HERMANA MUERTE: El pasado de ‘Verónica’

Sandra Escacena y Consuelo Trujillo, Verónica y la Hermana Muerte en su madurez
Sandra Escacena y Consuelo Trujillo, Verónica y la Hermana Muerte en su madurez

Pasado o precuela, que es como se denominan las películas concebidas para contar hechos anteriores de personajes conocidos. Verónica, la mítica cinta dirigida por Paco Plaza en 2017, tiene en Hermana Muerte a su precedente. Pero no lo es de Verónica sino de la hermana ciega que tanto inquieta en su historia. Ahora vamos a conocer qué llevó a la Hermana Narcisa a quedarse ciega, que es básicamente lo importante de su iconografía.

En su debut en el cine, porque ha participado en cortos y series de televisión antes, Aria Bedmar es la protagonista de Hermana Muerte. Conoceremos a su Hermana Narcisa cuando llega al convento, y los problemas que la van a acechar en su nuevo hogar tras haber sido de pequeña ‘La niña santa’ que todos los periódicos recogieron en su infancia porque parece ser que vio a la Virgen en una peregrinación. Ella, claro, no recuerda nada de eso, pero sigue siendo un hito en su vida en la memoria de los demás.

Una vez en el convento, Narcisa empieza a experimentar fenómenos extraños que, lógicamente, no sabe ni puede explicar, y que sus superioras, como la Hermana Julia (Maru Valdivielso) le niegan. Allí no pasa nada, se lo está inventando todo. Pero todo va a más. Y algunas de las alumnas de Narcisa también sufren las consecuencias de la presencia que notan. Así que será su responsabilidad adentrarse en el caso y descubrir qué está pasando de verdad, con el permiso de sus superioras o sin él.

Iván Chavero era Antoñito en Hermana Muerte
Iván Chavero era Antoñito

Verónica fue un fenómeno. Como cine de terror, como acierto dentro del género y también en cuanto a su recepción. Gustó mucho y se convirtió rápidamente en una película de culto que hoy sigue siendo un ejemplo a seguir. Terror y humor se daban la mano en la pantalla a la vez. Mientras nos reíamos lo pasábamos fatal, daba miedo de verdad. Y Antoñito, el hermano pequeño de la protagonista, se convirtió en toda una revelación, le cogimos un cariño inmenso. Así que al saber que Hermana Muerte estaba en camino, muchos nos alegramos.

Pero ahora se estrena y los datos del estreno no hablan bien de la película, porque que llegue directamente a la plataforma Netflix, sin pasar previamente por cines, no es positivo. Y cuando se ve la película, se entiende. No es una mala, pero no es Verónica. No posee ni su garra ni su interés ni su frescura, mucho menos su magia. No hay humor, no hay angustia, no hay terror. En Hermana Muerte encontramos situaciones propias del género pero no llegan a asustar, algo que conseguía Verónica con muy poco. Pero ese poco indicaba un esfuerzo que aquí no se manifiesta.

Aria Bedmar es la Hermana Narcisa 
antes de convertirse en la Hermana Muerte
Aria Bedmar es la Hermana Narcisa
antes de convertirse en la Hermana Muerte

Hermana Muerte tiene un buen punto de partida, un planteamiento interesante y un desenlace brillante, uniendo los cabos que creías sueltos y que le dan sentido al conjunto, unificando, finalmente, las dos películas. Esto último lo hace muy bien. Pero ni el tempo ni la forma de agarrar al espectador sin soltarlo ni un segundo son iguales. Donde en Verónica todo era apasionante aquí no es más que un trámite para intentar comprender qué sucede. O qué sucedió, para ser más exactos. Y de esos mimbres están hechas un montón de películas de miedo nada memorables.

Ni siquiera la protagonista de la película, Aria Bedmar, con la que empatizamos por defecto porque es a la que le pasan las cosas a las que le tiene que encontrar una razón de ser, tiene el gancho de Sandra Escacena, ese arco dramático que la hacía pasar de chica apocada a ser diabólico tenebroso con una sutilidad evidente que helaba la sangre. Bedmar no tiene un personaje que requiera esa filigrana y por lo tanto tampoco resultan tan llamativos sus cambios cuando comienza a desgranar los secretos del lugar en el que vive. De este modo, su Hermana Muerte, en su juventud, no acaba siendo tan brillante.

Es una lástima que la película no funcione como lo hizo su predecesora. Un tramo final espléndido no tiene la capacidad para hacernos olvidar que su recorrido hasta él no ha sido el que esperábamos. La dirección podía y debía haber sido más potente. Verónica merecía una precuela… en realidad un spin off precuela, más brillante que el que Hermana Muerte le da.

Silvia García Jerez

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