BAD BOYS: RIDE OR DIE – El regreso de los Chicos Malos
Vuelven los Bad Boys. Ésta vez en su cuarta entrega. A la ya saga le dieron comienzo Will Smith y Martin Lawrence, como la pareja de buddy movie en que se empezaron a convertir, allá por el año 1995. Y aquí siguen. Según Will Smith, hasta que el cuerpo aguante. Y si es con tanta vitalidad como demuestran en Ride or Die, la que ahora se estrena, que vengan muchas más.
Porque Bad Boys sólo necesita una excusa para regresar a la gran pantalla. En este caso el argumento gira en torno al capitán Conrad Howard (Joe Pantoliano), quien es acusado póstumamente de haber estado involucrado con la mafia rumana. Los detectives Mike Lowry (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence) se verán obligados a trabajar fuera de la ley cuando un montaje los convierte en fugitivos debido a que quienes están detrás de la operación que deben desentrañar para limpiar el nombre de su jefe les ha puesto precio a sus cabezas.
Así de sencillo. Las películas de Bad Boys siempre han tenido argumentos simples, la cuestión es que luego, en su desarrollo, sean entretenidas. Humor y acción. Y de eso este Ride or die va sobrada. Humor sencillo, simple incluso, con toques socarrones y fanfarrones. Es lo que se espera de estos dos detectives y es exactamente lo que nos dan. Y mucha, mucha acción. Pareciera que Adil El Arbi y Bilall Fallah, sus directores -responsables también de Bad boys for life (2020), la precedente y no muy acertada película de la saga-, hubieran cogido, ésta vez sí, una plantilla del cine noventero y hubieran seguido paso por paso el modus operandi de lo que se rodaba entonces. No es una crítica, es hasta un elogio teniendo en cuenta el resultado de la anterior entrega.
Bad Boys: Ride or die juega ahora en la gran liga del entretenimiento de primer nivel. Supone, eso sí, el primer trabajo de Will Smith desde que diera aquella bofetada en la noche en que ganó el Oscar y se trata de una película espléndida que no tiene por qué no funcionar entre los fans del cine de acción. Y del actor. Porque la cinta ofrece exactamente lo que cabe esperar de la película. Y del héroe del género que sus seguidores tanto admiraban.
Martin Lawrence tiene especial protagonismo aquí. Ese compañero secundario que tira más del humor que el personaje principal cuenta, en este caso, con una trama propia que le da a su personaje un punto sardónico muy estimulante. Histriónico, claro, pero eso en esta comedia tan desenfrenada viene bien. Entra dentro de los cánones que siempre ha propuesto esta saga.
Y son buenos contra malos, como mandan las normas de las Buddy Movies. Algo que siempre ha sido un puntal en el cine de acción. Además, tenemos mafia, corrupción y una pizca de actualidad política, todo mezclado para que la película tenga un poco de profundidad. Aunque de por sí ya tenga bastante. Literalmente hablando…
Bad Boys: Ride or Die es la opción perfecta para darle un empujón a la taquilla, que tan en horas bajas se encuentra últimamente. Su compendio de cine de acción y humor, junto con una pareja tan conocida por los espectadores y que tanto han gustado a lo largo de los años hacen de ella el entretenimiento ideal para una tarde de buen tiempo como el que empezamos a tener. Y si llueve, también es buena idea. En cualquier caso, esta nueva entrega no te va a defraudar.
Silvia García Jerez