DOG SOLDIERS. La aniquilación del sueño americano
Dog Soldiers, de Robert Stone (Malas Tierras). Prólogo de Rodrigo Fresán. Traducción de Mariano Antolín e Inga Pellisa
Vivimos inmersos en un duopolio editorial que cada día se come una pieza más del tablero. En este juego protagonizado por Planeta y Penguin Random House, la creación de una nueva editorial podría parecer una idea descabellada. Quizás no suene tan temerario si conocemos su primer libro, Dog Soldiers: una novela de Robert Stone galardonada con el National Book Award en 1975. La editorial Malas Tierras arranca con un potente título que plasma las fatídicas consecuencias de la Guerra de Vietnam en Norteamérica y dinamita la idealización del sueño americano.
John Converse es un aciago periodista que decide viajar a Saigón para vivir en primera persona la guerra de Vietnam y escribir sobre ella. Sin embargo, los inescrutables caminos de la vida llevarán al escritor a inmiscuirse en el negocio de la droga. Para ello, contará con un sencillo plan: su antiguo amigo, el marine Ray Hicks, introduciría el cargamento en California de forma que Converse y Marge, su mujer, lo vendan al mejor postor. Pero nada es tan simple y todo se malogra de forma vertiginosa. Quién le iba a decir que sería tan complejo traficar con heroína.
La trama de Dog Soldiers está repleta de traumas, miedos, sexo y drogas; persecuciones, gurúes desmotivados y yonquis exacerbados. De todo ello se sirve Stone para exponer la angustiosa situación en la que habitaba Norteamérica, cuyo principal foco de atención y malestar radicó en la Guerra de Vietnam. El hecho de ser el primer conflicto bélico televisado solo acrecentó el sentimiento de derrota del pueblo norteamericano, perdiendo así el carácter de país fuerte, unido y triunfador. El autor muestra un abatimiento arraigado profundamente en las costumbres heredadas de otros movimientos contemporáneos, como el hippie. A su vez, traza un excelente retrato de una generación perdida en medio de la droga que no sabe a dónde va; que lucha por encontrar una motivación válida dentro de una sociedad en la que ha perdido la confianza.
-No me pareces una persona que haya sucumbido al sueño americano. Más bien lo contrario.
-Nada de eso. Cuando llegué aquí era un ingenuo. Me creí todas esas viejas gilipolleces. Inocencia. Energía. Me las creí tanto que durante un tiempo llegaron a parecerme ciertas.
Stone ejerció como corresponsal de guerra en Vietnam, por lo que habría podido hacer una novela mucho más sobria. En cambio, es curioso como opta por darle un tono irónico que casa a la perfección con la historia. Aunque lo realmente irónico es reírse mientras se lee como la desolación azota Norteamérica. Porque el verdadero infierno ya no está en Vietnam, está en casa; enraizado en el corazón de un país que ha incitado a sus habitantes a moverse en círculos viciosos y autodestructivos de los que no son capaces de escapar. Y quién puede escapar del infierno si ya vive en él.
Malas Tierras se ha encargado de cuidar hasta el milímetro la nueva edición de Dog Soldiers. El prólogo de Rodrigo Fresán no puede ser más revelador e interesante y la traducción ha sido actualizada, haciendo este ejemplar todavía más redondo. Si buscáis un libro con aires de novela negra, que muestre el devenir de la generación beat y que mantenga la tensión hasta el final de sus páginas, este es el vuestro.
Enlace a la peculiar web de la editorial Malas Tierras, aquí. También podéis seguirlos en su cuenta de Instagram @malastierras.ed para estar al tanto de sus novedades.
Alba González