MADRE!: el corazón más retorcido

Madre! es una de esas películas. No hay muchas, afortunada y desafortunadamente, que inviten a un coloquio posterior al visionado por su complejidad y la sensación de aturdimiento que deja, de haberte noqueado con una estrategia narrativa que se sale de la norma y que a pesar de todo mantiene intactos los códigos para que el mensaje, los múltiples que tiene, lleguen al receptor como una revelación. Y digo afortunadamente porque si todas las películas fueran tan complicadas se acababa la industria ante el desapego de un público que lo que quiere, en su mayor parte, es pasar un rato divertido, y desafortunadamente… también por eso mismo.
Madre!, de Darren Aronofsky, es otra muestra de que el director nunca deja indiferente. Desde su ópera prima, Pi, fe en el caos, un experimento rodado en blanco y negro con tantos defensores como detractores, hasta la espantosa Noé, su último trabajo para la gran pantalla, pasando por la película de culto Requiem por un sueño, la críptica La fuente de la vida o la más alabada, Cisne negro, toda su filmografía requiere un reposo, una reflexión y, por qué no, un estudio en profundidad.
Salir del cine de ver Madre!, abandonar la oscuridad de la sala y volver a la luz de la rutina, es una experiencia que necesita una transición. No es posible que las calles, las terrazas y los bares sigan inmutables al shock que produce despertar y levantarse de la butaca, al igual que Jennifer Lawrence lo hace de su cama en su entrada triunfal en la película, emergiendo de ella del mismo modo simbólico que todo lo que nos espera. La necesidad de hablar de ella es un hecho. Con spoilers y sin ahorrar detalles. Exactamente como lo que encontraréis a continuación…

Madre
Javier Bardem y Jennifer Lawrence protagonizan MADRE!

Darren Aronosfky presentó Madre! en el festival de Venecia en medio de una expectación enorme. Era lógico: no solo los carteles que ya circulaban por las redes habían hecho estallar las conjeturas, que si iba a ser un remake de La semilla del diablo, de Roman Polanski, o una historia que retomara el universo de aquella años más tarde… también algunas opiniones, de los primeros privilegiados en verla, nos pusieron sobre aviso al respecto de que iba a ser una película que levantara ampollas.
Y en Venecia las levantó. Abucheos y aplausos, suspensos y matrículas de honor, afirmaciones de fraude y aseveraciones de que lo visto superaba con creces la obra maestra. A qué atenerse entonces era un misterio. Verla se convertía en una necesidad para resolverlo y la fecha de estreno lo ha puesto fácil. El 29 de septiembre llega a los cines.
Pero antes de entrar a la sala hay que tener en cuenta las pistas que el propio director ha dado sobre ella. No solo recomendó tener muy presente la Biblia sino que añadió la historia de cómo nació para él el proyecto: al despertar una mañana y darse cuenta de cómo el planeta se está desbordando de habitantes, de cómo la inmigración está siendo un problema para los gobiernos y de hasta qué punto el ecosistema está cambiando su funcionamiento en la Tierra.
Es decir, su preocupación por el estado de la naturaleza y de nuestro planeta generó una explosión de ideas que dieron luegar a Madre! como película que lo denuncia. Con este punto de partida, convirtió al personaje de Jennifer Lawrence en un concepto, el de la naturaleza que se ve invadida por cuanto habitante inmigrante pisa su casa, un auténtico paraíso en medio del campo, tal y como nos lo hace ver Aronofsky en varios planos cenitales.
Dos extraños, uno interpretado por Ed Harris y el otro por Michelle Pfeiffer, van a entrar en su casa sin permiso y se van a hacer con ella sin contemplaciones. No llegan juntos los miembros de este aparente matrimonio que van a representar otros personajes en la capa bíblica que tiene la película. Nada es casual en esta cinta milimétricamente concebida.

Madre!
Michelle Pfeiffer vuelve, con todo su esplendor, en MADRE!

