrarradio, hasta que llega ese instante cuando todo se jode; los sueños, la promesas, la ilusión y el deseo, surgiendo entonces ese destino en el que siempre parece perder.
Pero Silver es plata. De ley. Un metal noble, para una segunda medalla, que brilla cual amuleto. Y más, cuando rebautizado como Stardust, por esa canción de Bowie con polvo de estrellas, se siente el elegido de la Fortuna caminando sobre las vías del tren y soñando con ser el pichichi de la liga, o una estrella del rock. Sin embargo y casi sin querer, se ha convertido en el superviviente de una generación perdida que huele a papel de aluminio humeante. También a hachís y naftalina, quedándose solo con un espejo roto y sus siete años de mal fario, junto a una herencia que ya no sabe a arroz con leche. Aunque por Nochebuena, cuando el relato casi comienza, la suerte puede volver y Silver ser un ganador.
Así ocurre en los buenos cuentos de adultos. Y claro que el de Silver lo es. Áspero y bello, con aires de Pinocho, el espíritu del presente, pasado y futuro de Cuento de Navidad, y su incontestable reflejo de Peter Pan, pues ante todo, Me llamaré Silver Stardust es una conmovedora crónica de la relación de un hijo y su padre que emana memoria y perdón.  

Han pasado cuatro años de aquel borrador, de un primer capítulo, sobre un adicto en un coche que parte de una experiencia personal. Deaño se inspiró en un recuerdo juvenil y ahora, ha traspasado el espejo, el reflejo, y el yonqui del buga es el protagonista de su primera novela enganchada a la amistad, las drogas y el fútbol, que deja con ganas de más. 

Siendo periodista, editora y traductora, en su estreno público como escritora celebrado en el Círculo de Bellas Artes, donde colabora para su revista, Deaño estuvo acompañada por los editores de Alrevés, quienes mostraron su entusiasmo con esta “sorpresa literaria” dentro de su catálogo y el triunfo de la autora al conseguir publicar con una editorial catalana y por un culé, un libro que homenajea al Real Madrid.

Tras la presentación en Pozuelo, donde se desarrolla parte de la historia, y otra en Galicia -que igualmente aparece en el texto, quizás por su procedencia familiar-, celebrada en Cedeira, donde Deaño ha encontrado un nuevo hogar, Silver Stardust estará en Barcelona y en La Semana Negra de Gijón, pues también en su historia hay algo de suspense y de novela negra

Nacho Faerna y Deaño comentando Silver Stardust

Claro que durante este periplo promocional estuvimos de charla y confidencias con Nuria M. Deaño. Fue en La buena vida -esa magnifica librería, con el mejor nombre- compartiendo esa estupenda charla mantenida por Nacho Faerna (Bosé) entre amistades, profesionales de la escritura, y demás lectoras y lectores. 

Faerna comentó con cariño, humor e inteligencia, algunos pasajes y curiosidades de un libro que tiene algo de reverso tenebroso de Cuéntame. El guionista y escritor destacó el buen retrato que Nuria hace de una de esas familias posfranquistas, de urbanizaciones con piscina, en la sierra de Madrid, que antes no había sido tratado por el cine, ni en la literatura. Además, Silver no es un yonqui al uso, como los de La Movida, de la que se pasa bastante en el libro, siendo también lo previsible para un relato que recorre lo quinqui, Por otro lado, señaló la veracidad de esos vocablos casi olvidados (dar un voltio, fulana) y esos guiños de época como el Trinaranjus y los cines de sesión continua, haciendo referencia al estreno de Todos los hombres del presidente, mencionado en la novela. Lo que le llevó a insistir en la escritura tan audiovisual de Nuria, lanzando paralelismos cinéfilos -y salió esa magnifica Deprisa, deprisa de Saura, aunque personalmente al leerla, pensé más en Cazadores de A. Mañas, un fantástico corto con pandilla incluida, y en los hermanos Coen por esos desconcertantes momentos de giro en la trama, que en Silver sorprenden hasta el terror-.

