ESPEJO, ESPEJO: Tu verdadero YO

Si alguna vez has pensado que tu espejo te juega malas pasadas, espera a ver lo que en Espejo, espejo se encuentran sus protagonistas, unos personajes que trabajan en una empresa de productos de belleza, cuando muchos de ellos no dan el perfil del estereotipo de persona ante cuyo físico dirías que trabaja ahí. Primera crítica social que nos encontramos.

Son: Álvaro (Santi Millán), Cristina (Malena Alterio), Paula (Natalia de Molina) y Alberto (Carlos Areces), cuatro personalidades muy distintas y cuatro físicos también dispares que cada vez que se ponen frente a un espejo, sea el del baño de la empresa o el del vestidor de su cuarto, su reflejo les habla. Y les dice lo que su verdadero yo les quiere decir. Esa conciencia que todos tenemos y que muchas veces nos pone a caldo respecto a lo que hemos hecho o dicho, en esta película se materializa.

De este modo se produce una dicotomía entre el personaje que conocemos y el que realmente quiere ser, una distorsión de la identidad que hace que los cuatro tengan problemas con ellos mismos porque no se aceptan como son, porque lo que muestran a los demás no es la realidad que ellos están viviendo por dentro, solo la que necesitan para sobrevivir, tanto en su empresa como en su día a día fuera de ella.

Toni Acosta y Santi Millán en un momento de la película

De Espejo Espejo todos podríamos ser protagonistas. Todos nos identificamos con esas personas que tienen mucho que reprocharse y que cuando están solas se lo escupen mentalmente a sí mismas. Por eso, cuando vemos que en una película se ha plasmado como tal esa conciencia que nos habla, que se ha personificado como un yo que nos replica, sin escapatoria posible porque eres tú, no solo comprendemos que es una buena idea para una comedia dramática, también recordamos que ese reproche nos lo hemos hecho muchas veces. Y ahora lo escuchamos como algo ajeno, porque no es para nosotros, sino para ellos. Pero tú también te lo podrías aplicar. Eso es lo genial. Y lo terrible.

Y es que Espejo, espejo es una comedia, pero sobre todo un drama envuelto en cine fantástico. Aúna los tres géneros, aunque son los dos últimos lo que tienen más peso. Porque la vida de sus personajes es un drama y nos lo hacen saber de una manera fantástica. Sus frustraciones, sus deseos, todo lo que son queda reflejado en la película. Nunca mejor dicho.

Marc Creuhet, director de la fabulosa El rey tuerto, basada en su propia obra de teatro, película que nos reveló a ese magnífico actor que es Alain Hernández, escribe y dirige ahora esta propuesta que bien puede recordar a Pieles, la infravalorada y superlativa cinta con la que Eduardo Casanovas se estrenó en la dirección. Tienen el mismo registro de mala leche, mal rollo y colores bonitos e ideas estupendas gracias a las cuales la crítica social llega con más facilidad. Y no por eso te deja menos hundido.

Sí, hay momentos de terror en Espejo, espejo. Ese estar solos con nuestros defectos es tan inevitable como incómodo. Y la película explota esa circunstancia en un arco que va desde lo curioso y simpático hasta lo agobiante. Tu verdadero yo puede ser un infierno, las risas con él tienen su límite, llega un momento en que el hecho de no poder escapar de quien eres se hace muy cuesta arriba. Y ni aún así te puedes librar de él.

Verónica Forqué interpreta aquí
su último papel en el cine

Cuatro actores fantásticos encabezan el cartel y a ellos se les une un reparto impresionante en el que encontramos a Toni Acosta, en una colaboración tan eficaz como la de los protagonistas, a Carlos Bardem, del que podríamos decir lo mismo, y a Verónica Forqué en el que es su último trabajo para cine. Todos ellos consiguen hacer de Espejo, espejo una aventura obligatoria para quienes siempre están pidiendo originalidad en la gran pantalla. Más original que esta película, pocas.

Espejo, espejo tiene un planteamiento sublime y un desarrollo a la altura de lo que propone, lleno de ideas visuales realmente prodigiosas, además de unos efectos especiales que hacen creíble esas charlas cara a cara consigo mismos. Estamos acostumbrados a que si nuestro reflejo no se corresponde con lo que hacemos frente a él estemos ante una película de terror en la que éste va a encargarse de matarnos, como pasaba en Reflejos, la estupenda película protagonizada por Kiefer Sutherland. Aquí, el reflejo mata, pero de manera figurada. Primero pone verde y se ríe de quien le toque estar ante él, después ya el ego herido les hará agachar la cabeza y obrar en consecuencia. Y los efectos especiales, esos otros yo yendo por su cuenta, están realmente logrados.

Espejo, espejo es una gran película y se merece lo mejor, tanto en la taquilla, como en sus diversas ventanas de distribución y en premios. Nos habla de nosotros mismos a través de personajes con los que podemos identificarnos. O somos como alguno o conocemos a alguien que lo es. Tampoco nosotros podemos evadirnos de esa realidad. Y así nos podemos divertir mucho más con una propuesta que no nos dejará indiferente.

Silvia García Jerez

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