La realidad es que Bloodshot (adaptación del cómic homónimo) logra sorprender y entretener a pesar de contar, a priori, con los típicos y redundantes elementos más representativos del género de acción más comercial. Esto se debe al giro de los acontecimientos, que alberga el final del primer acto. Es decir, para nuestra sorpresa, lo que parecía un cúmulo progresivo de escenas inverosímiles, se transforma en una película con una lectura y dimensión diferentes. Las violencia gratuita y efectista, esta vez sí, se pone al servicio de la historia. Un film notable, con un sólido guion, bien dirigido y con admirables efectos especiales. Lo cierto es que no se le puede pedir más. Otra sorpresa es Vin Diesel, actor que nunca me convence, pero que aquí, ha conseguido, por difícil que parezca, no sacarme de la película.
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