Siendo madridista, y como no podía ser de otra manera, Faerna celebró tanto homenaje a su equipo en el libro, advirtiendo que también aparece el Atleti del Calderón y el Barça, o Barcelona, por aquello de no asustar a quienes leen y no les gusta tanto el fútbol. Que como bien dice Nuria en sus agradecimientos: “el Real Madrid, como la literatura, es pura fe”. 

Cerrando el análisis y la casi disección de Silver Stardust, Faerna terminó admirando la fluidez del relato y ese pudor en la escritura de Nuria, con un don para los diálogos, que consigue que queramos saber más del desarrollo de algunas escenas y sobre todo de algún personaje, como esa madre que es un personajón -y coincido con él, sin duda, que la madre merece un libro aparte-. 

De todo esto y más sobre Silver Stardust, hablamos con Nuria M. Deaño. 

-Suele decirse de una primera novela que siempre queda algo de autobiográfico. ¿Cuánto de verdad hay en tu primer libro? 

N.M. Deaño: Es una historia de ficción. Claro que he pilladocosas que he visto, o me han contado, y también cachitos de gente conocida, pero básicamente es una ficción surgida de un episodio juvenil que me sucedió con un drogadicto y mi coche, robado. Luego, desde un punto de vista personal, comparto con Silver, el protagonista, que soy la hermana pequeña de una familia numerosa. Y esto me ha ayudado, de alguna manera, a contarlo desde esa perspectiva del hermano pequeño, aunque el mundo de Silver sea de una generación anterior a la mía.

-Siendo mujer, eliges una voz masculina como protagonista y narrador. ¿No podría haber sido contada la historia por una hermana? 

N. M. Deaño: Pues, fíjate, que me resulta más sencillo escribir desde el hombre, de un chico, en este caso, y no sé decir porqué. Quizás porque me distancio del personaje y paradójicamente, porque me ayuda a meterme más en su piel. 

-Aunque como voz femenina, o silencio, está esa madre encerradaausente y siempre triste

N. M: Deaño Está Silver y su padre. Y de fondo, las hermanas y esa madre difuminada. Nacida antes de la guerra, de las que se casaron muy jóvenes y sin saber apenas de la vida. Y se equivocaron. La madre es una mujer maltratada sistemáticamente por su marido, psicológicamente y fisicamente, en algún momento, algo natural en la época. Era algo de lo que nadie hablaba, ni nadie salía en defensa de la madre. Una madre que es un personaje borroso, muy de esa época también, donde las mujeres no tenían voz ni voto. Las cosas eran así y punto. Con esas mujeres que han tenido una vida sin ningún tipo de independencia, que han vivido para su familia, para atender a sus maridos, para atender a sus hijos y todo lo que les cayera. La madre es un personaje callado y Silver, de niño, tiene mala relación con ella. Creo que no entro a juzgar a ningún personaje -salvo a su marido, su maltratador-, ni emito ningún tipo de juicio de valor, pero creo que esa realidad de mujer callada se refleja claramente. 

-Siendo una mujer calladaaporta mucho más a la novela de lo que podría parecer… 

N. M. Deaño: Probablemente. Porque esta es una novela estáhecha de silencios. Los silencios son muy importantes, porque reflejan esas familias españolas donde existía esa confrontación entre generaciones, no se hablaba de los sentimientos, nunca se decían las cosas importantes, a los hijos no se les escuchaba y a las mujeres, todavía menos. Y esta madre es el personaje más silencioso. 

-Es una novela amarga y tierna, de catarsis e iniciación, pero sin nostalgia, aún jugando con dos estaciones y en dos épocas. ¿Cómo la planteaste?, ¿cuál fue tu método de trabajo ? 

N. M: Deaño: Fue surgiendo, porque todo pasa por los ojos de Silver. Y realmente lo que he hecho, ha sido colarme en ese niño, en ese adolescente y verlo desde sus ojos. No habido tanta intención con los personajes, que también han hecho mucho por su cuenta. De hecho, el final, lo han decidido los dos personajes, porque yo tenía la idea y me imaginé que iban a ocurrir una serie de cosas, pero ellos tomaron sus propias decisiones y cerraron el libro como ellos consideraron. La verdad es que me he dejado llevar mucho por los personajes. 