Porque Madre! es un título de una religiosidad extrema en el que los personajes no son estrictamente los de la ficción que hemos ido a ver, sino que se transforman en alegorías que nos transportan al Sagrado Texto, al Génesis y al inicio de la Creación.
De este modo, Javier Bardem sería Dios, aunque también representaría a los Apóstoles en determinados momentos, con esas imposiciones de manos a los fanáticos de su obra una vez invadido el Templo que es la casa Paraíso cuando llega la fama tras la sequía.
Inicialmente podría pensarse que Ed Harris y Michelle Pfeiffer son Adán y Eva, pero ni su llegada juntos ni sus actos y diálogos posteriores lo corroboran. Harris sí sería Adán, el plano de la costilla tapada por Javier Bardem es la respuesta más concreta que se podría ofrecer. Pero Michelle Pfeiffer no es Eva, sino la serpiente. Una serpiente aterradora que no se detiene ante nada, inquisitiva en sus interrogatorios, literalmente seductora y portadora de una mirada final tan venenosa que hiela la sangre del espectador entregado a semejante juego de identidades.
No faltan Caín y Abel, también llegarán y expondrán su problemática y los motivos por los cuales acabarán como ya sabemos, ni, por supuesto, Eva, interpretada por la protagonista de la película, una Jennifer Lawrence a la que apenas vemos en planos medios o generales. Si ella es el centro de todo, Aronofsky traslada esa idea a continuos primeros planos.
Lawrence es la Madre, la Virgen María, que dará vida a la inspiración. Es en el momento de la Concepción en el que todo fluye para nuestro Creador. La Obra traerá la fama y ésta la destrucción de aquello que alabamos. Pero es que así es el ser humano. Madre! también es un retrato de nosotros mismos en la última, terrorífica y violenta parte de la película.

Uno de los carteles promocionales de MADRE!

Al igual que el pasado año Denis Villeneuve estrenó La llamada (Arrival) y descolocó a sus primeros espectadores por su novísima propuesta de invasión extraterrestre, diseño de los alienígenas incluido, por su manejo temporal de la narración y por, en términos generales, su visión atípica de la ciencia ficción, este año Darren Aronosfky nos presenta un ejercicio calificado de terror que aunque lo sea, no corresponde al género de la manera que tenemos preconcebida.
El acierto de Aronofsky es el de construir una historia de terror con ambiente acorde, personajes que asustan, situaciones incontrolables y un escenario del que no escapamos en ningún momento por mucho que estemos físicamente situados en plena y luminosa naturaleza.
La tarea de los actores no es fácil. Jamás han interpretado alegorías y salen victoriosos del reto. Hacía tiempo que no veíamos a Michelle Pfeiffer tan pletórica. Su escena inquisidora con Jennifer Lawrence en la que la esposa del Creador defiende la habitación en que guarda la Piedra que representa la Fe es sobrecogedora.
Y Jennifer nunca ha estado mejor, en un papel de mujer temerosa y asustadiza diseñado a la medida de su talento… entendiéndose dicha apreciación con el matiz que se le quiera adjudicar, aplicado tanto a sus defensores, porque redondea para ellos una carrera ascendente, como a sus detractores, quienes afirmarán que para exhibir expresiones angustiosas no hace falta demasiado empeño.
Por su parte, Javier Bardem vuelve a demostrarnos que es un titán de la pantalla. En una carrera larga como la suya siempre se pueden cometer errores a la hora de elegir películas. Desde que ganó su merecido Oscar como mejor actor secundario por No es país para viejos pocos han sido sus fallos, aunque en el caso de Caza al asesino o Diré tu nombre no hay defensa posible.
Pero los aciertos son mayores: Biutiful, otra de sus candidaturas a la dorada estatuilla, Vicky Cristina Barcelona, el también merecido Oscar de su esposa Penélope, Skyfall, El Consejero o la quinta entrega de Piratas del Caribe, un relativo fracaso en taquilla para una película que nos volvía a regalar la diversión que le conocimos a Jack Sparrow en su primer film. Bardem brillaba en ella, al menos en su versión original, y convertía La venganza de Salazar en uno de los títulos más entretenidos de la saga.
Ahora en Madre! nos deja sin habla. Un marido cariñoso y entregado a su matrimonio que en realidad descuida a su mujer en su propio beneficio. Asistir como espectador a sus arcos emocionales, justificados todos por el devenir de los acontecimientos que se van sucediendo en la casa, es un espectáculo que no requiere de efectos visuales, aunque la cinta también los tenga.
Los efectos de Madre! son de la mejor clase a la que una película puede aspirar: de los que están pero no se notan más allá de los instantes en que es necesario que se hagan efectivos, que no efectistas. Igual que la dirección artística, un prodigio que respira al ritmo que marca ese corazón que se esconde en las paredes, hilo narrativo a modo de leit-motiv.
Darren Aronofsky ha diseccionado con mimo cada parte de Madre! para que su resultado sea la joya que reposa en la Habitación Elegida. Por supuesto que será una película polémica, pero una vez pasada la riada de emociones que provoca el paso del tiempo la colocará en su precioso lugar, ese en el que los críticos que la aplaudieron en sus primeros pases ya la han situado.

Silvia García Jerez

2 comentarios en «MADRE!: el corazón más retorcido»

  • Me encantó mother!
    El cast, el argumento y la cinematografía. Lo mejor: Jennifer Lawrence. Se lleva todas las palmas por su gran interpretación.

    Respuesta
    • Nos alegra que te gustara, y sobre todo, que lo compartas con nosotros.

      Un saludo.

      Respuesta

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