JESSICA CHASTAIN: La actriz perfecta
Jessica Chastain tiene dos películas en cartel: Vidas perfectas y Memory. No siempre un actor junta dos trabajos en un mismo momento temporal, estrenos con una semana de diferencia, pero a veces los calendarios de las distribuidoras, en conjunción con las exhibidoras, que son los cines, aúnan películas en las que aparece el mismo intérprete, por mucho que se hayan rodado en años consecutivos o con meses de diferencia.
En este caso, una actriz perfecta como Jessica Chastain se duplica en nuestros cines y podemos verla en dos historias muy distintas, en un thriller con alma de telefilme –Vidas perfectas– y en un tremendo drama que no da tregua a la desazón –Memory-. Y ambas han entrado en el top 10 de las películas más vistas del momento, aunque con recaudaciones en mínimos, porque ahora, si la taquilla estaba en un momento flojo, con cifras que no llegan al millón en un fin de semana, con la competencia de Del revés 2, que está batiendo récords ella solita, la diferencia con los títulos que le siguen en el ránking es, si cabe, más notoria.
Pero siempre es un placer encontrarse con Jessica Chastain en las salas. Lo ha sido desde que la conocimos en el año 2010 gracias a La deuda. Para la película de John Madden, Jessica aprendió a hablar alemán. Lo habla de maravilla en buena parte del metraje. Entonces parecía asombroso que una principiante llegara a ese nivel de preparación para una cinta en la que interpretaba a una agente del Mossad en el Berlín occidental de 1965. No todos los actores se prestan a una gesta igual. Pero aún no conocíamos a Jessica Chastain y no sabíamos hasta qué punto era la actriz perfecta con la que cualquier director podía contar. Su entrega y su profesionalidad sólo empezaban a hacerse evidentes.
Luego llegarían Take Shelter, Coriolanus o El árbol de la vida, cine de autor que la fue aupando a la categoría de actriz respetada, hasta que en 2012 protagonizó la estremecedora La noche más oscura, de Kathryn Bigelow, un hito que fue poco reconocido en premios y que debió darle el merecidísimo Oscar al que fue candidata.
La dorada estatuilla tardaría en llegar. Lo hizo por uno de sus trabajos menos memorables a nivel cinematográfico. Ella estaba exquisita en el papel de la telepredicadora Tammy Faye en Los ojos de Tammy Faye, pero la cinta es una de las más detestadas de toda su carrera, con lo que la dicotomía entre ‘lo has hecho bien’ en ‘una película espantosa’ era bastante curiosa, sobre todo cuando un Oscar no suele venir de la mano de películas que no gustan ni a la crítica ni al público. Pero con ella hubo consenso: se lo merece porque la Tammy real era tal cual la plama Chastain en la pantalla.
Y entre La noche más oscura y Los ojos de Tammy Faye pudimos verla en Interstellar, la magnífica película de Christopher Nolan, en la curiosa La señorita Julia, en la espléndida y poco valorada La cumbre escarlata, de Guillermo del Toro, en la decepcionante La casa de la esperanza o en otro doblete estrenado con poco tiempo de diferencia en nuestro país: El caso Sloane y Molly´s game.
Jessica Chastain no para. Y también es productora. Quiere sacar adelante proyectos que sabe que sin una mujer detrás no se rodarían. Así, puso en marcha La desaparición de Eleanor Rigby, que tenía su montaje genérico y sus dos partes originales, un díptico titulado Ella y Él -James McAvoy-, destinados ambos a focalizar cada lado de la historia de la pareja protagonista. O Agentes 355, una película de espías al más puro estilo Ocean´s Eleven pero con mujeres. Con cinco mujeres, Penélope Cruz entre ellas.
Y también ha producido Vidas perfectas. Basada en la novela de Bárbara Abel y en el film Duelles, de Olivier Masset-Depasse, narra la amistad entre Alice (la propia Chastain) y Celine (Anne Hathaway), en un lujoso barrio de la Norteamérica de los años 60 en la que las dos amigas gozan de las vidas perfectas a las que alude el título. Un marido estupendo, una casa fabulosa y un hijo de la misma edad cada una de ellas. Vidas perfectas y paralelas. Hasta que un desafortunado accidente cambia ese tablero para siempre.
La película pasa de ser un telefilm costumbrista a un thriller cada vez más sórdido. Pero todo contado con mucha clase. La clase que no se pierda nunca. Por eso resulta ser una película tan atractiva. La pura maldad disfrazada de guante blanco. Y con dos actrices que son dos estrellas, cada una ganadora de un Oscar. El de Anne Hathaway fue como secundaria por Los Miserables, por meterse en la piel de Fantine y cantar I dreamed a dream poniendo los pelos de punta a todos los espectadores. Tal vez sea ese el momento más memorable de su filmografía. Un Oscar ganado con todos los honores.
Memory es el otro estreno de Jessica Chastain del que podemos disfrutar ya en los cines. Un drama en el que interpreta a una trabajadora social con un trauma del que no recuerda todos los detalles. Peter Saarsgard es su compañero de reparto y en su caso su personaje, Saul, es un hombre con demencia que no recuerda nada de lo que Sylvia le achaca. Los dos van a vivir una relación extraña, tensa y tierna al mismo tiempo, que los ayudará a estar más cómodos con un pasado ingrato.
Memory es la última película de Michel Franco, director mexicano responsable de esa obra maestra titulada Nuevo orden, con el que Chastain ha vuelto a trabajar en Dreams, film que se encuentra actualmente en fase de postproducción. Franco ha ido bajando desde entonces el listón en sus películas (la anterior, Sundown, era un trabajo irregular y extrañísimo) y con Memory nos ofrece un relato errático, no muy acertado, en el que los personajes no están del todo definidos y con los que los espectadores no acaban de identificarse. No existe la empatía con ellos, cosa decepcionante cuando se trata de dos almas perdidas hacia las que deberíamos sentir compasión. Pero no sentimos nada y su historia llega a aburrir.
Peter Saarsgard, maravilloso actor siempre eclipsado por otros en las películas en las que lo vemos, ganó la Copa Volpi al mejor intérprete en el festival de Venecia de 2023 pero la repercusión del premio no llegó a la carrera al Oscar y no fue ni siquiera citado por los gremios que ponen los nombres en las listas de nominaciones. Y viendo Memory se comprende que tal cosa sucediera. Porque su Saul en manos de otro director y con un guión más sólido hubiera sido desgarrador. Saarsgard tiene talento de sobra para hacerlo posible. Pero en esta ocasión su trabajo se ve empañado por una visión tan genérica de la tragedia de los protagonistas que no puede haber conexión posible con ellos. Y su Saul se queda ahí, en la pantalla, sin traspasarla, sin provocar la angustia que su historia debería desprender.
A pesar de todo siempre es un placer encontrarse con Jessica Chastain en la cartelera. Guste o no su película, que su nombre esté en ella al menos resulta un reclamo para descubrir por qué ha querido involucrarse en el proyecto. Y que sus dos últimos estrenos hayan entrado en la lista de los 10 más vistos del momento implica que sigue conservando su estatus de estrella que lleva al público al cine. Aunque ahora no haya demasiados motivos para alegrarse con las cifras de recaudación, pero ahí está Jessica con sus dos películas, y esperemos que sus próximos proyectos también consigan la atención de sus seguidores. Es una actriz fabulosa, una mujer inteligente y encantadora y una gran profesional. Una actriz perfecta.
Silvia García Jerez