-Entre tus palabras logras que surja la sonrisa cuando mencionas referentes como Sandokán, frases como decir una trola, o esas colonias con olor a hombre, que se vinculan a ciertos años, pues en la novela manejas los ’70 y casi el cambio de siglo de 1999. Además con tus descripciones consigues esa emoción de sentir los doce o quince años. Y es de lo más bonito… 

N. M: Deaño: Eso si que es intencionado porque para mí, la amistad es muy importante. Y de alguna manera, yo quería hablar de la amistad en la novela. Es un tema que me interesa y es muy importante en mi vida. Y ahí sí que he buscado. Y probablemente sea lo más cercano a mi propia adolescencia, con esas pandillas de urbanización de Madrid que pasan juntas las tardes de verano. Y luego, es muy importante la amistad que Silver tiene con su padre, con la complicidad de los amigos, formando un tándem aparte de toda la familia. Y es curioso como la chica más joven de la editorial, veía la novela un poco irreal porque los chavales andan solos y fumando, y eso ya no pasa. Pero sí en mi época. Creo que la adolescencia sigue siendo adolescencia.

-Pero quizás, ahora, dura menos. Aunque también se fuma menos… Y todo empieza con un yonqui. ¿Cambias sex, drugs & rock’n’roll por amistad, drogas y Bowie? 

N. M. Deaño: Stardust viene de la canción, del personaje de Bowie, Ziggy, junto a las Arañas de Marte. Y Silver con sus amigos quiere montar una banda. Además, Silver adolescente es un héroe para quienes le rodean, mientras él ve a su padre como otro. Pero el título llego muy al final, hace unos meses, porque antes sólo era Silver. Sin embargo, me recomendaron que buscara algo más llamativo y la agencia editorial propuso algunos que no me convencían. Y esa misma noche, me apareció. Y luego, la portada está realizada con la pagina real y la letra original de una canción inventada por un grupo de mi pandilla que salió en un programa de televisión, que se llamaba Si yo fuera presidente. Realmente creo que en esas cuatro palabras del título está condensado, está contenida toda la esencia la novela, porque ese futuro de Me llamaré crea expectación. Pero ya vemos desde la primera página que Silver es un adicto a la heroína, una adición que destruye toda ambición y voluntad, y vemos desde el principio que la expectativa del título se ha truncado. Qué es lo que ha pasadoes la trama de la historia. Creo que es una novela dura, pero un personaje tierno. Silver es un yonqui, que es la figura más marginal de la sociedad, pero conserva la ternura del niño que fue y que tan íntimamente es conocida por los lectores. 

Y lo comentamos en redes…

Últimamente cualquier lanzamiento editorial parece que implica una serie de televisión inmediata. Tu literatura es de una lectura muy cinematográfica¿Te lo has planteado? ¿Se ha propuesto?

N. M. Deaño: Ahora, la mayoría de las novelas son muy visuales. Mi estilo, creo, es incisivo, descarnado, con un lenguaje sin artificios y efectivamente, muy visual. Cada capítulo se puede ver en imágenes fácilmente. Y ahí está la idea. 

Siempre has estada rodeada de libros, por placer y por trabajo, pero ahora te has convertido en escritora. Eres una nueva autora con libro publicado. ¿Cómo lo estas viviendo ? ¿Cómo se ve desde el otro lado?  

N: M: Deaño: Trabajo como editora y estoy todo el rato rodeadade libros. Últimamente suelo leer y corregir más. Ahora, además de la promoción, estoy pensando en un siguiente libro. Ya tengo algunas ideas, pero sin un método de trabajo. Y respecto a la novela, Silver Stardust me genera mucha curiosidad, cómo puede funcionar y si puedo gustar, o no. Me parece muy emocionante el curso que puede tomar, porque la vida de los libros es muy breve, pero me haría mucha ilusión ver al menos, una reimpresión. Aunque soy muy realista y consciente de que es muy difícil, ¡nunca se sabe! 

-Apuesto por ello, cerremos un pacto y encomendémonos a Bowie.  

Silver Stardust es más que una recomendable lectura y un buen chute de literatura. ¡Píllenla ya! 

Mariló C. Calvo

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