HIERRO Temporada 2: Custodia compartida en Canarias
La segunda temporada de Hierro viene a confirmar que la excelencia de la primera, serie original de Movistar+ estrenada en junio de 2019, no fue circunstancial. De hecho, la segunda tiene tanta fuerza como la primera, y decisiones de guión que se agradecen como las que se tomaron en la temporada que ha hecho grande la serie.
Recordemos que Hierro se sitúa en la isla canaria que su título indica y que la protagonista es Candela Montes (Candela Peña), una jueza que ha sido destinada allí por sus métodos poco ortodoxos. Su primer caso es el de un muerto, aparentemente accidental, que iba a ser el novio en la boda que se iba a celebrar al día siguiente. El padre de la novia se convierte en el principal inculpado, un empresario llamado Antonio Díaz (Darío Grandinetti) sobre el que cae un aura de oscuridad que parece complicado que le aparte del foco de la sospecha.
Una vez resuelto aquel, Candela se enfrenta a un nuevo caso en esta segunda temporada, y aunque se va a retorcer, porque si no no hay serie, en un principio no tiene nada que ver con el anterior, ya que en este que le ocupa se trata de decidir la custodia de unas niñas en un proceso de separación entre un empresario y una mujer con un pasado repleto de drogas.
Metidos ya en el juicio, también Antonio Díaz tendrá aquí un protagonismo fundamental porque sus negocios se van a ver mezclados con los que personajes principales de las tramas secundarias van a proponerle. De este modo, en una isla tan pequeña y tranquila volverá a reinar el caos hasta que la jueza ponga un poco de orden en la situación.
La segunda temporada de Hierro comienza descolocándonos. El primer episodio nos sitúa en el escenario en el que nos vamos a mover como base argumental de la historia, y como no tiene nada que ver con lo visto anteriormente, no sabemos muy bien dónde estamos, qué nos quiere contar en realidad y por dónde vamos a transitar. Hasta que nos ubicamos estamos más bien perdidos.
Eso es bueno y es malo. Es malo porque nos puede hacer querer abandonar la serie. Cinco capítulos más sin una dirección clara no es el mejor camino, pero cuando caemos en la cuenta de que la segunda temporada no puede copiar a la primera porque lo que se contó en ella ya está contado, aplaudimos, porque teniendo la misma atmósfera de thriller, el caso es diferente y debemos explorarlo, igual que hace la jueza Candela.
También Candela tiene, inicialmente, menos protagonismo. Ya la conocemos, no hace falta que nos la vuelvan a presentar. Ahora tenemos que centrarnos en otros personajes, y es lo que vamos a hacer. Luego ya llegará el momento de que la jueza Montes coja las riendas y nos muestre su sabiduría al frente del juzgado, sin dejar de lado su faceta como madre, que va a tener mucha importancia en esta temporada.
Porque Hierro Temporada 2 es más humana que su antecesora. Hierro Temporada 2 va a hablarnos sobre todo de la familia. La bien y la mal avenida. De la relación entre padres e hijos, del amor entre ellos y de cómo se ayudan o se hacen la puñeta según el momento de la historia en el que se encuentren. Y eso, en un thriller, es poco usual, pero no deja de ser bienvenido.
Y en medio de estas relaciones vamos a vivir nuestra particular Custodia compartida. La película francesa es perfectamente extrapolable a lo que aquí vamos a encontrarnos y vamos a reconocer el film de Xavier Legrand en momentos concretos de los capítulos.
Pero Hierro Temporada 2 tiene su propia personalidad y así lo va a ir demostrando. Sus personajes buenos, sus villanos, sus tramas que se encadenan entre ellas y nos ofrecen seis capítulos llenos de adrenalina en los que vamos a disfrutar mucho con cada minuto de la serie.
Candela Peña vuelve a este personaje que tan bien le sienta, una jueza que no se arruga ante nada y que tiene sus vistas bien controladas. O eso cree ella, porque aquí la vamos a ver más vulnerable en todos los aspectos. Y eso es fantástico para que un actor pueda darle a su personaje capas que antes no le vimos y hacerlo más rico para el espectador y mejor para el conjunto de la historia. La jueza Montes es implacable pero también es humana y tiene debilidades y comete errores. Los robots los dejamos para otra serie.
Darío Grandinetti vuelve a demostrar que en cuanto a buen hacer no tiene competencia. Es un intérprete colosal y cada vez que aparece en pantalla la llena y lo agradecemos. Tiene una presencia única y una personalidad arrolladora que transmite todo el potencial de su personaje. No puede ser un mayor acierto de casting.
Y, por supuesto, quien no haya visto la serie Narcos ni Raised by wolves va a quedarse helado con Matías Varela. Y quien las haya visto, también, solo que no va a descubrir al actor detrás del padre de las niñas que pretende su custodia. Porque quien no conociera a Matías Varela antes de ver Hierro Temporada 2 va a fijar su nombre en cuanto termine el primer episodio. Y quien ya supiera quién es va a admirar su inclusión en la serie.
Varela nos pone los pelos de punta y nos va a enganchar a la historia que propone esta segunda temporada. Asistir a su duelo con los personajes con los que trata es una subida de tensión que su talento hace más efectiva. Es un personaje mayúsculo el suyo y junto a él vamos a pasar un rato cuanto menos inquieto.
Lo cierto es que esta segunda temporada tiene un reparto muy brillante, desde el primer actor hasta el último. Y una dirección fabulosa por parte de Jorge Coira, hermano de Pepe, que es guionista y creador de la misma. Está claro que forman un tándem extraordinario del que es de esperar nos lleguen más temporadas de esta serie que lejos de bajar su listón se lo pone a sí misma más y más difícil. Pero nada a lo que no puedan enfrentarse la jueza Candela Montes y los hermanos Coira, sus padres televisivos.
Ellos son una de las alegrías que podemos encontrar en Movistar+ a partir del 19 de febrero, día en que podremos ver dos capítulos, y cada viernes uno más hasta concluir los seis de que consta Hierro Temporada 2.
Silvia García Jerez